Bernal Jiménez Monge: Veo el futuro con mucho escepticismo
Bernal Jiménez Monge.
Cinco personajes de la vida nacional plantearon a Bernal Jiménez Monge una serie de preguntas, cada uno por aparte, sobre la visión que tiene el veterano dirigente político sobre la vida actual del país dominado por los problemas de la pandemia provocada por el nuevo Coronavirus.
El cuestionario y las respuestas se dan cuando precisamente el pasado 8 de mayo, el gobierno presidido por Carlos Alvarado llegó a la mitad de su periodo y le quedan dos años que se sobreentienden serán muy duros debido a los efectos económicos y sociales que provocará la pandemia, sobre la cual reconoce que la ha tratado bien apoyado por la institucionalidad creada el siglo pasado.
La Revista solicitó a un grupo de sus colaboradores, le formularan las preguntas que Bernal Jiménez respondió. Ellos son: Saul Weisleder, sociólogo y economista, Fraser Pirie, empresario, Julián Solano, politólogo, Leiner Vargas, economista y al politólogo Eugenio Herrera.
Bernal Jiménez respondió así a nuestros colaboradores:
Bernal Jiménez: Agradezco una vez más poder dialogar con los distinguidos profesionales que me han enviado sus preguntas e inquietudes. Los conozco a todos y me merecen respeto como profesionales serios e independientes. Quizás eso es lo interesante.
Gobierno atolondrado
Saúl Weisleder:
- ¿Cuáles son los dos o tres principales errores de este gobierno en el manejo de una política económica encaminada a solucionar las crisis del coronavirus y su secuela económica?
Bernal Jiménez:
Creo que el gobierno, y ya lo he repetido, ha procedido atolondradamente, por lo menos en materia económica y social.
Desde el punto de vista sanitario, todos los costarricenses coincidimos en qué como ha prevalecido un criterio científico, la cosa ha andado ordenada. Contamos con instituciones sólidas y de experiencia adquirida desde el siglo pasado; nada se ha inventado hoy.
En lo económico y social ha habido un desorden inmenso, provocado por la incapacidad del gobierno en dar respuestas adecuadas. Se han trasladado los problemas a la Asamblea Legislativa, y una opinión pública fragmentada en donde lo que se ha generado es multiplicidad de opiniones.
Llama la atención que a estas alturas se envíe al Congreso un presupuesto, no respaldado conforme a la modalidad de presupuesto por programas. Esto es necesarísimo y más con ocasión de crisis como éstas, que requieren asignar recursos especiales para sufragar gastos extra. Esto debe hacerse técnica y transparentemente, con claridad sobre el origen de los recursos, pues no dejan de ser fondos públicos.
El gobierno ha actuado desordenadamente. La primera reacción ha sido solicitar préstamos, lo que pudiera justificarse dada la limitadísima solvencia. Pero para adelantar la entrega de los fondos se está recurriendo a un sistema de pensiones, o a utilizar los recursos diferenciados del petróleo, sin haber presentado un programa que integre orgánicamente los ingresos. Es decir, que indique de dónde van a venir los ingresos y cuál es su volumen posible. Nunca he visto una cuantificación total de gastos, lo que refleja una ausencia absoluta de planificación y de buen manejo. Desconozco la existencia de una propuesta serie, integral y realista.
Ausencia y, en el mejor de los casos, débiles políticas de emergencia económica y social sólidas y claras para atender la pandemia, son para mí, en términos generales, los errores más grandes del gobierno.
Dentro de lo que se ha propuesto a la Asamblea, existe un error del tamaño de una catedral, y del que casi nadie se ha percatado. Y es que el gobierno eximió a todas las empresas en general, sin especificar aquellas que, como el turismo, transporte, cines, espectáculos, han sufrido más. Se exoneró por igual el pago de tributos como el del valor agregado, el impuesto de consumo y el tributo trimestral.
O sea, el gobierno le está regalando dinero innecesariamente a empresas, algunas de ellas sumamente ricas y que no necesitaban de esa liquidez. Esto me parece gravísimo cuando al mismo tiempo presenciamos la impotencia del gobierno para hacerle frente a la deuda con la Caja y a otras urgentes necesidades. ¿Dónde están las prioridades y el programa de emergencia?
