Eli Feinzaig: La garrotera de un Estado solidario que garrotea y balea a sus ciudadanos
Aún en situación de emergencia, no vivimos en un estado policial donde las autoridades pueden proceder de manera abusiva y violenta contra los ciudadanos, violando sus derechos civiles y libertad, y empeñándose en arruinar sus negocios, sus fuentes de sustento y sus formas de vida.
Eli Feinzaig, Economista.
La primera imagen me la envía una persona cuyo pequeño negocio turístico se vino al suelo con la pandemia. Para poder mantener el lugar en buen estado a la espera de la reapertura, necesitó incurrir en gastos de electricidad, a pesar de que sus ingresos cayeron a cero desde mediados de marzo.
Para poder hacerle frente a esta situación, buscó utilizar las “facilidades de pago” que “muy solidariamente” ofreció el ICE a sus abonados.
Estas son las condiciones de “tan generosa y solidaria” oferta por parte del ICE: para alcanzar un arreglo de pago, el cliente debe cancelar el 20% de la factura por adelantado y, luego de cumplir una serie de requisitos, el ICE le financiará el saldo, es decir, el otro 80%, a la Tasa Básica Pasiva más 30 puntos porcentuales.
Eso, hoy, arroja una tasa de interés del 33,95%. ¿Qué fue aquello? ¿Será que ante la caída de sus ventas por la disminución de la actividad económica, el ICE decidió cambiar el giro de negocios? ¿Pasar de “la empresa eléctrica de todos los costarricenses” a “la garrotera que se abusa de los costarricenses en su peor crisis”?
¿Es este es el modelo de estado solidario que tanto pregonan? ¿El que abusa de quienes quieren ponerse en orden y encarcela a quienes protestan pacíficamente por medidas que les permitan volver a ganarse la vida?
¿El que garrotea a personas que se manifiestan -pacíficamente y al aire libre- y detiene violentamente a una señora inofensiva y desarmada, por supuestamente irrespetar las medidas sanitarias (en una marcha, insisto, al aire libre, donde la gente estaba guardando la distancia, como se puede comprobar en los videos), para montarla como a un criminal peligroso, esposada, en un doble cabina de la Fuerza Pública en el que se subieron también 3 ó 4 policías, convirtiendo aquello en una lata de sardinas donde no se respetó el sano distanciamiento físico?
Esto es un abuso por dónde quiera que se le vea. Aún en situación de emergencia, no vivimos en un estado policial donde las autoridades pueden proceder de manera abusiva y violenta contra los ciudadanos, violando sus derechos civiles y libertad, y empeñándose en arruinar sus negocios, sus fuentes de sustento y sus formas de vida.
¡Basta ya!
Comentarios