Fernando Cruz – Jorge Luis Villanueva Badilla: El tribuno locuaz y convincente

Fernando Cruz Castro,  Abogado, Magistrado, Presidente de la Corte Suprema de Justicia.

En estos días se cumple un aniversario de su deceso.  Fue  un parlamentario distinguido y muy polémico. Don Jorge, social demócrata auténtico, no claudicó. Lo recuerdo en una mesa redonda que se realizó en la Facultad de Derecho, era el año  1969, yo tenia veinte años. En la mesa redonda  se discutía el contrato ley de ALCOA. En mi bisoñez me llamo la atención ese joven diputado que vestía un traje entero de  colores encendidos y con chaleco.

Qué impresionante para mi ver a don Jorge Luis, defendiendo la soberanía política y económica del país. Era un orador brillante, buen polemista. De muy fina y cáustica ironía. No necesitaba ser comunista para oponerse al contrato con una trasnacional, era un diputado socialdemócrata, un liberacionista de la época. Para mi fue inspirador escuchar los argumentos en defensa de este pequeño país, expresando sus  objeciones  frente a los abogados de ALCOA.  Su oratoria y los valores que defendía le dieron mucho sentido a lo que yo pretendía al estudiar Derecho.

El joven diputado Villanueva nos dio una lección sobre el derecho justo, también nos iluminó el camino sobre lo que es la oratoria como la recomienda Cicerón. Recibí una lección sobre la justicia internacional y los poderes que trascienden los Estados nacionales de segunda línea. Estaba encantado con la argumentación incisiva y sarcástica de  Villanueva. Una lección inolvidable. Este tribuno fue disidente dentro de su fracción,  al oponerse al contrato de Alcoa.  Esas disidencias militantes y sonoras, casi han desaparecido. Don Jorge Luis no era dócil, no hizo fila con sus compañeros de fracción, no tuvo problemas para disentir, le importó poco ser minoría,  oponiéndose al contrato, al igual que lo hizo don Rodrigo Carazo. Fiel a su fuerte personalidad, firmó la famosa proclama de Patio de Agua, que es una declaración importante en la historia liberacionista.

Disentir no fue un obstáculo para un socialdemócrata convencido como el tribuno Villanueva, político polémico, que en su discurso inteligente y encendido, creaba enemigos y adherentes, no había tibieza en su mensaje. Todavía conservo los vivos colores de aquella actividad en el auditorio de la Facultad de Derecho.  Hoy, don  Jorge Luis,  se convirtió en historia. Nadie lo sustituirá, su voz no se apagará, resonará cuando queramos repasar el ideario social demócrata del partido al que dedicó su vida. Había en su mensaje una soltura para cuestionar las consignas que respaldaban la aprobación del Contrato Ley. Sobrevivió a la política, un gran logro, por cierto. Dejó un legado muy claro sobre lo que debe ser una sociedad más justa, más democrática. No  fue silencioso, no se acomodó, no fue dócil, fiel a sus valores, los defendió, sin morir en esa misión….

En mis recuerdos de estudiante de Derecho, aún puedo ver los gestos del parlamentario disidente, la mordacidad de sus argumentos. Se echó el auditorio al bolsillo, en cada golpe de sus palabras, los asistentes estallaban en aplausos, todavía siento esa  energía juvenil que envolvió el recinto y elevó la temperatura de la  discusión. Los abogados que representaban a la empresa, perdieron su discurso, sus argumentos parecían balbuceos. La agilidad mental del tribuno, fue un rasgo que me impactó. Con gracia y cáustica  ironía, don Jorge Luis desarmó el tablero de argumentos de los representantes de ALCOA. Al finalizar, pensé que era una de esas lecciones de derecho justo que tanto necesitamos los abogados y los estudiantes de Derecho.

Bueno, el tribuno Villanueva, ya es historia, pero para mí,  sigue vigente, es historia viviente de lo que es la democracia y su construcción desde la disidencia.