Javier Cambronero: Memoria vital para una patria

“Conservar y ampliar la herencia cultural, impartiendo conocimientos sobre la historia del hombre, las grandes obras de la literatura y los conceptos filosóficos fundamentales” V Fin de la Educación Costarricense

Javier Cambronero Arguedas, Educador, Ex Diputado.

Con la implementación de las cacareadas Pruebas FARO, denominadas Pruebas de Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades, presentadas al país como una urgencia y justificada por las transformaciones que experimenta el país en diverso ámbitos, las mismas  vienen a sustituir las fenestradas Pruebas Nacionales de Bachillerato. Se intenta con ello convencer al país de la necesidad de contar con un sistema de evaluación, que permita determinar la calidad de la educación que se ofrece a la sociedad costarricense.

La normativa que las rige se sustenta en el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes. La presentación  de las Pruebas FARO, constituye  a partir de entonces un requisito para que la persona estudiante se gradúe como Bachiller en Educación Media, presentando una Prueba de Dominio Linguistico y las correspondientes a Español, Ciencias, Matemáticas y Estudios Sociales.

Sin embargo, de conformidad con el contenido de las actas  05-2019 del martes 29 de enero del 2019 y el acta 06-2019 del jueves 31 de enero del 2019, correspondientes a sesiones del Consejo Superior de Educación, se toma la decisión de suspender la aplicación de la prueba FARO en Estudios Sociales. Dicha decisión, a todas luces peligrosa, inconveniente  e injustificada, aún no es suficientemente explicada ni por los integrantes del CSE ni por autoridades ministeriales. Se indica en las actas respectivas, que dicha decisión se tomó porque así lo recomendó la Direccion de Gestión y Evaluación de la Calidad, tras un criterio técnico emitido por asesores nacionales.

Este no es un tema menor y no sólo compete a estudiantes y docentes. La revisión de dicho acuerdo, se torna necesaria y urgente.

Aunado a ello, estamos en medio de una transformación curricular que aún no concluye.

  1. Dicha trasformación curricular plantea una POLITICA CURRICULAR estructurada mediante ejes y habilidades. De esa manera los programas educativos actuales deben responder a 4 dimensiones y 13 habilidades. Dentro de esos ejes o dimensiones, aparece Formas de vivir en el mundo, y allí resulta de capital importancia, la habilidad  denominada Ciudadanía planetaria con identidad nacional; orientada fundamentalmente al cumplimiento y conocimiento no sólo de deberes ciudadanos, sino además de brindar arraigo y andamiaje al sentido de identidad y pertenencia.
  1. Los Estudios Sociales en el currículum de la escuela costarricense. Históricamente el currículo costarricense se ha edificado desde la existencia de asignaturas o departamentalización del conocimiento, con una especie de disciplinas fundantes como Español, Ciencias, Matemáticas y Estudios Sociales. Para el logro de los perfiles definidos en la asignatura de Estudios Sociales, es necesario aplicar diversas habilidades, allí el aprendizaje guarda estrecha relación con el constructivismo sociocultural, dado que enfoca al estudiante como el elemento central, partiendo de la idea de que la interiorización del aprendizaje se da por interacción social, siendo el lenguaje, diálogo y el entendimiento grupal claves en el proceso de aprendizaje de una persona

De modo que, el diseño de políticas educativas debe ser de las labores más sensibles que se imponga cualquier sociedad que aspire a ser civilizada y a ganarse un meritorio lugar en el concierto de las naciones. Por eso a pesar de que VI Año de primaria en el programa de Estudios Sociales, se incluya para el segundo periodo una unidad de estudio sobre las transformaciones sufridas por el paìs en la década de las 40, corremos el riesgo que al no ser parte de una prueba nacional, dicho conocimiento y conceptos se diluyan con el paso del tiempo. De igual manera, ocurriría con una unidad de  estudio contenida en el programa de dicha asignatura para XI Año, que hace rerencia al papel del estado en la promociòn de la igualdad de oportunidades, mejoramiento de la convivencia y fortalecimiento de la democracia.

