Bernal Jiménez Monge, Economista.
Me quiero referir a dos temas fundamentales de la política económica:
Primer tema.
No estoy convencido de que cambiar Deuda Externa por Interna, de más altos intereses, sea siempre un buen negocio para el Gobierno y para el pais.
La Deuda Externa está expuesta a la probabilidad de devaluación. Es además una verdadera transferencia de recursos de una unidad económica a otra. Se debe pagar en el futuro.
La Deuda Interna NO la debe la economía costarricense, no se traslada a futuro, es solo una transferencia entre grupos de una misma generación. Cada ciudadano que nace viene con una piedra colgando al cuello como “deudor” pero con un bono bajo el brazo como “acreedor”.
No corre esa Deuda el riesgo de devaluación y siempre será más fácil de renegociación.
El actual Gobierno en su desesperación fiscal y su incapacidad de afrontar el problema con medidas estructurales, ha recurrido al manantial de los empréstitos exteriores. La Asamblea Legislativa de hecho, le ha aprobado mas de 1.700 millones de dólares en préstamos.
Transar Deuda Interna, por otra de la misma naturaleza nacional, en colones, con condiciones mejores de interés y plazo, como el país lo ha hecho múltiples veces, si es un buen negocio para el Fisco.
Segundo tema.
Si estimo, que lo fundamental en estos momentos está en la reactivación, reafirmando que el desarrollo económico debe ser “inclusivo” dentro de los principios socialdemócratas, pero aún más, ahora que la pandemia del coronavirus ha incrementado la pobreza y la desigualdad.
He aquí una tremenda disyuntiva de las políticas públicas: para disminuir el déficit fiscal se está contrayendo el gasto público, y para reactivar la economía, se requiere, mayor gasto gubernamental. La reactivación económica solo la vamos a lograr ampliando la “Demanda efectiva o agregada”.
Tenemos que tener bien claro que no basta con medidas de política monetaria, ni sinapismos o medicinas improvisadas para las empresas.
Lo acaba de manifestar el Presidente del Federal Reserve, Banco Central de USA “Podemos dar más crédito, pero lo que se requiere es gasto público, no crédito”.
La contracción del gasto que se está planteando el gobierno, no ayuda en nada en incrementar la “demanda agregada”.
Pero por otro lado, si hay una responsabilidad de un relativo equilibrio fiscal. ¿Cómo compatibilizar esa situación?
Con una política tributaria y de gasto pública inteligente y eficiente, no es fácil. ¡Hay que andar sobre la cuerda floja! ¡Cabalgar sobre un tigre!
Se pueden y deben gravar los grupos de ingreso muy elevados -los muy ricos- sin que por eso baje sus demandas de consumo e inversión. Otro tema que o me canso de sugerir: Impuestos de renta Global razonables, no confiscatorios. La demanda de este elevado “decil” es “inelástica”, no bajará con la carga tributaria.
En cambio, los sectores medios no deben ser objeto de nueva Tributación, para que mantenga su nivel de demanda efectiva.
A los grupos de más bajo ingreso, se les debe reducir la carga tributaria, y más bien subsidiarlos, pues incrementarán su demanda, al tener una “alta elasticidad” al ingreso.
Propuesta concreta: bajar el IVA, al cero o 1% para la canasta básica y medicinas y 5% o 10% para otros alimentos -según su prioridad-.
Un 10% para servicios, y 15% para otros bienes de consumo duradero o suntuario, que son más de demanda de los ciudadanos adinerados.
He aquí una conjunción de política social y económica, en que el aparato tributario puede impulsar la economía y realizar una redistribución al mismo tiempo.
Este es solo un ejemplo, de varias medidas de reactivación económica.
Bajo el paraguas de mejoría fiscal.
Bernal Jiménez Monge.
El autor es economista y político, ha sido Presidente del Partido Liberación Nacional, ha ejercido diversos cargos como Ministro de Planificación, Ministro de Economía, Ministro de Hacienda y también Presidente de la Junta Directiva del Banco Central; Diputado, y Presidente de la Asamblea Legislativa.
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