Dennis Meléndez: Me asombra la preocupación y la sarta de inferencias erróneas que se hacen con relación a la compra de Twitter por parte de Elon Musk

Dennis Meléndez Howell, Economista (Ph.D.).

En primer lugar, la gente sigue sin entender el hecho de que un capital de la magnitud que tienen algunos personajes sensatos, no es, para nada dañino. Muy al contrario, es un beneficio social. Un inversionista que amasa una fortuna de esa magnitud, si lo ha hecho por medios lícitos y sin explotar a nadie, es una bendición para un país. Constantemente tiene su capital en movimiento, realizando nuevas inversiones, promoviendo nuevas ideas y desarrollo y creando enormes cantidades de nuevos empleos. No se preocupen por el consumo: una persona es incapaz de consumir todo eso y, aunque lo pudiera, su espíritu emprendedor no se lo permitiría.
Si Musk compra Twitter o cualquier otra empresa, no lo hace con recursos que tenía guardados debajo de su almohada o, a lo Rico Mc.Pato, en un enorme silo lleno de monedas de oro. Simplemente, cambia unas inversiones por otras (vende unos activos para comprar otros).
¿Y cuál es la preocupación porque haga eso? ¿Les preocupa que vaya a hacer un mal negocio? En primer lugar, eso es asunto solo de él y, en todo caso, en ese mundo, eso pasa muchas veces.
Les preocupa que lo haga para obtener más beneficios: esa es la ciencia y objetivo de las operaciones financieras. Cuando eso sucede, gana el inversionista, pero más importante, gana toda la sociedad, por dar un uso correcto a los recursos.
Leí una afirmación de un argentino de que su país tiene 44 millones de habitantes. Que si los 44 mil millones que pagó Musk por Twitter se los diera a la Argentina, alcanzaría (según sus malos cálculos) para darle US$1 millón a cada uno de sus coterráneos y solucionaría por siempre todos los problemas de su país.
Aparte del error de cálculo, hay uno peor: liquidar proyectos de inversión para transformarlos de la noche a la mañana en consumo implica disminuir la capacidad productiva en ese monto. Eso crearía desempleo y pobreza en alguna otra parte y destrucción de riqueza. Al ser el uso alternativo de esos recursos tremendamente menos productivo, el efecto neto sería una gran pérdida social.
Esas comparaciones de lo que se podría hacer con esa cantidad de dinero, son más que absurdas.

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