Apuntes: El silencio del sector sindical ante los errores del Gobierno en la educación

Los educadores han perdido su voz y su firmeza en la defensa de la educación pública y los derechos de los trabajadores.

SINDICALISMO

En un momento en que la educación pública de Costa Rica enfrenta desafíos monumentales, el sector sindical, que una vez fue un firme defensor de los derechos de los trabajadores y la calidad de la educación, parece haberse sumido en un incomprensible silencio.

Las voces que antes se alzaban enérgicamente en defensa de la democracia social costarricense y la educación pública han quedado prácticamente mudas en los últimos tiempos. Ni la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), ni el Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC), ni la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), ni siquiera los sindicatos de las universidades públicas han dado una respuesta adecuada a los errores políticos y administrativos del gobierno de Rodrigo Chaves.

En otras épocas, el sector sindical tenía un papel protagónico en la defensa de la educación pública y la justicia social. Sin embargo, en la era de Chaves, parecen haber perdido su voz y su valentía.

Mientras que en el pasado, estos sindicatos habrían salido a las calles y se habrían enfrentado enérgicamente a cualquier amenaza contra la educación pública, hoy parecen contentarse con quedarse en un cómodo y peligroso silencio.

El sector sindical de la educación ha sorprendido a la opinión pública al mantenerse impávido, especialmente frente al último informe sobre “El estado de la educación”. Esta reacción, o más bien falta de reacción, ha dejado perpleja a la sociedad costarricense, que históricamente ha visto en los sindicatos educativos una voz activa y comprometida en la defensa de la educación pública. La indiferencia mostrada ante un informe que, sin duda, contiene datos alarmantes sobre la situación educativa en el país, plantea interrogantes sobre la verdadera dedicación de estas organizaciones a la mejora del sistema educativo y su disposición a abordar los desafíos que enfrenta Costa Rica en esta área crucial.

La educación pública es el pilar de la democracia social costarricense, y es responsabilidad de los sindicatos velar por su integridad y calidad. Sin embargo, en lugar de actuar como guardianes de la educación, parecen estar más preocupados por mantener una relación amigable con el gobierno de Chaves. Este enfoque complaciente ha llevado a que los sindicatos se muestren indiferentes ante medidas que afectan negativamente a los docentes y estudiantes.

Es especialmente preocupante que los sindicatos no hayan presentado propuestas sólidas para solventar las carencias del sistema educativo a largo plazo. Más allá de las demandas laborales, deberían estar liderando la discusión sobre cómo mejorar la educación pública, cómo abordar los desafíos educativos en la era moderna y cómo garantizar que Costa Rica siga siendo un referente en educación en la región.

El gobierno de Rodrigo Chaves ha demostrado ser insensible a las necesidades del sector educativo y ha tomado decisiones que socavan la calidad de la educación pública. Ante esta situación, el silencio de los sindicatos es aún más desconcertante. En lugar de ser una fuerza de oposición y crítica constructiva, parecen haberse convertido en cómplices de las medidas del gobierno.

Es comprensible que la búsqueda de consensos y el diálogo sean importantes en la política actual, pero esto no debe ser una excusa para la pasividad. Los sindicatos tienen la responsabilidad de defender los intereses de los trabajadores y la educación pública, incluso cuando el diálogo con el gobierno sea difícil.

Los educadores han perdido su voz y su firmeza en la defensa de la educación pública y los derechos de los trabajadores. Su falta de respuesta ante los errores del gobierno de Rodrigo Chaves los convierte en cómplices de medidas que amenazan la calidad de la educación y la democracia social costarricense. Es hora de que los sindicatos vuelvan a ser la voz enérgica y comprometida que una vez fueron en defensa de la educación pública y los valores democráticos del país.

 

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