ICE mantiene campos geotérmicos en reserva ante abundancia de agua y viento en el país
• Plantas eólicas y a filo de agua aportan 65% de electricidad desde 19 de enero. • Primer mes de 2018 es el de mayor generación eólica en más de dos décadas. • Dosificación correcta de recurso geotérmico conserva salud de pozos
ICE. Los campos geotérmicos Alfredo Mainieri Protti y Las Pailas, ubicados en la provincia de Guanacaste, se mantienen en reserva –disponibles y listos para generar– desde el 19 de enero pasado, ante la abundancia de viento y agua en el ambiente, indicó el Centro Nacional de Control de Energía (CENCE).
Esta condición llevó a que cerca del 65% de la electricidad producida desde entonces provenga de plantas eólicas y a filo de agua –las que no tienen embalse–. Además, en diciembre empezó el aporte de la biomasa del bagazo de caña, que suele extenderse hasta mayo, cuando vuelve la estación lluviosa.
Justamente, 2017 se convirtió en el año de mayor participación eólica en la historia del país, y enero de 2018, ya es el mes de más producción con viento según registros del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). En el territorio nacional operan 16 plantas de este tipo; 13 de ellas son de inversión privada.
Aunado a esto, durante las últimas semanas se han presentado caudales fuertes en las cuencas que alimentan las plantas a filo de agua –que no poseen capacidad para almacenar el líquido–, situación que completó el criterio técnico para que el ICE decidiera descansar los campos geotérmicos.
“Al contrario de otros países, en Costa Rica el recurso geotérmico se administra en vez de explotarse, lo que nos facilita extender la vida útil de los campos. Las plantas Miravalles empezaron a operar en 1994, y hasta hoy, la temperatura y la presión de los pozos se mantienen estables, y continuarán así por muchos años”, sostuvo Carlos Manuel Obregón, presidente ejecutivo del ICE.
El concepto de disponibilidad se refleja en el uso del recurso geotérmico en 2013, 2014 y 2015, cuando se presentaron condiciones muy secas y la producción con el vapor volcánico aumentó. Esa tendencia varió a partir de 2016, cuando los patrones de lluvia mejoraron y el ICE disminuyó la generación geotérmica.
“La complementariedad de la matriz eléctrica costarricense permite que las fuentes firmes –como la geotermia y el agua de los embalses– sirvan de base y al mismo tiempo completen la curva de demanda. En medio incorporamos las fuentesvariables, que en estas semanas han sido abundantes y les hemos sacado provecho”, explicó Luis Pacheco, gerente de Electricidad del ICE.
Las seis plantas geotérmicas del país suman 207 megavatios de capacidad instalada, y proveen energía firme que se coloca en la base de la producción nacional a lo largo del año. Todas están preparadas para cuando las condiciones ambientales cambien y se requiera su aporte.
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