Fraser Pirie: El secreto en la habitación 40

¡Quedó muy claro, que un caballero si lee la correspondencia ajena!         

Fraser Pirie R.                                      

Las carrozas de la coronación del rey Carlos III, al pasar al frente de los edificios blancos de Whitehall, y en especial el edificio del almirantazgo naval, me hizo recordar que no tanto tiempo atrás los ingleses como caballeros parecen ser, indicaban que:
“Un caballero no le lee la correspondencia de otro caballero”. ¡Entonces los potentados ingleses buscaron unos que no fueran tan caballerosos para articular un efectivo centro de espionaje! El hombres escogido fue el capitán Reginald “Blinker” Hall. Tenía un tic en el ojo que lo hacían guiñar constantemente. Era desesperante, ¡pero resultaba ser un hombre muy astuto y aficionado a la intriga!

El capitán Reginald “Blinker” Hall, jefe de la contrainteligencia.
En forma muy discreta, Hall construye un equipo de desciframiento de códigos con expertos extraídos de las universidades con especialidades en lenguas modernas y antiguas, como lo fue Nigel de Grey.

Otro fue Alfredo Knox, un erudito de los clásicos y jeroglíficos de Cambridge. Knox había instalado una bañera en su oficina y pasaba horas de horas metido dentro de la tina descifrando códigos secretos. Adentro de la bañera, claro.Nigel de Grey Alfred Knox

El imperio alemán se encontraba en una lucha desesperada contra el imperio inglés en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

En una imprudencia absoluta el canciller alemán Zimmermann envía un telegrama a la embajada alemana en México. Pero la extraña ruta es hacia Washington y desde Washington reenvío a México, sin conocer que los ingleses tenían un programa con los americanos de escuchas secretas.

El telegrama Zimmerman fue interceptado y parcialmente descifrado por los criptógrafos Nigel de Grey y William Montgomery en la habitación 40. El código cifrado alemán utilizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán había sido analizado y descifrado en parte.

La ruta del telegrama: Al inicio de la Primera Guerra Mundial, la marina británica destruye los cables submarinos alemanes que pasaban frente a su isla, eliminando la posibilidad del imperio alemán de enviar comunicaciones directas a América. El telegrama codificado se entregó en la embajada americana en Berlín a las 3:00 de la tarde del martes 16 de enero 1917. El embajador norteamericano consulta cuál es el contenido de este mensaje tan largo y le aseguran que está relacionado con propuestas de paz.

Ya para esa tarde noche había pasado por Estocolmo y luego a Londres antes de llegar al Departamento de Estado en Washington. El 19 de enero 1917, llega a la embajada alemana en Washington donde es decodificado y luego recodificado de nuevo con una clave obsoleta, para luego ser enviada por Western Unión a México llegando a ese mismo día. ¡La clave secreta, pero obsoleta, era ampliamente conocida por los ingleses!

El problema para los británicos era que si se publicaba el telegrama los alemanes entenderían que sus códigos estaban penetrados y los modificarían de inmediato. Si los británicos no publicaban el telegrama perderían la oportunidad para que los Estados Unidos se diera cuenta de la perfidia.

Ministro alemán Arthur Zimmermann

El telegrama secreto y las primeras claves descifradas.

Los diplomáticos alemanes no se preocupaban por usar la línea telegráfica americana ya que comprendían que los Estados Unidos no tenía la tecnología de cifrado y no sabían, ni podían descifrar los mensajes diplomáticos. Pero también si lo daban a conocer sería admitir que los ingleses espiaban las comunicaciones norteamericanas. ¡Necesitaban encontrar una manera de publicar el telegrama sin mostrar la ruta secreta inglesa!

Señor H: El brillante Nigel de Grey, calculó que la embajada alemana en Washington posiblemente mandaría el telegrama en forma corriente, por lo que seguramente quedaría una copia en México. De inmediato el espionaje inglés se contacta con un agente en México conocido con la clave Señor H., quien tuvo la oportunidad de ir a la oficina Central de Correos y Telégrafos en la Ciudad de México y sacar una copia del mensaje. Además el telegrama había sido mandado utilizando un código viejo que se pudo descifrar en su totalidad.

Ya con los secretos bien guardados, el Ministro de Relaciones Exteriores de la Foreign Office lo remitió al presidente Woodrow Wilson. Cuando el telegrama secreto fue publicado los americanos se enfurecieron y todavía más cuando en una doble imprudencia el Secretario de Relaciones Exteriores alemán Arthur Zimmerman admitió el 3 de marzo 1917, … ¡que el telegrama era genuino!