3- Memoria histórica y omisión. Ante fenómenos como la globalización y construcción de ciudadana planetaria, es un craso error que una nación desde la currícula nacional renuncie a la formación integral de sus ciudadanos y sobre todo con ello propicie una desconexión entre el individuo y lo tèmporo-espacial. Las decisiones de autoridades nacionales, no pueden ni deben entrar en colusión con los fines de la educación costarricense consagrados en el artículo 2 de la Ley Fundamental de Educación. El desarrollo del pensamiento analítico, critico, de valoración en la actualidad costarricense; necesaria y naturalmente deben incluir  el desarrollo de los Estudios Sociales como disciplina, al igual que la Educación Cívica. De manera que sea conveniente su inclusión en cualquier modelo de Pruebas Nacionales que el país decida.

Este interès manifiesto de no incluir en las pruebas nacionales tanto de primaria como de secundaria, Estudios Sociales y Educación Cívica, nos hace temer de la existencia de una peligrosa y terrible corriente de instrumentalizar el currículo para otros fines insospechados. Pareciera que no es conveniente que las futuras generaciones y las actuales no conozcan ni comprendan, cómo se ha construido esta patria, más aùn en el contexto de la celebración del bicentenario de la independencia patria. Dolorosamente percibo un tratamiento espurio hacia las nuevas generaciones, donde fácilmente pueden perderse en el discurso de la ciudadanía global y planetaria. Si es importante saber para dónde vamos, más lo es saber, de dónde venimos.

¿Sabían ustedes que la decisiva Batalla de Santa Rosa en la Campaña de 1856 contra los filibusteros, se libró un Jueves Santo, en plena Semana Santa?¿ Còmo modelar en nuestra niñez y juventud un amor a la patria semejante, si desde la política educativa no se ofrece dicha condición? Sabían ustedes que poco a poco conceptos como solidaridad, Bien Común y Justicia Social han ido desapareciendo de textos y programas escolares, con lo que niños y jóvenes pierden contacto con la historia costarricense alejándose y desconociendo que aquí hubo una Guerra Civil en 1948, donde se desgarrò la familia costarricense para poder disfrutar de libertades y derechos que hoy poseemos, que hace más de cien año el pueblo se levantó contra la oprobiosa dictadura de los Tinoco. Hechos como esos que explican la paz y bienestar social del que hoy disfrutamos, van quedando olvidados con el tiempo y a lo mejor creen algunos que son premios que hemos recibido por ser “tan pura vida”. El mismo Calendario Escolar, es omiso en incluir la conmemoración de la Semana Nacional de la Seguridad Social, que es ley de la república desde 2014 y que hace mención a las importantes transformaciones vividas en el paìs en la dècada de los 40.

Hace dos años, el Consejo Superior de Educación tomó la decisión de excluir los Estudios Sociales de las Pruebas FARO. Aún estamos a tiempo de rectificar y corregir dicha decisión. Es absolutamente inconveniente la mutilación del currículo costarricense y dejar el estudio de la historia patria como algo decorativo y anecdótico. Sería un craso error apostar por la formación de ciudadanos, absolutamente ignorantes de valores cívicos y ayunos de una rica e inigualable historia que nos une y permite entender lo que somos, de dónde venimos y a qué aspiramos. La evaluación es una condición sine quanon del currículo y en consecuencia, como pedagogos no entendemos el porqué deslindar la asignatura en cuestión con una prueba, tras 11 u 12 años de formación de las personas estudiantes y la inversión de miles de horas en su formación, en el campo de la historia, la geografía y la cívica.

Resulta irrenunciable para el país querer a nuestra niñez y juventud como seres críticos, responsables y amantes de la Patria. No tenemos ningún derecho de condenar a esta generación y las venideras a una asepsia mental, donde no existe arraigo; pareciera que no importa que nuestros jóvenes no sepan dónde  vienen, quiénes son y para dònde van. Futuras generaciones sin arraigo y sin vínculo con su terruño, ayunas de conocer la historia patria, pueden ser volubles de ser manipulados con  inconfesables propósitos. Peor aún, como asertivamente lo advierte el Papa Francisco en Fratelli tuti (numerales 13, 14 y 53), pueden ser presa fácil de nuevos colonialismos culturales, sujetos de una pérdida del sentido de la historia. No podemos pretender construir un futuro temiéndole al pasado. Sin arraigo, sin memoria y…sin territorio.

Ni la vulgaridad ni la mediocridad son buenas consejeras. Todo esto me enoja.¿Y a usted?

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