Saúl Weisleder:
- ¿Cuáles son los sectores sociales y económicos que menos han sido afectados?
Bernal Jiménez:
Todos sabemos que han sido menos afectados las comunicaciones, los vendedores de comida: supermercados, pulperías, etc., etc. Los que han sido afectados el turismo, el comercio en general, el transporte transfronterizo, transporte de turismo, transporte escolar, algunos sectores de manufactura, algunas ramas exportadoras. También han sido afectados los artistas, los deportistas, y los independientes que no tienen recursos.
Saúl Weisleder:
- ¿Debería el país pasar a ser autosuficiente en los alimentos básicos de la dieta de las mayorías? ¿Por qué sí o por qué no?
Bernal Jiménez:
En este país la gente tiene una tremenda confusión en cuanto a que debemos ser autosuficientes en alimentación para no depender del exterior.
No hay ningún país en el mundo que pueda producir para ser autosuficiente; nadie, ni las enormes economías como Estados Unidos, China, Rusia, Brasil o la India. Para lograrlo tendría que hacerlo ineficientemente, a costos y volúmenes inviables.
¿Vamos a producir manzanas y uvas? y por qué no también trigo? La respuesta es clara: no tenemos las condiciones agrícolas para producir ciertos tipos de cultivos, los cuales nos resulta más barato traerlos del exterior. Esto no es algo nuevo; reiteradamente se toca este tema, sobre todo cuando hemos negociado tratados de libre comercio.
El proteccionismo a ultranza es la negación del comercio internacional, el cual ha permitido a este país ser altamente exitoso en el campo de las exportaciones. El comercio nos ha beneficiado, nos ha hecho florecer en el mundo. Las tesis de la seguridad alimentaria y autosuficiencia en alimentos parecieran haberse superado a estas alturas de la globalización. Lo contrario sería negar lo que el hombre aprendió desde tiempos del trueque: producir para lo que tenía mejores condiciones para hacer e intercambiarlo con el vecino de otra tribu que le ofrecía lo que más necesitaba.
Saúl Weisleder:
- ¿Qué opinión le merece propuesta de su colega William Hyden?
Bernal Jiménez:
Estimo personalmente a Don William. A veces hace propuestas muy buenas, sobre todo en momentos en que el gobierno o los políticos se extravían en sus decisiones. También tengo una propuesta que coincide con la de él. Pero lo cierto es que otras propuestas de él no me satisfacen.
Deben limitarse los altos salarios
Fraser Pirie:
- Desde que tengo recuerdo, siempre se ha dicho que el Gobierno, “no tiene plata”, que “estamos en crisis” En este contexto me pregunto ¿cómo se podría empezar a descontar la onerosa factura con la CCSS?
Bernal Jiménez:
Don Fraser Pirie recuerda que los gobiernos siempre han dicho que no hay plata. Eso fue precisamente lo que contestaron el presidente y el ministro de Hacienda; una respuesta carente de seriedad y lógica; me parece una barbaridad.
Personalmente tengo una propuesta, un poco antipopular políticamente. Mi propuesta consiste en bajar impuestos de un lado y subir de otro. Considero que, sin pensar en tributación se puede hacer frente al faltante con la Caja. La propuesta requiere afinamiento técnica y políticamente.
Fraser Pirie:
- ¿Habrá cierto temor que, al pagar la Caja, la institución malgaste los fondos en salarios especiales o privilegiados? Esta preocupación surge al ver cómo se manejan los salarios exagerados en la Universidad de Costa Rica, institución tan autónoma en sus decisiones como la misma Caja.
Bernal Jiménez:
Personalmente considero que debería haber una legislación general para limitar los salarios elevados del Estado establecido por ley, y así evitar lo que se ha venido dando en las universidades, la Caja, la Corte y en algunas instituciones autónomas. De modo que sí existe un peligro; pero espero que los funcionarios de la Caja cumplan con su responsabilidad de asignar bien los recursos, según un programa de gastos e inversión sujeto al cumplimiento de normas claras y transparentes.
Fraser Pirie:
- ¿Cómo pagaría la Caja los millonarios préstamos que se necesitarán para construir la nueva infraestructura hospitalaria y mejorar los servicios de salud, si las cuotas obrero patronales no se cumplen?
