Costa Rica: inmigración extranjera durante el Siglo XIX (Parte III)

Emilio Gerardo Obando Cairol, Genealogista.

El presente ensayo se ha dividido en tres partes, para facilitar su lectura. La Parte I y Parte II ya fueron publicadas y esta disponible para su consulta, en esta tercera parte trataré:

  • 2.8-Migración negra
  • 2.9-Migración china
  • 3.-Conclusiones

2.8-Migración negra

La oleada migratoria negra en el siglo XIX provino de las Antillas, especialmente de Jamaica. Empezó el 20 de diciembre de 1872, cuando llegó a Limón la goleta Lizzie, procedente de Kingston, Jamaica, con 123 trabajadores para la empresa del ferrocarril al Atlántico. Otros migrantes siguieron arribando al país después de esa fecha, provenientes de Panamá, Nicaragua, San Andrés, Belice, Martinica, Saint Kitts.

Sin embargo, desde mediados de ese mismo siglo, pescadores de tortugas afrocaribeñas llegaron a The Bluff (Cahuita actual), Old Harbour (Puerto Viejo), Manzanillo y Monkey Point. Mayormente provenían de Bocas del Toro, entonces territorio colombiano, y de la costa nicaragüense. Con el tiempo, varios de ellos se asentaron en esa zona y construyeron sus ranchos de maquengue sobre robustos postes de madera, elevando el piso a uno o dos pies sobre el nivel del suelo, tal como estilan los residentes actuales de la costa atlántica. Familias radicadas hoy en Limón recuerdan las historias orales de sus abuelos que constituyeron la segunda afluencia de migrantes desde la época colonial. (17)

La venida de personas de etnias negras se dio por una flexibilización del Gobierno para facilitar la construcción del ferrocarril. Costa Rica carecía de mano de obra suficiente y, particularmente, resistente a las condiciones climáticas y geográficas severas del tramo Cartago-Siquirres. La Ley de Bases y Colonización de 1862 prohibía la colonización del país con chinos y africanos.

En abril de 1874, trabajaban en la construcción del ferrocarril unas 1.000 personas de etnias negras, principalmente jamaiquinos. Muchos de ellos tenían una baja escolaridad. Su sueño era hacer fortuna y después retornar a su país de origen.

Al ser colonias inglesas gran parte de las islas de las Antillas, el negro se había criado bajo esa cultura y consideraban que Costa Rica era una nación poco civilizada y que su población era inútil. Por eso, se habían visto obligados a traerlos para la construcción del ferrocarril. No era deseable la mezcla con la población local porque “los pañas tienen piojos”. (18) La integración posterior del negro fue débil debido a su desconocimiento del idioma español y a su distinta cultura.

Existía una negación reciproca a insertarse en la vida social del país, ya que el costarricense estimaba que la etnia negra era poco conveniente para el mestizaje y que, contrario a los europeos, perjudicaría notablemente la ideología imperante, propiciada por los liberales, en cuanto a que el origen de los costarricenses era mayormente europeo y, por ende, su piel era blanca. Sin embargo, los negros eran buenos trabajadores y por lo general sumisos.

No hay evidencias documentadas de conflictos o rebeliones de parte de esos grupos durante la construcción del ferrocarril.

El negro mantuvo una posición indiferente hacia la cultura costarricense, ya que prefería conservar sus costumbres inglesas y afromestizas. Por su parte, el gobierno de nuestro país, incluso en el siglo XX les impidió, por ejemplo, desplazarse a la zona del Pacífico, para trabajar en la producción y explotación bananera. No obstante, algunos de ellos se asentaron en San José, en barrios suburbanos.

Uno de sus miembros prominentes fue Alex Curling Delisser, primer diputado negro electo para la legislatura 1953-1958. Curling es el padre de la igualdad jurídica, al lograr el 9 de julio de 1955 la aprobación de la Ley No. 1902, por la cual los costarricenses, hijos de extranjeros, dejaron de ser calificados como foráneos y pasaron a adquirir de inmediato la ciudadanía costarricense. Casa en San José el 27 de abril de 1931 con Nelly Imogene Rodríguez Ocaligan estableciendo la familia Curling Rodríguez.

En la época actual, el negro ha venido ocupando posiciones políticas, educativas y culturales más relevantes y se percibe un grado de rechazo menor a su mezcla con costarricenses de etnias blancas.

Como se observa, la inmigración negra a nuestro país ha sido escasamente estudiada. Esta ha sido cuantitativa más que cualitativa, ya que su impacto social, económico y cultural no se puede determinar en cuanto a la presencia e influencia de individuos miembros de familias, como si es factible con migraciones europeas y sudamericanas y cubanas.

2.9-Migración china

La inmigración china era vista en Costa Rica como negativa. Su raza, se decía, era degenerada, nociva y contaminadora de la raza de los nacionales.

Los primeros grupos de chinos llegaron a Costa Rica en 1855, contratados para labores agrícolas y de servicio doméstico. Un grupo de 45 fue contratado por el barón Alexander von Bülow, y otro, de 32, para laborar en la Hacienda Lepanto.

