Editorial: Cómo construir un futuro abandonando un modelo no deseable (Podcast)

El futuro se construye mediante la acción individual de cada ciudadano y ciudadana, más no se delega, porque se arma junto a otros con quienes compartimos los mejores anhelos y aspiraciones. Ese ha de ser el nuevo rumbo a tomar: con dignidad y mucho valor. No hay otro camino.

Los costarricenses tendemos a ejercer la autocompasión, a quejarnos por supuesto, y sobr etodo esperar a que otros; particularmente aquellos que son elegidos para gobernar resuelvan. Debemos sin embargo percatarnos que cuando se opta por elegir; juzgando lo ocurrido en recientes elecciones nacionales, se hace por lo general de acuerdo a como el ciudadano se siente. Desencanto, enojo y desconfianza son criterios en vez de fundamentar su decisión en valores e ideales. Lo que se obtiene por consecuencia, son elegidos coyunturales quienes reflejan bien ese enojo y desilusión y rencor, pero no necesariamente nobles aspiraciones, humildad o sensibilidad para construir. Ello también pone de manifiesto que el ciudadano de hoy día pareciera, no estar en condición de pensar como arquitecto del futuro, ni para diseñar el “hogar” de las nuevas generaciones.

Lo paradójico es que cada vez son menos las personas con acceso a una buena formación y educación, o poseedoras de un meridiano pensamiento sobre lo que está ocurriendo o el por qué está sucediendo. Son ellas quienes pueden realmente aportar para construir y “ envisionar ” de un preciado y distinto futuro, a sabiendas de que el apagón educativo, el deterioro de los valores éticos y morales, así como la escasa formación humanista nos están pasando la factura.

La cuestión es tratar de empezar a construir desde ya, con base a acciones conscientes, el mañana que merecen los que vienen. Debe prevalecer la urgencia de la reflexión profunda sobre el entorno, así como estudiar responsablemente, evitando ser esclavos de la superficialidad que inunda el manejo tecnológico no responsable, el que tanto contribuye a distorsionar el sentido de la realidad. Es imperativo renunciar a esas formas nuevas de alienación y conformismo que tanto daño le causan al espíritu y a la conciencia humanista.

Construir el futuro implica un drástico cambio de rumbo, obliga al ciudadano responsable a asociarse con otros que tengan sus estándares éticos y morales en su lugar, y a quienes tienen aspiraciones nobles y superiores. Asimismo conviene el acercamiento con personas de conocimiento y experiencias positivas con quienes se pueda ir labrando ese anhelado día. Es una exigencia que además demanda evitar a toda costa la niebla perversa de negatividad, y toxidad del entorno, a los que contribuye la propia inteligencia artificial. Aún no estamos al parecer en capacidad de utilizar como debe ser, esas herramientas en favor de propósitos mejores para la especie. Asimismo los odios que tienen muy distintas causas, la intolerancia, la irracionalidad más todo aquello que atente contra la vida y la inteligencia, son realmente los verdaderos enemigos de cuanto procuramos para los más jóvenes y para los que les siguen.

La crisis múltiple experimentada en estos tiempos, no debe ser otra cosa sino el motivo para romper cadenas, para usar la oportunidad en ser mejores y más estudiosos, y mediante la acción concreta, transformar la realidad. El futuro se construye mediante la acción individual de cada ciudadano y ciudadana, más no se delega, porque se arma junto a otros con quienes compartimos los mejores anhelos y aspiraciones. Ese ha de ser el nuevo rumbo a tomar: con dignidad y mucho valor. No hay otro camino.

 

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