Bernal Jiménez:
Yo imagino que una institución como la Caja, o como el ICE, de dimensiones descomunales, y aun una institución pequeña, como una de sus empresas, tiene que contar con flujos de caja y presupuestos, previstos no para los próximos meses, sino para los próximos cinco años. Si la Caja pidió préstamos tiene que haber tenido conocimiento de cómo los iba a pagar; existe el peligro de que las cuotas de la Caja hayan bajado, o que pueden bajar. Espero, sin embargo, que esta crisis no pase de agosto; creo que a fin de año, en el último trimestre, suponiendo que los problemas de salud terminarán en julio o agosto, la economía podría repuntar.
Sistema tributario debe ser más justo
Leiner Vargas:
- ¿Qué aspectos deberíamos reformar de nuestro sistema fiscal para lograr un mejor balance y progresividad del mismo?
Bernal Jiménez:
La primera pregunta que me hace Don Leiner Vargas es porque él conoce mi pensamiento; sabe que he sido un abanderado de un sistema tributario mucho más justo, que se preste para menos evasiones y que se pueda administrar mejor.
Un sistema tributario que esté asentado en seis o siete impuestos nada más; un sistema tributario bien claro y no estos intríngulis con los que han arreglado el impuesto de la renta de la ley de fortalecimiento de las finanzas públicas; un verdadero galimatías; complicaron el impuesto de la renta y no hicieron lo que tienen el 98% o el 95% de los países del mundo: un impuesto de la renta global.
Aquí a los profesionales liberales los han súper grabado mediante un impuesto progresivo, pero a los ricos les siguen aplicando la renta cedular, el tributo que grava la renta en sí; grava los alquileres, grava los intereses al 15% y no grava, como tiene que ser, el ingreso individual, para aplicarle a esa persona, en el conjunto de sus rentas, una renta progresiva como la que aplican a los profesionales.
Hablo de volver a lo que iniciamos en el año 1947, cuando don Teodoro Picado estableció un impuesto de la renta global. ¿Cómo hacer que este país, que tiene renta media, que está en el umbral del desarrollo, que tiene una gran cultura, no obligue a TODOS sus ciudadanos a presentar una declaración de la renta?
Aquí, en vez de ir para adelante, en el año 88 se cambió la ley, y se decidió, para facilitar la recaudación, que le caparan a uno la renta de sueldos, pensiones e intereses, en la fuente.
Se trata de un pago único y no de un impuesto de la renta avanzado. Ahí está el talón de Aquiles del sistema tributario costarricense. El IVA, igualmente, se hizo pensando en recaudar pero no en ser justos con las clases sociales más necesitadas.
Gravaron los productos indiscriminadamente en lugar de establecer tres o cuatro tasas y clasificar los productos: un 1, un 5, un 10 y un 15 a los productos que consumen los quintiles de alta renta, como ha sido en Costa Rica toda la vida.
En el Banco Central teníamos categorías que nos permitían utilizar un mecanismo de retribución y de justicia impositiva que ahora han olvidado todo el mundo. Los que se dicen socialdemócratas han aprobado un sistema tributario regresivo.
Leiner Vargas:
- ¿Se puede usar la compra de títulos desde el Banco Central para pagar la deuda histórica de la Caja?
Bernal Jiménez:
La pregunta, en realidad, se debería reformular. ¿Se puede usar la emisión del Banco Central para pagar la Caja? Y la respuesta es no, de ninguna manera. Arreglemos esto con recursos financieros reales; si empezamos a poner la máquina del Banco Central a emitir, lo que vamos a hacer es cargar a los pobres con los precios más altos de una necesaria e inevitable inflación.
Leiner Vargas:
- ¿Está el país preparado para reformar la Constitución, y cuáles serían los principales cambios que deberíamos enfrentar?
Bernal Jiménez:
Aquí hay abogados y políticos que creen que la panacea radica en arreglar la Constitución. He visto unas veinte nuevas constituciones y arreglos profundos o cambios de Constitución en América Latina, y nunca he visto que esta vía haya generado sociedades económicamente más desarrolladas, o más justas y avanzadas.
