Arabella Salaverry, Escritora, actriz y gestora cultural.
Mujeres en una calle nipona
Mujeres
mujeres levitantes
caminando por calles fosforescentes
en Tokio o Nagasaki
Mujeres
mechas teñidas de rubio californiano
zapatos encendidos bailarines de tap
y en el destierro sus “getas”
con su gracia de gorrión
ahora abandonado
Esas dulces mujeres japonesas
risas de colibrí
cuándo el mercado rasgó kimonos
sepultó el aleteo de abanicos
quebró la porcelana
de una ceremonia del té
Cuándo
el cerezo florecido
terminó su primavera
disminuido a una lágrima
Mujeres en la Franja de Gaza
Noticia
En Gaza
una madre y su hija
sobreviven
comiendo de la sangrante hierba
que crece a la orilla
del camino
Retrato de mujer afgana
30 años después
Esa mirada
fondo de ojos muertos
mirada que no mira
Esa mirada se durmió
de tanto mirar hacia la nada
Esa mirada
mirada que fue mirada de mirar
hoy es fondo de ojos muertos
Esa mirada pretende que no mira
Y no logra desempañar la espera
Esa mirada sustituyó la lágrima
Vrindavan, o la ciudad de las viudas
Después de leer el reportaje de Ana Gabriela Rojas, en El País
Hay una ciudad perdida
en donde las sombras
se visten de mujer
y las mujeres son solo sombras
arrastradas por el viento
Hay una ciudad que las recoge
Esa ciudad es Vrindavan
Y ellas las viudas de Vrindavan
Son las viudas las brujas las hechiceras
las viudas de blanco de triste de amargo
las postergadas por haber perdido a un hombre
Sus plañidos saltan de rincones
inundan la ciudad de Vrindavan
desde antes del alba
hasta la incandescencia que antecede a la luna
No se ven
invisibles no existen
porque en Vrindavan
una mujer sola es solo sombra
Y no nos roce la sombra
que su sombra no nos roce
porque su sombra es desgracia
Sus cadáveres caerán
en el aviso del desprecio
devorados por perros
devastados hasta el último hueso
por pájaros carroñeros
Quedan olvidadas de la vida
en el nítido dibujo del abandono
Sobre-viven no viven
mientras piden a Krishna
el bálsamo de la muerte
Un repiqueteo de bastones
en las calles de Vrindavan
anuncia cada tarde su regreso
al balcón de la amnesia
En la ciudad de las viudas
en la ciudad de Vrindavan
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