Francisco Flores: ¿La humanidad nació o se hizo desigual?

¿Qué tal sí, en lugar de contar la historia acerca de cómo nuestra especie cayó en desgracia desde el idílico estado de igualdad, nos preguntamos cómo acabamos atrapados en grilletes conceptuales tan pesados que no somos capaces siquiera de imaginar la capacidad de reinventarnos?  Esto queridos lectores solo es un anticipo de muchos comentarios que espero seguir compartiendo de modo tal que logremos entender si la desigualdad es el resultado final de la humanidad o solo es el punto de quiebre sobre el cual podemos aspirar a vivir de otra manera.

Francisco Javier Flores Zúñiga, Relaciones Internacionales.

David Graeber y Davide Wengrow,[1] publicaron en el 2022, los resultados de una investigación sobre el origen de la desigualdad, que durante una década les condujo desde las disciplinas de la Antropología y la Arqueología a una serie importante de conclusiones que permiten cuestionar autores como Jared Diamond, Francis Fukuyama y Yuval Noah Harari.   Su obra El Amanecer de todo, es una nueva historia de la humanidad, que destaca no solo por su crítica a los pensadores de la ilustración, sino porque ambos demuestran que la interpretación que se ha hecho de nuestros antepasados surge en el siglo XVIII producto de una reacción conservadora europea, frente a las aportaciones de las culturas indígenas que el colonialismo y el imperialismo no solo ignoraron, también intentaron desaparecer.

La investigación realizada desarticula los relatos fundacionales hegemónicos, desde el desarrollo de la agricultura y las ciudades hasta los orígenes del Estado, la desigualdad y la democracia.  Recomiendo esta obra que nos conduce a un debate sobre el mito de que las sociedades se vuelven menos igualitarias y libres a medida que se hacen más complejas y “civilizadas”.  Los autores señalan que la historia de la Humanidad se ha perdido de manera irremediable, dado que nuestra especie “homo sapiens” existe desde hace 200.000 mil años, pero lo cierto es que no tenemos ni la más remota idea de lo que sucedió en ese tiempo.  ¿Por qué? el conocimiento que tenemos de nuestros antepasados apenas data de los últimos 25 mil años, es decir hay más de 175 mil años de tiempo que no podemos conocer, porque sencillamente no hay forma de encontrar rastros de ello.

En la medida en que el relato sobre el origen de la humanidad esta tan limitado, al tratar de entender nuestro contexto actual, en donde la violencia, la guerra, la explotación y la indiferencia nos gobiernan, cabe preguntarse si es que siempre hemos sido así, o existe un momento en el que algo hicimos mal.  Obviamente la respuesta ha sido siempre teológica, en la que el debate es si el ser humano es bueno o malo, lo cual ha hecho que la versión de la historia, este fundada en el Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, que Jean Jacques Rousseau escribió en 1754.  Según este autor en un momento éramos cazadores-recolectores y vivíamos en un estado de prolongada inocencia en pequeños grupos. Estos eran igualitarios por su tamaño, pero con la Revolución Agrícola y el surgimiento de las ciudades todo llegó a su fin, dado que eso dio nacimiento a la civilización, con todas sus cosas buenas y malas.

La anterior simplificación, es rebatible, y sin embargo es usada para muchos autores, de modo que según Graeber y Wengrow, el único texto que lo rebate es el Leviatán de Hobbes en 1651, ósea antes de Rousseau, el cual para muchos consideran el texto fundacional de la moderna teoría política. Dice, que, dado que los seres humanos son egoístas, la vida en un Estado de naturaleza original no es inocente: en realidad, debía ser “solitaria, pobre, asquerosa, bruta y corta” es decir un estado de guerra de todos contra todos. Aquí lo que destacan los investigadores es que la idea de una historia evolutiva en grupos pequeños según Hobbes, se limitaba a la reproducción, pero no estaba basada en la igualdad.  Tal vez la única forma de reprimir el instituto humano fue lo que dice Rousseau: creando los Estados y su desarrollo institucional, pero aún ni eso fue suficiente.

