Carlos Francisco Echeverría.
1. “El fraude fiscal es 8,2% del PIB”. Esa cifra es totalmente teórica. Presume que no existieran exoneraciones de ningún tipo, y que absolutamente todas las transacciones comerciales se hicieran con factura. Eso no se da en ningún país del mundo. Mucho menos en Costa Rica, donde más del 40% de la fuerza de trabajo está en el sector informal. La inmensa mayoría de las empresas de Costa Rica son pequeñas (el taller, el salón de belleza, la venta de frutas…) y muchas de ellas no dan facturas ni pagan impuestos. Por supuesto que hay empresas grandes que tampoco pagan lo que deberían, pero a esas es más fácil descubrirlas y llevarlas a juicio, como lo confirman casos recientes muy notorios. El FMI estima que la evasión en Costa Rica es el 4,6% del PIB. Esa cifra tendrá que bajar con la factura electrónica y con el IVA, entre otras medidas que contiene la reforma fiscal para combatir la evasión.
2. “Las grandes empresas no pagan impuestos”. Según datos de Tributación Directa, el 65% de toda la recaudación en el país procede de los llamados Grandes Contribuyentes, que son unas 500 empresas. Hay otro grupo, las llamadas GETE (grandes empresas territoriales) del cual el 25% ha reportado pérdidas sostenidas. A raíz del llamado de atención de la Contraloría, ya el Ministerio de Hacienda modificó el sistema de supervisión de estas empresas para controlarlas mejor.
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3. “La reforma fiscal favorece a los ricos y castiga a los pobres”. Los ÚNICOS impuestos que AUMENTA la reforma fiscal (perdón por las mayúsculas, pero aquí las creo necesarias) son los de renta y ganancias de capital, que afectan a las personas de más ingresos. En el caso de los de renta, el aumento es escalonado: la tasa aumenta según el ingreso de la persona. El IVA, que ya pagamos todos como impuesto de ventas, se mantiene igual (13%), pero se extiende a los servicios. Esto quiere decir que se pagará al usar los servicios privados de médicos, abogados, arquitectos y otros profesionales. Lo pagaremos todos, proporcionalmente a nuestro nivel de gasto. Al ser un cargo porcentual, quien consume más o adquiere bienes y servicios más caros, lógicamente pagará más que quien consume menos o cosas más baratas. Y sabremos cuánto ganan de verdad los profesionales liberales, para poder cobrarles bien el impuesto de renta.
4. “El IVA del 1% a la canasta básica aumentará la pobreza”. Ese mínimo cargo en realidad protege a los pobres de un daño mayor, la inflación, y en general una crisis económica en la que ellos serían las primeras víctimas. El 1% permite seguirle la pista al dinero en las cadenas de producción y distribución de esos bienes. Eliminarlo exoneraría no solo a los pobres, sino también a los supermercados, a los arroceros, a todos los participantes en esas cadenas económicas. Además, la reforma fiscal dispone que lo que todos paguemos por ese 1% se dedique a programas de lucha contra la pobreza. Por otro lado, las familias más pobres tendrán exoneración total en agua, electricidad, alquileres y transporte público, por lo que el impacto del IVA en su gasto total será muy inferior al 1%.
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