Jeanette Amit: Ser gato es un derecho humano

Jeanette Amit.

Ser gato es un derecho humano

Todas íbamos a ser gatas
adoptadas por diosas
ociosas y sabias
¡Todas para otras!
Íbamos a vivir nuestros derechos
a la miel
la obscenidad
al juego
y a la siesta

¡Que todas sean felices como gatas!
dijeron
Que la eternidad sea su casa
Tiempo del presente
sin nostalgia
sin miedo
sin ansias
Tiempo para el arte de ser
sin hacer
sin justificar la vida con obras ni ideales
más allá de la vida
y el derecho a vivirla en paz
Tiempo de estar en piyamas o al desnudo
Ocasión para viajes de lúcida locura
cuando la mente tránsfuga cruza las fronteras
para sentir más allá de lo que ignora
para amar con ternura sobrehumana
Momento en que la vida
puede florecer entre las grietas
y el mundo se posa sobre un tallo

Todas íbamos a ser gatas
con derecho a placeres exquisitos y ordinarios
a la carcajada
al sinsentido
la desvergüenza
la flexibilidad para lamer la piel propia o la ajena
con provecho y elegancia
Extravagantes
Amantes de la vulgaridad
como una de las bellas artes
Despreocupadas de la crítica
Libres de resentimientos
Audaces
Inmunes al ridículo

¡Que todos los seres sean adoptados como gatos!
dijeron las diosas
dispuestas a compartir su suerte
sus alimentos y sus hambres
sus camas y regazos generosos
sus balcones y ventanas
sus bienaventuranzas

A cada quien el amor
según sus capacidades y necesidades
según su felina sabiduría

Desde Egipto,
Bastet pregonó ese poder secreto con su tribu
Gatas que son diosas
Diosas que son gatas
Cultivando el ritual de la adopción
que nos abriga con poesía y con baile
hasta que llegue la muerte (cómplice de la vida)
y nos saque un último maullido
una última sonrisa

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