Arabella Salaverry: Los Derechos Humanos y el próximo gobierno

“Usted, ¿de cuál gobierno prefiere ser oposición?”

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Arabella Salaverry, Escritora, actriz y gestora cultural.

Estamos en el mes de la mujer. Por ello, he tomado como punto de enfoque para esta conversación los Derechos Humanos de las mujeres en los marcos posibles de acuerdo al perfil de los candidatos a gobernantes en este nuestro país, Costa Rica.

Me permito iniciar con un poema y una acotación:
Batallas femeninas
Deshacer las líneas de fuego / limarlas / volverlas viento
Volverlas ni siquiera recuerdo / ni siquiera memoria
Pulverizar las líneas de fuego / romper retenes
desmembrar paredes / comerse muros
Desintegrar las líneas de fuego/ que han delimitado claustros
Una batalla injusta y necesaria
Solo como un recordatorio de que esa ha sido la batalla de las mujeres por siglos. Una batalla injusta y necesaria!
¡Y ahora a la acotación! El Estado costarricense en cumplimiento de la declaración de los derechos humanos se ha comprometido a resguardar los derechos de las mujeres:
  • Derecho a la Educación.
  • Derecho a la Salud.
  • Derecho al Desarrollo.
  • Derecho al Trabajo.
  • Derecho a la Participación Política.
  • Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos
  • Derecho a una Vida Libre de Violencia.

Desde la doble moral que muchas veces nos caracteriza, el Estado costarricense -pese a que en el papel se reconoce que la mujer tiene derecho en igualdad de condiciones, al goce y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en la esfera política, económica, social, cultural y civil- en la praxis el camino ha sido muy arduo y aún hay mucho por recorrer. Ya es sabido y bien lo manifiesta Alda Facio en su ensayo “Los derechos de las mujeres son derechos humanos”. Y cito: ”Las mujeres hemos tenido que luchar por nuestra humanidad durante miles de años. La simple idea de que las mujeres pudiéramos tener derechos, legales, es un concepto muy reciente si tomamos en cuenta los cinco o seis mil años que la humanidad ha estado viviendo bajo el patriarcado”

De regreso a nuestra situación debemos señalar que hemos venido normalizando el abuso hacia la mujer en muchísimos campos, hasta aceptar el horror del feminicidio, que aparece de manera sistemática en las noticias como un hecho más de la violencia cotidiana, y no significa nada más allá, ni se le da más importancia que al robo de una bicicleta.

Ahora estamos ante la disyuntiva de elegir un presidente. De elegir el próximo gobierno. Y es una disyuntiva muy ardua. Quienes no votamos en la primera vuelta por ninguno de los dos candidatos que se están disputando (palabra horrible), la presidencia, tenemos que hacer un esfuerzo de reflexión profunda. Sobre todo las mujeres. Por un lado tenemos a un candidato que intenta conciliar con todo y con todos, lo cual sabemos que es imposible. Siempre se ha dicho que quien elije, algo tendrá que perder. Y esperamos que este candidato se aclare y entienda que es así, y esperamos que se decante por garantizar el pleno ejercicio de nuestros Derechos y por ende el pleno ejercicio de los Derechos de toda la población. Porque -como bien lo dice la antropóloga argentina Rita Segato: lo que atañe a una minoría atañe a la sociedad como un todo-. Volviendo a este candidato: conocemos parte del equipo con el que trabajará y muestra evidencia de reflexión seria sobre medidas concretas para implementar, y entendemos que tiene un verdadero y gran compromiso con el país, con la social democracia, si desea honrar la memoria de su padre y cumplir con subsanar las faltas tan graves en que su partido ha incurrido, y las suyas en su anterior gestión. Esperamos que de llegar a la presidencia escuche las voces nuevas y responda a los aires del tiempo.

Sinceramente esperamos que si nosotras, sobre todo las mujeres, elegimos esta opción, sea respondida con el respeto a nuestros derechos pues no es de recibo la minorización de lo que nos atañe. Reitero, cualquier acto que involucre a esta supuesta minoría, atañe a todo el conglomerado social.

Por otra parte, tenemos a un candidato que desconoce nuestra legislación, nuestra Historia o si las conoce muestra un absoluto irrespeto por ambas, que desconoce los importantes avances logrados, y esto -aunque no viene al caso y puesto que nobleza obliga-, señalo que han sido posible en primera instancia gracias a partidos como el PAC y el Frente Amplio, y como el Partido Liberación Nacional de sus buenos tiempos. Tenemos un candidato que encubre su ignorancia con la burla y la patanería y que ha hecho ostentación, desde la prepotencia y el irrespeto, de su falta de empatía con los Derechos Humanos de las mujeres que son en definitiva y como ya lo hemos señalado, los de toda la sociedad. Un candidato que ha dado muestras de pretender gobernar pegando gritos y golpeando la mesa (además de ser una apología a la violencia) es una manera comprobadamente ineficaz y generaría más caos sin resolver nada.

Estamos en pleno siglo XXI. Hemos avanzado en temas de Derechos Humanos a un costo muy alto, pero lo hemos hecho. Pensar en un gobierno presidido por un individuo que exhibe con orgullo las actitudes trasnochadas de los funcionarios del gran capital del siglo pasado, que responden a una visión colonialista y de desvalorización de lo que somos, sería lamentable. Está en nuestras manos evitarlo.

Yo lanzo un clamor para que las mujeres entendamos que normalizar los abusos hacia nosotras, más aún, el acoso sexual, premiarlo con nuestro voto, es abrir sin ningún pudor una caja de pandora de efectos impredecibles. Destruir es muy sencillo. Recomponer lo destruido puede llevarnos decenios. Porque algunos hombres, desde los rasgos más peligrosos del patriarcado, se sentirán con el derecho de continuar las prácticas obscenas con las que hemos sido tratadas y maltratadas las mujeres. Y resulta que nosotras las mujeres somos más del cincuenta por ciento de la población.

Pero desde una toma de conciencia de nuestra fuerza, podemos transformarnos en un verdadero tsunami en defensa de ese derecho fundamental cual es vivir una vida libre de violencia, en defensa de nuestras hijas, de nuestras hermanas, tías, sobrinas, amigas…en fin de la sociedad como un todo. Siempre he hablado desde el compromiso con las otras y los otros. Creo que en un momento tan serio como el que vivimos, no es posible no hacerlo.

Y Llamamos a todos los hombres conscientes, a que se unan en defensa de nuestros Derechos, que reitero, son los de todos. Recuerden, señalar problemas sin presentar soluciones cualquiera lo hace. Si queremos un gobierno en donde al menos haya posibilidad de diálogo, salgamos a votar.

Si no estamos del todo convencidos dónde depositar el voto, tal vez esta reflexión de una gran amiga y pensadora, Julia Ardón, nos sirva para decidirnos:

“Usted, ¿de cuál gobierno prefiere ser oposición?”

 

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