Eli Feinzaig: aclaro puntos de vista sobre inversión extrajera y reactivación económica

Pero no puedo pasar por alto la inconsistencia del mensaje presidencial. Una gira de promoción de inversión no es una gira de reactivación económica. Son dos cosas muy distintas.Se puede tener un sector externo altamente dinámico con una economía local estancada, que no resuelve los problemas de desempleo y pobreza. Eso, de hecho, es lo que está pasando en Costa Rica.

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Eli FeinzaigEconomista.

A juzgar por las llamadas, mensajes y comentarios que recibí, pareciera que mi reciente comentario acerca de inversión extranjera y reactivación económica no fue bien comprendido por algunos lectores. Me permito hacer algunas aclaraciones.

Para un país pequeño como Costa Rica, no tenemos más opción que mirar hacia afuera si queremos crecer. Debemos insertarnos en el comercio internacional, tanto para abrir mercados para los productores nacionales como para ampliar la disponibilidad de bienes y servicios para el consumidor nacional. Debemos también atraer inversión extranjera para ampliar la capacidad productiva y de generación de empleo del país.

Creo -como lo dije con todas sus letras- en la promoción de las exportaciones y la atracción de inversión extranjera directa. Creo tanto en la necesidad de insertarnos en la economía mundial, que no logro entender la terquedad del gobierno de don Carlos Alvarado de no querer ingresar a la Alianza del Pacífico, un mercado de más de 230 millones de personas en nuestro vecindario, en 4 de las economías más dinámicas de la región.

Los principales beneficiarios de ingresar a la Alianza del Pacífico serían las mipymes. Datos de Procomer: el 86% de las empresas que colocaron producto costarricense en Suramérica en el 2017 fueron mipymes, y por el valor de sus ventas representaron el 70% del total exportado a esa región.

En contraste, de las empresas que exportaron hacia Norteamérica, el 71% fueron mipymes, pero el valor de sus ventas representó tan solo un 15% del total. Si queremos hablar de reactivación que beneficie al productor local, Alianza del Pacífico sería una magnífica herramienta.

No critico la gira presidencial para promover a Costa Rica como destino de inversión. Por el contrario, habiendo trabajado como promotor de inversión extranjera, conozco el impacto positivo que una visita de tan alto nivel puede tener en la decisión de inversión de una empresa. A los que hablaron despectivamente de una gira turística o un paseíto presidencial, o algo peor, les aplicamos la de Lucas: perdónalos Señor, no saben lo que dicen.

Pero no puedo pasar por alto la inconsistencia del mensaje presidencial. Una gira de promoción de inversión no es una gira de reactivación económica. Son dos cosas muy distintas.

Se puede tener un sector externo altamente dinámico con una economía local estancada, que no resuelve los problemas de desempleo y pobreza. Eso, de hecho, es lo que está pasando en Costa Rica.

Dije en el comentario que los mecanismos de transmisión entre las realidades paralelas del sector externo dinámico y el sector doméstico estancado están rotos. Lo voy a sustentar con datos.

El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) marcó en diciembre un crecimiento interanual del sector manufacturero del 2,2%. Pero cuando vamos al detalle descubrimos que la manufactura en régimen definitivo tuvo una contracción del 2,4%. Régimen definitivo, para los que no manejan el lingo, se refiere a la producción para el mercado nacional, en contraposición a los regímenes de importación temporal a los que se acoge buena parte del sector exportador (zona franca, maquila).

También según el IMAE, el sector agropecuario estuvo estancado en el 2018 (leve contracción de 0,1%), pero los productos de exportación tuvieron un leve crecimiento (0,5%). La tendencia es clara: el sector externo crece y la economía doméstica se estanca o decrece.

No está bien confundir reactivación económica con atracción de IED. Hacerlo es desviar la atención del hecho de que si bien el gobierno ha promovido algunas medidas puntuales, lo cierto es que no tiene una estrategia global de reactivación.

¿Qué medidas ha promovido el gobierno? Las mismas que cada cuatro años anuncia el gobierno de turno, pero no logran el objetivo: simplificación de trámites, infraestructura, bilingüismo, banca de desarrollo, inversión en puestos fronterizos, IED, etc.

Una estrategia macro debería eliminar los obstáculos a la competitividad:

  1. Altos aranceles proteccionistas que encarecen el costo de la vida (sobre todo canasta básica y construcción).
  2. Monopolios públicos en energías y sector financiero, que encarecen la producción y el financiamiento.
  3. Monopolios privados en sectores clave (arroz, azúcar, lácteos, pollo, cemento varilla) que, junto con los aranceles, encarecen la vida, la construcción y la producción.
  4. Un código laboral anticuado (de 1941) que no contempla las modalidades de contratación modernas ni las necesidades del mercado laboral (flexibilidad de horarios, requisitos de despido) y fomenta la automatización e informalidad.
  5. Un esquema de seguridad social excesivamente ineficiente, caro, burocrático y engorroso que promueve la informalidad y también la automatización, en detrimento de la mano de obra menos calificada.

Mi crítica al modelo de desarrollo se fundamenta en la existencia de esas dos realidades paralelas que he descrito: un sector externo dinámico que disfruta de bajos o nulos impuestos y trámites acelerados, y una economía local donde se paga el 58% de las utilidades en impuestos, la burocracia es castrante, la pobreza no cae del 20% y el desempleo se dispara al 12%.

Que lo critique no quiere decir que todo esté mal. Tampoco quiere decir que hay que restarle dinamismo al sector externo. Así como hay que uberizar los taxis y no taxificar #Uber, hay que convertir al país en una enorme zona franca, no arrastrar al sector externo al pantano.

En fin, y para los que quieran entender, aquí dejo esta aclaración. No hay que tirar al bebé con el agua sucia de la tina, pero hay que cambiarle el agua, y quizás también la bañera.

Eli Feinzaig.
Economista, consultor y empresario. Liberal, demócrata y librepensador.
Presidente del Partido Liberal Progresista.  
#SoyLiberal

 

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