Arabella Salaverry, Escritora, actriz y gestora cultural.
Muchas aristas que contemplar en esta segunda ronda.
Pareciera que a algunas personas no les interesa el prestigio, o mejor, el desprestigio nacional. Pero vivimos en un mundo globalizado, en donde hay interacciones con distintos actores. No en una isla. Y un presidente cuestionado por organismos internacionales, entorpecería esas interacciones. Me niego a avalarlo.
Pareciera que a algunas personas no les interesa el irrespeto a las mujeres. Pero resulta que somos un poco más de la mitad de la población. Y aunque algunas se presten al juego por sus intereses personales, es evidente que un presidente que nos considere menos que objetos, no es lo que el país necesita. Y pese a que algunas, con una venda en los ojos, y como bien lo decía Simone de Beauvoir hagan alianzas con el opresor, y lo consideren una opción, la mía es hablar junto a las mujeres han sido sistemáticamente maltratadas y ofendidas por las prerrogativas que lo peor del patriarcado históricamente ha concedido a los hombres. Me niego a avalarlo.
Pareciera que para algunas personas caer en manos de un aspirante a autócrata dispuesto a romper con la institucionalidad al estilo Trump o Bolsonaro; sin equipo de trabajo, que ha elegido a sus colaboradores cercanos a través de un servicio de reclutamiento, como si se tratara de dirigir una transnacional, es la mejor opción para el país. Para mí NO lo es. Costa Rica se ha distinguido por su apego a la institucionalidad. Y desde allí y pese a los embates del neoliberalismo, y las contradicciones internas, hemos alcanzado importantes realizaciones sociales. Sé que hay mucho camino por recorrer. Mucho que defender. Pero no es borrando lo construido como se logrará. Me niego a avalarlo.
Pareciera que para algunas personas decir ya voté, cumplí, y lo demás no importa, es válido. Me imagino que para su lectura personalista lo es. Pero también está el país.
Yo personalmente No puedo abstraerme y decir ya voté y no importa lo que siga. Porque un voto nulo o en blanco no pasa de ser una mención en el conteo. No tiene ningún efecto, como no sea abonar a la normalización de lo inadmisible. Me niego a avalarlo.
Y una vez más, tristemente, no se trata solo de una elección.
Se trata de alinear o no alinear al país con la ultraderecha transnacional para sus desmanes. Se trata de normalizar y “premiar” las peores expresiones del machismo. Ya tenemos el ejemplo de Brasil, de Estados Unidos, de países europeos. Hay un movimiento internacional orquestado para dar apoyo a las “medidas drásticas”, a la “mano dura”, que de todas maneras no se pueden implementar en Costa Rica como no sea rompiendo el orden institucional. Me niego a avalar esas posiciones. Por ello no me abstengo de votar, ni voto nulo o en blanco.
Tengo un compromiso moral con la institucionalidad de mi país, que nos ha permitido, a pesar de sus defectos, muchísimos logros sociales; tengo un compromiso moral con las mujeres, que hemos sido profundamente ofendidas. No será un cheque en blanco. Pero en esta segunda vuelta,
¡YO SÍ VOTO!
Comentarios