Albino Vargas: las relaciones gubernamentales son de confrontación

Para quienes mandan, en realidad, los sindicatos somos “molestos” y no encajamos en su concepción “de desarrollo”.

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Albino Vargas Barrantes

Con motivo de la conmemoración del 1º de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en Costa Rica y en muchos otros países este día está dedicado para celebrar los movimientos y las reivindicaciones relacionadas con los trabajadores. Los orígenes del Día Internacional de los Trabajadores se remontan a 1886 en Estados Unidos, como producto de las luchas por establecer la jornada laboral de ocho horas.

En este contexto de celebración, La Revista entrevistó al líder del movimiento sindical del país y Secretario General de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), Albino Vargas Barrantes, colaborador de este medio digital.

Sin duda que en estos últimos años la actividad sindical ha tenido importantes y significativas manifestaciones sociales de cara a decisiones políticas tomadas desde el Gobierno así como de la Asamblea Legislativa, cuyos alcances no son de complacencia por los sectores laborales.

Al respecto consultamos con albino Vargas su parecer sobre las propuestas en materia de generación de empleos y reactivación de la economía que se formulan desde la ANEP como respuesta y materia de negociación con las esferas de poder político del país, ante lo cual no dice que:

“…con el apoyo profesional y especializado de carácter solidario, entre ellos el que nos brinda el destacado economista don Luis Paulino Vargas Solís, la corriente sindical en la cual militamos (ANEP-Colectivo Sindical PATRIA JUSTA-Central Social Juanito Mora Porras (CSJMP)-, presentó, el pasado 22 de marzo, un conjunto de “APORTES PARA UNA AGENDA PATRIÓTICA DE JUSTICIA TRIBUTARIA Y REACTIVACIÓN ECONÓMICA”; en la cual se incluye una importante cantidad de iniciativas de ley generadas por personas legisladoras de otros períodos constitucionales con identificación en la lucha sindical para la reducción de la desigualdad, como por ejemplo, gente del Frente Amplio e, incluso, de convicción socialdemócrata auténtica.

Se pueden apuntar 9 medidas para combatir el fraude fiscal, 8 para consolidar un sistema tributario progresivo, 4 para impulsar la actividad económica nacional, 5 para combatir la corrupción; así como 5 ideas-fuerzas de gran necesidad para reactivar el empleo. Como lo hemos hecho en el pasado, ANEP ha sido honrada con el aporte de intelectualidad pensante de diversas procedencias filosófico-políticas de vocación por la inclusión social y productiva, en aras del bien común y de reducción de las desigualdades”.

En cuanto a la posición suya sobre el papel que se le asigna a las mujeres en esa organización y, en general, en el movimiento sindical, a la vista que la dirigencia sindical primordialmente ha sido liderada por hombres y con criterios tradicionales en lo que se refiere a derechos e inclusión y equidad, frente a lo que Barrantes sostiene que:

“…históricamente, las mujeres en los sindicatos siempre han ocupado puestos de menor relevancia política al que tradicionalmente ocupan los hombres. En términos generales, el sindicalismo costarricense (y el latinoamericano, es machista). El cambio para una corrección estratégica al efecto es lento y, en cierta medida, frenado por las masculinidades dirigentes. ANEP no escapa a esta problemática y, tómese en cuenta que nunca, en sus ya casi 61 años de historia, una mujer ha llegado a ser Secretaria General de la organización.

El discurso de equidad de género es los sindicatos es, con raras excepciones, eso: discurso. Falta mucha voluntad política para elevar el rol de la mujer en los sindicatos y, por lo general, se les lleva a los sindicatos como “relleno numérico de una papeleta”. Se trata de un cambio cultural, antropológico, sociológico y psicosocial y, por supuesto, educativo-político, que no lo va a resolver una legislación determinada, máxime cuando ésta se inspira en aversiones ideológicas a todo lo que sea organización sindical. ANEP hace esfuerzos, pero, efectivamente, el camino es largo y sinuoso. Actualmente, la ley del sistema obliga a paridad en las directivas nacionales sindicales y ANEP la cumple.”

Posición suya en relación con la defensa de los derechos humanos en sentido amplio, teniendo presente su defensa –como corresponde– de los derechos laborales y sindicales, los cuales son una parte dentro del conjunto de los derechos humanos que deben regir en sociedades democráticas.