Para Graeber y Wengrow estas dos narraciones son falsas, tienen terribles implicaciones políticas y hacen del pasado algo innecesariamente aburrido.  De modo que su tesis es un intento por contar otra historia más esperanzadora y más interesante. Una en la que, al mismo tiempo, se ofrezca una mejor narración de lo que las últimas décadas de investigación les permitió aprender. Con base en nuevas evidencias científicas acumuladas por la arqueología, la antropología y las disciplinas relacionadas, todas las pruebas apuntan hacia una narración totalmente nueva de cómo se desarrollaron las sociedades humanas en los últimos 30.000 mil años aproximadamente.  Lo que la ciencia permite ahora demostrar es que las sociedades humanas carecían de jerarquías, eran relativamente libres y no necesitaban de gobernantes totalitarios o guerreros ambiciosos.

Todas las piezas encontradas, demuestran que la historia es totalmente diferente, pero permanece oculta excepto a unos pocos privilegiados expertos. Aunque hay expertos que se conforman con su pieza del rompecabezas sin interés alguno en unirla a otras piezas para tener el conjunto completo. Sin duda es una tarea enorme unir las piezas, pero para los autores, hay que comenzar por algo, y para ello es crucial que abandonemos las imágenes de Rousseau y Hobbes, de modo que logremos lo esencial, un cambio de paradigma.  Ese cambio implica identificar los pasos iniciales que llevaron a la idea de evolución social, que son precisamente una reacción conservadora europea desarrollada en el siglo XVIII frente a la crítica realizada por comentaristas y observadores de la sociedad europea, como el estadista nativo americano (hurón-wyandot) Kondiaronk , de quien los autores nos ofrecen una oportunidad inédita para aprender.

La “critica indígena” no solo es una contribución al pensamiento social, fuera de la visión centroeuropea, es la mejor contribución de los pueblos indígenas que para unos europeos eran ángeles y para otros eran demonios. Para los autores, no es sencillo un dialogo o intercambio intelectual ente un ser considerado divino u otro diabólico, dado lo irrelevante de lo que ambos digan o profundo. Lo cierto es que no es posible conversar con ellos, están muertos.  Por ello el desafió de la investigación es enfrentar corrientes de la historia muy fuertes, o morir en el intento. No deja de ser esta obra todo un reto intelectual, pero ante todo una re-visitación a  todos aquellos lugares en los que se iniciaron  muchas de las ideas dominantes o leyes humanas que hoy están en discusión, dado que el impulso humano es no permanecer pasivos a la historia, sino ir poco a poco desentrañando sus hechos y sus evidencias, desmontando todos los mitos y asegurando que el mundo sea un lugar según la humanidad lo desea, y no según algunos lo han creado para su uso particular y personal.

Graeber y Wengrow nos dicen que los seres humanos somos proyectos de auto creación colectiva, por lo tanto, es necesario abandonar una idílica organización de la sociedad humana, y pensar en formas alternativas, de modo que superemos la historia de la humanidad como la aspiración de un acceso igualitario a los recursos materiales, sino como nuestra capacidad para contribuir a decisiones acerca de cómo vivir juntos.  El punto de estos autores se expresa en tres preguntas fundamentales: ¿Qué tal si nos acercamos así a la historia de la humanidad? ¿Y si tratamos a la gente, desde el principio, como criaturas inteligentes, imaginativas y lúdicas que merecen ser comprendidas como tales? ¿Qué tal sí, en lugar de contar la historia acerca de cómo nuestra especie cayó en desgracia desde el idílico estado de igualdad, nos preguntamos cómo acabamos atrapados en grilletes conceptuales tan pesados que no somos capaces siquiera de imaginar la capacidad de reinventarnos?  Esto queridos lectores solo es un anticipo de muchos comentarios que espero seguir compartiendo de modo tal que logremos entender si la desigualdad es el resultado final de la humanidad o solo es el punto de quiebre sobre el cual podemos aspirar a vivir de otra manera.


[1] Graeber y Wengrow, David. (2022) El amanecer de todo. Una nueva historia de la humanidad.  Editorial Ariel, Planeta,S.A. España. Cuarta Reimpresión 2023. 841 páginas.

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