La falta de mano de obra para laborar en la construcción del ferrocarril al Atlántico motivó que el Gobierno obviara la Ley antes citada de 1862 y facilitara la traída de inmigrantes chinos. El primer grupo vino en agosto de 1872, procedente de Belice y del Atlántico hondureño. El 31 de enero de 1873 arriba a Puntarenas, procedente de Macao, el vapor italiano Glensannox, con 653 trabajadores chinos. (19)

Los contratos firmados no identificaban al individuo con su nombre y demás datos personales, sino que se les señalaba con un número, Eran tratados realmente como esclavos, siendo la persona, y no solo el trabajo, propiedad del amo. De ahí que éste los podía negociar como una mercancía.

Luego de una revuelta ocurrida el 5 de enero de 1874, al negarse esos trabajadores a laborar en un día festivo propio de su cultura, ocasión en que por lo menos seis de ellos murieron. De 653 trabajadores ingresados en 1873, un año más tarde solamente 236 se mantenían trabajando para la construcción del ferrocarril. Fueron abandonando gradualmente sus trabajos y pasaron a ser negociados para servir en las casas de miembros de la clase económica y política costarricense, en haciendas cafetaleras y en las minas del Aguacate. Contribuyó a ello también las pésimas condiciones de trabajo y de vida, además de las condiciones climáticas adversas en la zona del tramo Cartago y la Angostura. En los años que van de 1870 a 1910, se emiten decretos que regulan los movimientos migratorios, en especial de chinos. El 20 de mayo de 1897 se prohibió totalmente la migración de individuos de nacionalidad china. (20)

Los chinos, sin embargo, fueron posteriormente pioneros indiscutibles en pueblos distantes; comerciantes sin jornada laboral y emprendedores en sus propios negocios de lavandería, restaurantes, cantinas, hoteles y otros negocios en Puntarenas, Limón y Guanacaste.

“Establecieron sus familias con esposas chinas o costarricenses dando origen a un nuevo sincretismo cultural que enriquecería a la sociedad costarricense, abriendo nuevos espacios para el conocimiento, el intercambio y la comprensión de la cultura milenaria que representaban.” (21)

Al igual que con la migración negra, es difícil identificar la evolución de las familias chinas en Costa Rica. “Muchas familias de origen chino pueden contar ya al menos cuatro o cinco generaciones; en muchos casos los apellidos chinos han desaparecido por los matrimonios con costarricenses no chinos; en otros, por motivo del cambio de apellidos o la españolización de los nombres chinos; por eso es difícil reconocer quiénes tienen antepasados chinos. Apellidos como Sánchez, Sancho, Sanchún, Quirós, López, Soto, Salazar, Castro, León, Rupuy, hacen difícil la identificación de personas de origen chino. En muchos casos, los inmigrantes, que venían sin su familia, tenían hijos con mujeres costarricenses, y eran inscritos o bautizados con el apellido materno. Así, puede afirmarse que hay más sangre china en la población costarricense de lo que puede sospecharse.”. (22)

En la Columna Raíces, de La Nación Digital, Mauricio Meléndez narra la historia de Vicente Quirós, un emigrante chino que residió en Cartago y Juan Viñas y que casó, en dos ocasiones, con damas costarricenses. Sus descendientes se muestran orgullosos de sus orígenes chinos y son un ejemplo del mestizaje de costarricenses con individuos del Lejano Oriente. (23)

Con el correr del tiempo y la aceptación de los ciudadanos “de sangre blanca”, se han insertado silenciosamente y en forma paulatina en la sociedad costarricense, destacando algunos de ellos, como Franklin Chang Díaz, Hilda Chen Apuy y Adolfo Chen, en el campo científico, cultural y deportivo.

3.-Conclusiones

La inmigración extranjera a Costa Rica fue amplia y diversa durante el siglo XIX. La existencia de posiciones ideológicas liberales, que insistían en que la población poseía una sola sangre, la “sangre blanca”, independientemente de su ubicación en un determinado estrato social y económico, propició la llegada en mayor cantidad de alemanes, anglosajones, italianos, colombianos, cubanos, franceses y españoles, en detrimento de inmigrantes de otras etnias, como afromestizos o chinos, que se consideraban “razas inferiores”, perjudiciales para la composición racial de los costarricenses, además de que especialmente los chinos tenían costumbres viciosas y degenerantes.

La realidad fue que por la necesidad de conocer y aplicar innovaciones tecnológicas de países desarrollados europeos como de solventar la escasa mano de obra para proyectos como la construcción del Ferrocarril al Atlántico, Costa Rica observó la llegada de inmigrantes extranjeros, que individual o colectivamente, fueron aportando su esfuerzo al desarrollo de nuestro país.

Algunas de las migraciones extranjeras a Costa Rica en el período analizado, están debidamente documentadas, como la italiana, alemana, colombiana y anglosajona; otras, como la cubana, francesa y española, están sujetas a próximos estudios históricos y genealógicos que ahonden sobre esas migraciones y sobre las familias de esas nacionalidades que se establecieron en Costa Rica; otras más, como la migración negra y la china fueron inmigraciones cuantitativas y las fuentes documentales sobre ellas son insuficientes para conocer los nombres de los inmigrantes y de sus familias.

Los inmigrantes europeos tuvieron una presencia significativa en la vida económica costarricense durante el siglo XIX. Otras migraciones, como la colombiana y la cubana fueron aportando gradualmente su impacto cultural y humano en los subsiguientes siglos. Por su parte, las migraciones negra y china fueron poco apreciadas en el siglo XIX y descendientes de esas etnias debieron esperar hasta avanzado el siglo XX para ser reconocidos en la sociedad costarricense, en los ámbitos político, comercial, cultural, y deportivo.

Notas:

 

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