Alejandro Muñoz Villalobos, Ex–Presidente Ejecutivo de RECOPE.
Iniciar la transición es una prioridad para la sobrevivencia de la humanidad y evitar la amenaza de la sexta gran extinción.
Se requiere para ello de grandes inversiones y la voluntad dr gobernantes y sociedades, para trascender hacia el paradigma de las energías renovables y limpias, sin embargo, pareciera que esa decisión no se toma en esas instancias sino que es el mercado. Ese “mercado” no es una mano invisible, como ilustra la teoría económica clásica, muy por el contrario, ahora sabemos muy bien quiénes toman las decisiones y acá tenemos un ejemplo.
Las decisiones no se toman por las razones importantes y urgentes para la humanidad y la protección ambiental, las decisiones se toman por una oportunidad económica y financiera, como en este caso, acabar con la dependencia geopolítica y el jugoso negocio que se establecería con la producción de hidrógeno u otras alternativas energéticas.
Si esta va a ser la dinámica de las decisiones de ese mercado, que es una mano muy visible y a veces peluda, los intereses del capital serán la prioridad siempre.
Los esfuerzos de las COP y cuantas iniciativas se organicen alrededor del mundo, tendrán poco o ningún resultado para revertir, lo que ya sabemos que sucederá en unas pocas décadas.
Desafiar al “mercado” con acciones disruptivas que busquen derribar y derrotar el paradigma económico y político dominante es lo único que hará posible que un nuevo paradigma emerja, uno en el cual, no solamente acabe con la energía fósil y contaminante sino, que además, acabe con la desigualdad en el mundo. Y como se vale soñar, que nos reconozcamos como ciudadanos planetarios antes que adoptar una nacionalidad, que al fin y al cabo, estas han sido motivo de discriminación y exclusión.
Ojalá que iniciativas cómo estás se hagan por las razones correctas y no por negocio, aprovechando la oportunidad de sacar más utilidades debido a las desgracias de otros.
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