Editorial: Europa también se asusta (Podcast)

Posiblemente serán los europeos quienes nos señalen el camino, pero antes deben sacar sus propios demonios y nosotros en esta parte de América, hacer lo propio.


Estos tiempos complejos recorren el planeta de norte a sur y de sur a norte. La guerra en Ucrania con la invasión rusa, resucita viejos temores pero también odios y resentimientos añejos. Hay ancianos en Europa que vuelven a sentir un frío helado en su espalda y al mirar hacia atrás recuerdan los días, las semanas, los años más difíciles pero también horrorosos de sus vidas.

Eso es inevitable. Crecimos en Occidente y luego de la Guerra Fría muchos países optaron por sistemas democráticos y sin embargo con el transcurso de los años olvidaron el precio que debieron pagar por su nuevo sistema político. Esto es lamentable porque efectivamente según aquel político decir: los pueblos que olvidan su historia están obligados a repetirla. Existe otra aún más lapidaria de origen nórdico que quienes duermen en democracia despiertan en dictadura.

Hay fuerzas en Europa que gradualmente van moviendo los liderazgos hacia el péndulo hacia la derecha, pero no es solo eso, sino que por vía de la confrontación pertinaz van llevando a los pueblos hacia las corrientes extremas, hacia las puntas que dificultan los retornos hacia el centro.

Claro que la situación es producto de una dinámica compleja en donde la ciudadanía acaso haya optado por ser ¿silenciosa espectadora?

Europa se asusta y se prepara más para la guerra que para la paz. Este es un juego que muchos y en particular los mayores ven con ese miedo que provocan las profecías autocumplidoras.

La humanidad como especie asume retos inmensos. Sucede en Europa, en los Estados Unidos, en Latinoamérica, en África y también en Asia. Nace una nueva corriente que se rehúsa a empujar más a la especie hacia el abismo. No sabemos de resultados pero la tarea es imperativa e impostergable.

Posiblemente serán los europeos quienes nos señalen el camino, pero antes deben sacar sus propios demonios y nosotros en esta parte de América, hacer lo propio.

 

 

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