Fernando Cruz Castro, Abogado, Magistrado, Presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Recordar a mis padres en mi natalicio. Sentir ese amor de los progenitores, fuente de mi alegría y mi resistencia. A pesar de pesares, a pesar de esta desesperanza social que respiro, la imagen de mis padres me permite sonreír y esperar esas luces que eran abundantes en esta querida Patria. Evito el abismo de la desesperanza aferrado a esa energía infatigable de mi madre y de mi padre. Agradecer a tantas personas que me escucharon y me dieron una oportunidad….tantas de las que he recibido favores y perdón. Todos los que me han deseado lo mejor en este día, son fuente de energía..que se une a la de mis progenitores.. Nací en un país de oportunidades.., un país que ofrecía algo más que trabajo, un país que soñaba con garantías sociales, que no se calificaban de paternalismo, recordar que un presidente le interesó la música y sus intérpretes, de eso hablaba. Era un país con posibilidad de vivienda, salarios crecientes, y además, algún Presidente hablaba de música y de músicos jóvenes. Con esos recuerdos me quedo, ahora que recorro el último trecho de mi existencia. Me entristece percibir que nuestra juventud debe conformarse con poco o nada, los sueños se esfumaron.., hay que reducir los gastos sociales, para que haya trabajo, por lo menos eso.
Es que no hay para más, a pesar de las exportaciones y el libre comercio. Jóvenes que se preparan para buscar otras fronteras, otros países. Así se sobrevive. Percibo la angustia de los jóvenes..ante este raquítico porvenir. Percibo esa tristeza, esa desesperanza. Cómo no pensar en el privilegio que tuve en una Costa Rica que soñaba con desarrollo humano y democracia económica. Conservo la alegría de mis progenitores..pero no soy indiferente ante una atmósfera brumosa, tan confusa..que renuncia a los sueños de justicia social y equidad. Qué hay detrás de esta bruma que nos irrita..que nos confunde. Los jóvenes..con esa energía tan valiosa, encontrarán respuesta…pero no viven el privilegio que tuve al crecer con un horizonte de sueños..en que un Presidente se interesaba por la música. Alegría por mi vida, que la debo a tantos, solidaridad, por la incertidumbre que viven los jóvenes. En la nostalgia de mi natalicio, vivo mis alegrías y percibo la incertidumbres de jóvenes que tienen derecho a soñar. Me va cubriendo la vejez y sigo sonriendo…en medio de la incertidumbre.
Recuerdo a Sábato, que decía con sabio realismo: «lástima que cuando empiezo a aprender el oficio de vivir, ya hay que morir»…algo hay de eso..es un aprendizaje lento, a veces doloroso, cargado de incertidumbre, no creo que haya aprendido el oficio de vivir..soy mal alumno, pero si sé que soy con los demás..aunque no lo parezca.
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