Los países del norte de Europa no cambian sus Constituciones; e Inglaterra tiene ya 800 años con una misma Constitución. La Constitución es un grupo de principios fundamentales que rigen a la sociedad para con base en ella emitamos las leyes. Cambiarla es inconveniente desde muchos puntos de vista, lo cual no quiere decir que no se puedan hacer cambios parciales, porque la sociedad va cambiando. Pero hacer una nueva constituyente es gastar un montón de dinero innecesariamente.
Elefantes blancos
Julián Solano:
- Don Bernal reciba mi atento saludo y algunas preguntas y preocupaciones que quiero compartir con usted, en estos tiempos tan congestionados y de preocupación para todo el país.
Bernal Jiménez:
A don Julián Solano lo conozco de niño; es más, lo conocí antes de nacer. Yo era amigo fraternal de Rodolfo Solano; estuvimos juntos en Brasil donde él conoció a María Neidy Devenchis Moura, la madre de Julián, una extraordinaria dama. Éramos amigos y salíamos en pareja con mi esposa. Julián es un valioso profesional; piensa muy diferente a su padre, lo que indica que los tiempos han cambiado. Me complace que sea uno de los cuatro que están aquí haciendo estas preguntas.
Julián Solano:
- ¿Es cierto, que se pidieron $430 millones para pagarle a la Caja y que además, es conveniente adquirir otro crédito.
Bernal Jiménez:
Pienso que no es bueno pedir un crédito exterior para pagar a la Caja. Se hace necesario buscar otros recursos, y los costarricenses tenemos que entender que si queremos buenos servicios públicos debemos pagar por ellos. Tenemos que reducir los abusos inculcando un concepto de servicio público en los funcionarios públicos de que ellos no son dueños de los cargos y que lo primero es servir. El servicio civil ingles sigue siendo el modelo a seguir en este campo. Y no veo porque este país no puede desarrollar un concepto similar.
Julián Solano:
- ¿No sería mejor obtener recursos cerrando instituciones inservibles y elefantes blancos, en beneficio de la salud pública y de la Seguridad Social?
Bernal Jiménez:
En los años 70, escribí “La Planificación de América Latina”, en donde expuse que existía yuxtaposición y duplicación de funciones en el estado, y que había que recurrir a principios evaluación para diagnosticar lo que sucedía.
En EU existió la Comisión Hoover, creada durante la administración del presidente Truman en los años 50. La comisión sacó conclusiones que se pusieron en práctica exitosamente. Aquí, hemos nombrado comisiones cuyas conclusiones han quedado en nada. Urge nombrar una comisión que permita racionalizar el Estado para evitar duplicaciones, superposición de funciones. Existen entidades cuyos servicios ya no interesan, mientras no existen facilidades modernas mucho más importantes que crear.
Por ejemplo, hay dieciocho Ministerios que se pueden reducir tres o cuatro. Así, el Ministerio de Comercio Exterior y el Ministerio de Economía deberían ser un solo Ministerio con dos viceministros si quiere. De la misma manera en que se integraron Gobernación y Seguridad, se debería proceder en cuanto a los Ministerios de Comercio Exterior y el Ministerio del Interior. Bien, no creo que todo se reduzca a cuestión de economías, sino que a contar con un Estado más eficiente, más rápido, que esté al servicio de los ciudadanos y de las empresas.
Julián Solano:
- ¿Usted cree que este país tiene capacidad real de aumentar más los impuestos?
Bernal Jiménez: Por supuesto que capacidad sí tiene. Aquí la carga tributaria es del 13% mientras que los países de Europa tienen 40 o 35. Ahora, no creo que sea conveniente subir impuestos. No soy partidario de tasas altas; ninguna tasa debería ser más del 20 o 25, y no voy a decir tasas duplicadas como en el caso de empresas que pagan el 30 y después un 15 más; eso no está bien para el desarrollo económico. Creo que el país tiene que hacer una revisión con miras a un sistema tributario que impulse el desarrollo económico y la justicia social, sin olvidar que esos dos objetivos fundamentales son normalmente contradictorios.
Gobierno sin orientación ideológica
La Revista:
- ¿Las reformas propuestas por el gobierno parten de los principios ideológicos que el partido en el poder proclamó su líder y fundador Ottón Solís y ha servido de base para sus programas de gobierno, en la campaña electoral?
