Editorial: Las pintas de Enero…
Tenemos que contribuir aportando lo mejor de nosotros. Eso no es mucho pedir, porque en nuestro lote de congojas siempre habrá espacio para ser mejores.
Con el inicio del 2022, ya se manifiestan varios temas tendientes a prevalecer durante algún tiempo. Tal es el caso de la nueva fase de la pandemia ahora con la variable omicron, que aunque más leve en su impacto en mortalidad; de acuerdo a los reportes científicos internacionales, se manifiesta más agresiva y con un contagio mucho mayor, el cual que podría afectar a los más jóvenes, a quienes no han recibido vacunación o bien a quienes se resisten a ella. Hemos sostenido en La Revista, la importancia para la ciudadanía, de seguir asumiendo con disciplina y responsabilidad las medidas sanitarias. Debemos aceptar esta realidad, como algo con lo cual habrá que seguir lidiando en lo sucesivo.
Por otra parte el inicio del período lectivo de forma presencial, seguirá siendo un tema de constante polémica. La idea es recuperar tiempo y aprendizaje perdido en el 2021 por razones de sobra conocidas, e iniciar el correspondiente al del año en curso. No obstante el reto en realidad es revitalizar el sistema educativo, al tiempo que el Ministerio de Educación Pública evidencia graves falencias, que son de vieja data. El caos se acentuó con la huelga de los educadores primero y posteriormente con la pandemia, situaciones que dejaron el curso lectivo en un limbo desde algún momento del 2019. La capacidad real para poder encarrilar de nuevo la educación costarricense, está en entredicho y su atención representa un esfuerzo descomunal. Este es un tema que sin duda seguirá ahora de la mano, con las implicaciones a corto y mediano plazo de la pandemia. Las disposiciones del Ministerio de Salud marcarán la pauta en este tema.
En lo que respecta a las elecciones nacionales, la campaña no ha provocado mayor mella en la conciencia de la mayoría de los costarricenses, que lucen indiferentes ante los intentos de los candidatos de los diversos partidos por llamar su atención. Más de una veintena de opciones es una locura. No parece que haya nada en el horizonte de Enero, capaz de entusiasmar a los votantes, muchos de quienes encaminan su reflexión, a no cometer un nuevo error a la hora de elegir y procurar en el caleidoscopio de colores, ponderar que es lo que menos daño le puede causar a la sociedad costarricense, a partir de Mayo del 2022. Que habrá segunda ronda es algo inevitable y pinta que la elección de abril estará muy polarizada. Esto parece inevitable.
Los temas de corrupción y narcotráfico constituyen también, un serio llamado de atención a la población costarricense, gracias a las intervenciones del OIJ. Está claro que las serias amenazas a la democracia no provienen sólo de la disfuncionalidad institucional y del desencanto político, sino también de los avances del crimen organizado y la actividad del narcotráfico, aspectos que se han venido posesionando gradualmente y en contubernio con políticos y funcionarios públicos.
La agenda económica del país y la necesidad del ajuste que demanda la regla fiscal, parece igualmente ser temas de mayores debates en el Congreso y los diversos sectores. Hay resistencia de un sector de la institucionalidad, para someterse a la rígida disciplina que permite el orden de las finanzas públicas, a la vez que se desdeña asumir los compromisos necesarios para que el país pueda salir adelante…
Así pintan las cosas en el arranque de Enero del 2022.
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