Bernal Herrera: «Los nuevos anti-sistema» en Miscelánea
Bernal Herrera: «Los nuevos anti-sistema» en Miscelánea La Miscelánea pasada comenté dos de los obstáculos que dificultan tener conversaciones colectivas significativas: los prejuicios, y aquellas pasiones que impiden ver y respetar la plena humanidad de otros grupos. El tercero son los intereses, los cuales nos llevan directamente al tema de la vida política.
Bernal Herrera Montero.
En política, la noción de anti-sistema nació para referirse a diversos movimientos y tendencias sociales, políticas y económicas, cuyo denominador común era el rechazo a partes importantes, del sistema socio-económico y político-cultural imperante en la mayoría del planeta. Es, por tanto, una noción algo imprecisa, en tanto abarca a grupos y actores sociales muy distintos unos de otros, cuyo rechazo del sistema puede efectuarse desde visiones muy distintas, e incluso antagónicas.
Como, salvo unas pocas excepciones, el sistema económico imperante es el capitalista, la mayoría de tales movimientos solían ser muy críticos del capitalismo y de sus consecuencias sociales, económicas, políticas, culturales y ambientales.
Ejemplos conocidos de estas posiciones anticapitalistas lo son los movimientos anti-sistema que, hasta hace unos pocos años, expresaron su repudio montando fuertes protestas contra varias de las reuniones en las que gobernantes y miembros de la élite de las naciones geopolíticamente más poderosas del planeta, discutían y tomaban decisiones sobre diversos temas de interés para la población mundial. Reuniones de organismos como el G-8, la OMC y el Foro de Davos, toparon con masivas protestas que mostraban el rechazo contra los gobernantes y figuras que allí se encontraban, y más aun contra las políticas que, favorables al gran capital y en detrimento de los derechos de la mayoría de la población, emanaban de tales cónclaves.
Entre los grupos que realizaron las protestas, uno de los más conocidos y relativamente bien articulados es el movimiento anti-globalización, que rechaza las formas y objetivos que la globalización ha asumido. Otro es el alter-mundismo, una tendencia que a su rechazo del sistema añade una propuesta para otro mundo posible, más justo y equitativo. Un mundo donde, como reza uno de sus slogans, todas las personas quepan; ello es, un mundo sin excluidos.
Ambos movimientos surgen casi al mismo tiempo. El anti-globalización se aglutina en las fuertes protestas contra la Cumbre de la Organización Mundial del Comercio realizada en Seattle en 1999, y dos años después el Foro Social Mundial, núcleo del altermundismo, se reúne por primera vez en el 2001, en Porta Alegre, Brasil.
Movimientos como estos podían ser críticos también con la democracia liberal, no tanto por lo que esta representaba en sí misma, sino por su creciente sometimiento al sistema económico capitalista, el auténtico, o en todo caso el principal, blanco de sus críticas.
En tanto anticapitalistas, este tipo de movimientos pueden ser caracterizados, grosso modo, como de izquierda. En ellos, la noción de anti-sistema es casi equivalente a la de anti-capitalista. Su rechazo es particularmente fuerte contra el capitalismo neoliberal, que propugna una fuerte disminución de las funciones del estado en su rol de agente redistribuidor de riqueza social, y un paralelo aumento del rol del mercado en la vida económica y social de una colectividad.
Otra característica de tales movimientos es su propensión a actuar desde fuera de las estructuras estatales. Fuera por debilidad electoral; por desconfianza de un sistema político visto como cooptado por el gran capital; por reticencia a organizarse jerárquicamente, escoger líderes y organizar partidos políticos; o por otras razones, grupos anti-sistema como los anti-globalización y los alter-mundistas, si bien tenían relaciones con partidos como el brasileño Partido de los Trabajadores, preferían impulsar sus ideas y acciones desde la sociedad civil, no desde el interior del estado.
Si lo que vengo diciendo es, así sea grosso modo, correcto, podemos afirmar que el grueso de los movimientos anti-sistema solían estar caracterizados por rechazar el capitalismo desde posiciones de izquierda, y por actuar desde fuera de las estructuras estatales.
Me interesa esta caracterización de los variados movimientos anti-sistema de izquierda a los que estábamos acostumbrados, pues ella nos ayuda, por contraste, a entender mejor un fenómeno reciente, observable en diversas partes del mundo: el surgimiento de nuevos movimientos que, a falta de otra mejor etiqueta que los agrupe y transmita alguna idea de sus metas, podemos denominar también como tendencias anti-sistema, pero ya no de izquierda sino de derecha. Estos nuevos movimientos de derecha pueden ser tan variados como los de izquierda, y empiezan a surgir hace unos quince años. Si la Batalla de Seattle, de 1999, ha sido vista como el nacimiento del movimiento antiglobalización, y el Foro Social Mundial de Porto Alegre en el 2001 marca el surgimiento del alter-mundismo, la irrupción del Tea Party ocho años después, en el 2009, en la política estadounidense, bien puede marcar el banderazo de salida de las nuevas formas antisistema de derecha que me interesa tratar de caracterizar.
Es evidente que así como las causas, ideas y manifestaciones de los movimientos anti-sistema de izquierda venían actuando desde mucho tiempo atrás de la Batalla de Seattle y del Foro Social Mundial, también las ideas, causas y manifestaciones de los recientes movimientos anti-sistema de derecha preexistían al surgimiento del Tea Party estadounidense. Pero estos hechos sí constituyeron puntos de inflexión, en tanto representan el momento en que, de una u otra forma, una serie de elementos que andaban dispersos cristalizaron en tendencias englobantes que, poco a poco, irían articulándose, tomando conciencia de sí mismas y de su posible fuerza, y tratando de influir en la política local, regional y global.
Caracterizar las nuevas tendencias anti-sistema de derecha, algunas de cuyas manifestaciones ya son, como en su momento lo fueron las de izquierda, visibles en nuestro país, es lo que espero poder hacer en una próxima Miscelánea.
Comentarios