Bernal Jiménez:
Bueno el Gobierno no tiene ninguna orientación ideológica. El Gobierno en materia económica y social ha actuado respondiendo a presiones. Ha respondido a las presiones de las cámaras, en algún caso a lo mejor influyen los sindicatos o le influyen determinados grupos de interés.
El gobierno no tiene una organicidad, no tiene un norte claro ideológico, en absoluto, y por eso es completamente itinerante y equivocado en su política. Este Ministro de Hacienda, por ejemplo, creo yo que no tiene la menor orientación ideológica. Un Ministro tiene que tener una ideología para enfocar programas, el gasto tiene un objetivo. Para empezar, no cumple la ley, debiendo hacer un presupuesto por programas y resultados de acuerdo y como la ley establece.
Esto porque, que el presupuesto por programas puede dar resultados, en primer lugar y en segundo lugar, desde el punto de vista de los ingresos anda siempre buscando de donde obtener ingresos, pero no con una posición de ideología. En estos momentos lo importante es un tributo, venga de donde venga, por eso se dan exabruptos como el de salir diciendo la barbaridad de que hay que grabar los sueldos de más de 500 mil colones, cuando ya los salarios están grabados.
Todo esto para decirle, en síntesis, de que el gobierno va al garete, así se lo puedo decir, sobretodo en materia tributaria y en materia de gasto público. Al Señor Ministro en una mañana se le ocurre pedir un crédito, porque los créditos son facilísimos y mas ahora por los programas para atender la pandemia. Así, le pide a la Corporación Andina de Fomento, le pide al Banco Mundial y negocia con el Fondo Monetario Internacional, porque es facilísimo pedirlo. Y los organismos internacionales en esto están fallando, antes eran mucho más exigentes.
Deberíamos de tener mucho cuidado con la deuda exterior, estas decisiones se tienen que evaluar de acuerdo con la ley de parte del Ministerio de Planificación, cuya Ministra también ha demostrado incapacidad para entender y manejar lo público. También en este proceso tiene que haber una autorización del Banco Central, pero todo esto al parecer no se hace con el necesario rigor, por falta de esa visión política.
La Revista:
- ¿En qué condiciones estará el país de aquí hasta fin de año? Digamos en diciembre ¿qué posibles escenarios podríamos tener ante una situación sanitaria impredecible y un altísimo incremento en el endeudamiento, desempleo y pobreza extrema?
Bernal Jiménez:
Yo creo que en vez de crecimiento va a haber decrecimiento, yo estimo que puede ser el 4%, dicen que el 3.8%, pero por ahí vamos. Esto va a afectar los ingresos tributarios y el empleo, esto va a golpear muchísimo en la pobreza y el déficit fiscal va a ser de más de un 8%. Pienso que el año entrante la economía probablemente va a crecer más del 3% si saben conducirnos, ahí podríamos pensar en recuperarnos. Pero si no hacemos reformas en el gasto público, aquí no vamos a arreglar el problema del déficit.
El déficit fiscal, si fuera 3% sería más manejable, pero no quiere decir que con ello la gente esté mejor con los superávits, pero con el crecimiento económico si, y ello se refleja en el bienestar de la gente y aquí hay que hacer una serie de medidas de política económica pro desarrollo económico, para que con el crecimiento económico logremos más justicia.
Pensar en injusticia tributaria, repartiendo así a la bulla no se logra. Hay que desarrollar el país, hay que hacerlo crecer. Y eso si tal vez podría darse durante el año entrante, sin embargo, con este gobierno, que vuelvo a decir, no tiene norte, claro, no sabe para donde nos lleva las esperanzas son difíciles.
Finalmente agregaría que el gobierno debe buscar más orientación, en muchos aspectos de sus políticas públicas, pero básicamente en materia económica y social porque los hechos demuestran que ha estado y sigue muy desorientado.
- Eugenio Herrera
- Ronald Fernández
- Eduardo Amador
Bernal Jiménez Monge.
El autor es un economista y político, ha sido Presidente del Partido Liberación Nacional, ha ejercido diversos cargos como Ministro de Planificación, Ministro de Economía, Ministro de Hacienda y también Presidente de la Junta Directiva del Banco Central; Diputado, y Presidente de la Asamblea Legislativa.
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