Jeannette Ruiz Delgado.
Durante los últimos ocho años tuve el honor de ser parte de la Junta Directiva del Banco Nacional de Costa Rica, en este periodo ocupé la presidencia desde octubre del 2018 hasta el vencimiento de mi nombramiento el 31 de mayo del 2022. La principal función de la Junta Directiva general es aprobar y dar seguimiento a la estrategia institucional, a las observaciones de los órganos de regulación y control, aprobar las políticas de la organización, al igual que los reglamentos internos que permiten mantener un Gobierno Corporativo fuerte, que brinde seguridad a las partes interesadas, con los ejes de transparencia y rendición de cuentas fortalecidos, todo esto en el marco de la ley y la normativa que nos rige.
Este banco, a lo largo de su historia, ha jugado un papel preponderante en el desarrollo social y económico del país, colocando el capital en los sectores productivos, cumpliendo su rol de banco universal que presta los recursos que administra a todas las actividades, desde las productivas hasta el consumo, ya que es un banco comercial del Estado, cuyo giro de negocio debe ser sostenible y tener utilidades para mejorar su capacidad de colocación de crédito y mejorar, según la regulación, la calidad del capital.
En la actualidad cuenta con 156 oficinas de diferentes categorías, a lo largo y ancho del país, el enfoque comercial está en mantener la presencia física de oficinas adecuándolas a las necesidades de los clientes en combinación con la oferta de canales digitales amigables y seguros.
El Banco Nacional de Costa Rica, cuenta con cuatro subsidiarias, BN Puesto de Bolsa, BN Vital, BN Fondos de Inversión y BN Corredora de Seguros ( 2008) , igualmente es dueño del 49% de las Acciones del Banco Internacional de Costa Rica (BICSA).
Durante este periodo, en que fui parte de la Junta Directiva, se han dado cambios sustanciales en la regulación y su implementación en el sistema bancario, especialmente en un banco sistémico, que debe aplicar las mejores prácticas internacionales en la sostenibilidad financiera y la responsabilidad con el planeta. El Conglomerado se ha comprometido en apoyar ambas, la sostenibilidad financiera midiendo y dando seguimiento a indicadores gerenciales como la suficiencia patrimonial, la morosidad, el ROE, la eficiencia, entre otros y la sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza (ASG), tanto a lo interno de la organización como en los servicios de proveedores y el acompañamiento a los clientes, brindando mejores condiciones de acceso a los productos y servicios. Para ello, se cuenta con una Alta Administración que acompaña todos los procesos, clara, sólida técnicamente y conocedora de la importancia que reviste para la organización su gestión y sumamente respetuosa de las líneas estratégicas definidas con la Junta Directiva.
También ha sido fundamental la incorporación de modelos que permitan dar un seguimiento minucioso a la gestión de riesgos asociados al negocio bancario, al igual que la identificación y gestión de riesgos emergentes, en su rol de segunda línea de defensa.
Se ha contado con el acompañamiento de una Auditoría General proactiva, que agrega valor a la institución, identificando oportunidades de mejora y provocando planes de acción por parte de la administración para acatar las recomendaciones planteadas en cada informe. Ejerciendo acompañamiento a la organización como tercera línea de defensa.
Se ha cumplido a cabalidad con lo establecido en la Ley 8204 y su gestión, lucha contra la legitimación de capitales y financiamiento al terrorismo.
Se constituyó el Comité de Nominación, Compensación y Gobernanza, para dar seguimiento, tomar decisiones y hacer recomendaciones a las Juntas Directivas del conglomerado, en los temas que permitan mejorar la eficiencia y eficacia de las acciones institucionales en el marco de remuneración, al igual que recomendaciones de nombramientos que le corresponden a la Junta Directiva.
Otra de las funciones es monitorear el marco de gobierno y proponer los cambios requeridos para mantener una gestión alineada a las mejores prácticas. En ese contexto se trabajó durante casi dos años en un proyecto para mejorar la Gobernanza Corporativa desde la Junta Directiva, rediseñando procesos, responsabilidades, reportes, mejora de la arquitectura documental, concluyendo con un modelo de evaluación del desempeño del órgano, que contiene indicadores cualitativos y cuantitativos; durante los dos periodos de aplicación de este modelo los resultados de eficiencia y efectividad han sido excelentes. Los mismos se han remitido anualmente al Consejo de Gobierno, al igual que los resultados institucionales, que se remiten de manera trimestral.
Este fue un proceso articulado desde la Junta Directiva, acompañado por funcionarios de la Auditoría General, que tuvo con objetivo la aplicación de las mejores prácticas de Gobierno Corporativo en el marco del ingreso del país a ser parte de la OCDE, para lo cual se estudiaron a fondo los principios de buen gobierno tanto de este organismo internacional, como lo establecido por Basilea, ya específicamente en el campo bancario.
Se oficializó el Comité de Análisis Presupuestario, no solo para la elaboración del mismo, acorde al plan institucional, sino para dar seguimiento al cumplimiento de su ejecución.
Se cuenta con un Comité Corporativo de Tecnología de Ia Información, que mantiene alineada la estrategia de esta área a las necesidades comerciales de la institución, buscando la optimización de los recursos, en aras de atender los requerimientos para atender la labor ordinaria.
En esencia se mantiene la organización solvente, ajustando su gestión a lo establecido en la Ley Orgánica del Sistema Bancario Nacional (LOSBN), como es proteger los recursos de los ahorrantes y colocar los activos con calidad, a sabiendas que la colocación de recursos siempre es un riesgo, pero el mismo se gestiona de la mejor manera, con modelos predictivos calibrados y con seguimiento apegado a las mejores prácticas. Durante toda la gestión la institución ha mantenido sus indicadores en estado de normalidad, cumpliendo con la normativa.
En el 2019 el mundo se vio impactado por una crisis sanitaria, de inmediato el Banco Nacional atendió la emergencia por la COVID 19, flexibilizando las condiciones de crédito para coadyuvar en la recuperación económica, apoyando al sector empresarial, aplicando prórrogas automáticas, análisis individual de los casos, especialmente a los sectores más afectados.
Desde hace unos años se venía trabajando en una transformación digital, donde se ponían a disposición de los clientes canales digitales, la pandemia vino a acelerar el proceso, han sido muy cuidadosos con la seguridad en el uso de estos canales, sin embargo, algunos clientes han enfrentado estafas de terceros, lo cual lamentamos profundamente, por ello se han buscado alternativas de seguridad para ayudar a proteger su ahorros y mantener intacta la confianza en esta institución que lucha todos los días por mejorar el servicio y la seguridad.
Cierro esta rendición de cuentas, satisfecha por el trabajo realizado, sabiendo que el éxito no descansa en una persona o en varias personas, sino en todo el equipo que conforma el Conglomerado Financiero Banco Nacional de Costa Rica, donde cada uno de los participantes, ha tenido un rol y ha luchado por cumplirlo a cabalidad. Hoy el CFBNCR es sólido, mantiene una gestión sostenible y seguirá luchando por ser esa institución segura que demandan los costarricenses, ya que la banca es un actividad social.
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