Este triunfo de la inteligencia británica fue tan significativo que influyó inmediatamente en las decisiones norteamericanas al declararse en guerra con el Imperio Alemán.

El telegrama Zimmermann:

“Nos proponemos comenzar el primero de febrero la guerra submarina, sin restricción. No obstante, nos esforzaremos para mantener la neutralidad de los Estados Unidos de América. En caso de no tener éxito, proponemos a México una alianza sobre las siguientes bases: hacer juntos la guerra, declarar juntos la paz; aportaremos abundante ayuda financiera; y el entendimiento por nuestra parte de que México ha de reconquistar el territorio perdido en Nuevo México, Texas y Arizona. Los detalles del acuerdo quedan a su discreción”.

“Queda usted encargado de informar al presidente de México de todo lo antedicho, de la forma más secreta posible, tan pronto como el estallido de la guerra con los Estados Unidos de América sea un hecho seguro. Debe además sugerirle que tome la iniciativa de invitar a Japón a adherirse de forma inmediata a este plan, ofreciéndose al mismo tiempo como mediador entre Japón y nosotros”.

En sí, la oferta al gobierno mexicano sugería una alianza entre México el Imperio Alemán. Si los Estados Unidos no se mantenía neutral, los mexicanos lanzarían un ataque militar contra los Estados Unidos con el fin de recuperar a la fuerza los territorios cedidos en los tratados de Guadalupe Hidalgo.

Al recibir el comunicado el presidente mexicano Venustiano Carranza se reunió con su consejo militar para estudiar la propuesta. Era una aspiración mexicana recuperar esas tres provincias, pero un ataque militar mexicano traería una severa respuesta bélica de los Estados Unidos, país que ya contaba con un ejército y una marina de guerra más numerosa y mejor armada que las fuerzas de México. Calcularon que difícilmente Alemania iba a poder enviarles armamentos por estar en su situación actual de guerra.

El gobierno mexicano estaba muy preocupado por la expedición de John Pershing para capturar a Pancho Villa, además de que había una rebelión armada en la zona de Oaxaca dirigido por Emiliano Zapata. La situación interna del país estaba muy comprometida y no permitía un ataque a los Estados Unidos por lo que el presidente Carranza declinaba la oferta alemana el 14 de abril.

Un año antes, el 9 de marzo 1916, un bandido para unos y héroe para otros, Pancho Villa cruza la frontera a Nuevo México y ataca el pueblo de Columbus, Nuevo México. En pocos minutos la ciudad quedó totalmente destruida. Era una represalia por el apoyo americano a Venustiano Carranza, archirrival de Villa.

Fue tal la furia norteamericana que un bandido cualquiera pudiera afrontarlos de esta manera que se organiza de inmediato una Expedición Punitiva, a cargo del general John J. Pershing cuyo propósito es perseguir al bandido hasta encontrarlo. Pancho Villa logra hacer entrar a la Expedición Punitiva hasta 450 kilómetros al sur de la frontera.
El ejército norteamericano probaba su nuevo equipo militar en la búsqueda por todo el desierto del fugitivo, quien con facilidad se burlaba de los destacamentos que lo rebuscaban. Entre ellos estaban famosos militares del futuro, como el general George Patton y el presidente Dwight D. Eisenhower. Durante dos años el ejército se desgastaba buscándolo sin éxito alguno, sin nunca saber que Villa se había refugiado en una cueva en la sierra recuperándose de una herida la rodilla.

A los que si les fue muy bien, fueron los vecinos y comerciantes de la zona que vendían a su gusto. Curiosamente, mi tío abuelo “Juan Largo”, le ofrecieron contratos como ingeniero en un trazo del Ferrocarril del Norte, pero prefirió volver a su nativo Canadá. ¡Terremotos en Costa Rica y bandidos en México…!
Ruinas de Columbus, N.M. después del ataque.

Efectivamente el primero de marzo de 1917, el gobierno norteamericano publica el telegrama en la prensa. Inicialmente se pensó que era un fraude pero cuando el imprudente de Zimmerman confirma el 3 de marzo que el telegrama era veraz, provoca toda una descarga emocional contra los alemanes. Los pacifistas americanos no pudieron frenar la entrada de los Estados Unidos en la guerra por lo que el 6 de abril el Congreso norteamericano declara la guerra.

El concepto trastocado de Zimmerman, que en vez de contener la entrada de los Estados Unidos a la guerra mundial, más bien la provocó y la impulsó. Se sumaba al hundimiento sin sentido de la nave de pasajeros Lusitania con más de mil ahogados. Todo fue sumando hasta que estalló.

¡Quedó muy claro, que un caballero si lee la correspondencia ajena!                            

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