Fernando Cruz: La vieja casa frente al mar. Castillo de mis recuerdos y alegres fantasías
Es mi memoria fantástica eludo el peso de mi tiempo, soñando con el pasado que ha quedado atrapado en la arboleda amorosa de mis padres. Cada viaje a ese rincón, es un retorno a mi pasado fantástico.., camino entre nostalgia y gozo, no quiero que esas imágenes huyan de mi memoria.
Fernando Cruz Castro, Abogado, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
Soledades, silencio y recuerdos..ese es el viaje a la playa, a la casa de mi padre…y de mi madre. Todavía está en pie el diseño original de la vieja casa, veo a mi padre entre los árboles que amó, en aquel arenero logró sembrar árboles y palmeras que ahora me cubren y me protegen del sol abrasador, cada rama, cada hoja, me recuerda su identidad. Con la naturaleza..ahí está su testamento viviente.
A veces, entre esos mensajes de variados verdores, percibo el tropel de parientes y amigos que venían a departir con alegría, buscando la libertad que sugiere el mar y el sol quemante…es la multitud de mis recuerdos, la multitud que venía al recreo grande, como niños de escuela huyendo de las reglas para encontrar la alegría. El mar y el Sol, magos de ese estado lúdico. El puerto….mi primer contacto con la diversidad, la pluralidad que se extendía ante mis ojos de infante de seis años, la casa frente al mar, la de mis padres, era otro universo. Eso me parecía..allí todo era diferente.
Así encuentro.. esta enciclopedia de recuerdos que regresan con mi fantasía..regresan entre alegría y triste nostalgia, ese tropel de alegres caminantes, parientes y amigos que nos buscaban sólo por el afán de respirar el mar y atrapar la luz de un sol diferente, quemante, omnipresente. Querían conversar y compartir la luz. En cualquier rincón de esta arboleda que creció entre arena y sequía, resucitan recuerdos vivos, imágenes variadas, todos disfrutando de la hermandad de esos árboles que me abrazan, como amorosos hermanos mayores. Es mi memoria fantástica eludo el peso de mi tiempo, soñando con el pasado que ha quedado atrapado en la arboleda amorosa de mis padres. Cada viaje a ese rincón, es un retorno a mi pasado fantástico.., camino entre nostalgia y gozo, no quiero que esas imágenes huyan de mi memoria.
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