“Hoy en día, la mejor plataforma político-programática e, incluso, filosófica-política para alcanzar el logro de una real Democracia con auténtica inclusión social, es levantar la bandera de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS y sus correspondientes instrumentos jurídicos generados después de emitida la misma en tal sentido. Pero, hablo de los Derechos Humanos integralmente conceptuados y practicados. El capitalismo en su afán de relegitimación, al considerar que su faz neoliberal es demasiado extremista, aceptó reivindicar los DD.HH. de grupos postergados, discriminados históricamente, hostigados y criminalizados; sin embargo, este “neoliberalismo progresistón”, es una fuerte cortina de humo para intentar invisibilizar los otros y vitales DD.HH relacionados con el pleno desarrollo de la persona humana y sus condiciones integrales para una existencia plena, más allá de la pertenencia de una minoría que fue (y que aún sigue siendo), estigmatizada.”

Pedimos a Barrantes ahondar acerca de las políticas que promueve la ANEP para impulsar la articulación de los movimientos sindicales a escala mundial (teniendo en cuenta que el capital se ha globalizado, pero la fuerza de trabajo y sus organizaciones siguen teniendo una adscripción nacional, lo cual las debilita grandemente), ir más allá del escenario doméstico, teniendo en cuenta que el mundo se encuentra globalizado en grandes áreas de la economía, comunicaciones, política y Derechos Humanos.

“Afortunadamente, ANEP está inserta en corrientes sindicales y sociopolíticas internacionales y, especialmente, a nivel latinoamericano y continental. Tenemos pertenencia formal a las organizaciones Internacional de Servicios Públicos (ISP) y a la Confederación de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), por ejemplo. En este caso, fuimos parte relevante en el proceso “PLADA”, la Plataforma de Desarrollo de las Américas; el mejor planteamiento sindical alternativo a nivel continental de los últimos 15 años.

Estamos conectados a una red global “Our World Is Not For Sale” (“Nuestro mundo no está en venta), que se encarga de un impulsar proceso de incidencia para la justicia global a favor de la Humanidad. Hay más experiencias y procesos de interconexión de la ANEP con su pares y similares del planeta, especialmente en la América Latina, en la Unión Europea (UE) y en los Estados Unidos.”

Al hablar de globalización, avances tecnológicos e irrupción del capital transnacional, temas como la robótica y la inteligencia que en el siglo pasado parecían de ciencia ficción, hoy son realidad. Si bien el progreso y  el avance de la sociedad es imparable, es evidente que la automatización sustitutiva de las personas ya es una amenaza de destrucción de muchos empleos. ¿Cómo se perciben estas transformaciones desde el movimiento sindical y todo este panorama que trae consigo?

“ANEP está muy rezagada en el estudio a conciencia de estos temas. Recientemente hemos empezado a abordarlos. Son temas ultra-sensibles y no podemos ser irresponsables en opinar sin un conocimiento-análisis que no hemos realizado en profundidad.”

Las relaciones con el Poder Ejecutivo y Asamblea Legislativa de cara a la Reforma Fiscal y políticas de empleo público han sido mutuamente la “piedra en el zapato” para el sindicalismo y los políticos. Los medios de comunicación han informado sobre los reclamos por diálogo y búsqueda de decisiones consensuadas de parte de los sindicalistas, mientras que por otro lado el Gobierno ha mantenido posiciones férreas manifestando la falta de colaboración y entendimiento de los temas nacionales por los sectores sociales. Preguntamos a Albino Vargas sobre su visión y punto de vista, respondiéndonos que las relaciones con el Gobierno del Presidente Carlos Alvarado:

“…son de confrontación total. La misma matriz hegemónica-política controla los dos poderes y éstos son ejercidos por jerarcas de esencia anti-sindical. Para quienes mandan, en realidad, los sindicatos somos “molestos” y no encajamos en su concepción “de desarrollo”.

Es más, ambos poderes gerencian una agenda que procede de ciertos latifundios mediáticos que, en la práctica, son los “nuevos” partidos políticos; medios que impulsan un periodismo de odio en contra de los sindicatos. El tema fiscal ha sido eje prioritario de la ANEP en sus estudios y en sus luchas de los últimos años. Logramos demostrar que el déficit fiscal no se debe a los salarios pagados en el empleo público ni es responsabilidad de la clase trabajadora. El tema del empleo público abordado por esa matriz hegemónica-política colisiona con el pensar de la ANEP al respecto.

El Diálogo Político-Social con Negociación Efectiva y con Verificación de Cumplimiento de Acuerdos es una necesidad impostergable. La democracia representativa se ha quedado corta para atender los crueles flagelos del desempleo, de la desigualdad, de la exclusión socioeconómica… La distancia entre el gobernante y sus gobernados es cada vez más amplia y más difícil de transitar.

El actual gobierno, con su propensión autoritaria, debería reflexionar al respecto; pero, en esencia, son esos poderes reales, los de facto, los que quisieran que el deterioro de la legitimidad de la democracia representativa se enfrente, no con más democracia (en este caso, su fase inicial de desarrollo que sería el diálogo social), sino con autoritarismo.

 

 

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