Las Primeras Damas de Costa Rica: Doña Feliciana Mora Fernández de Rodríguez Castro

A todas las Primeras Damas de Costa Rica, con respeto y admiración

Jorge Francisco Sáenz Carbonell
Joaquín Alberto Fernández Alfaro
María Gabriela Muñoz Castro

 

La Primera Josefina
Doña Feliciana Mora Fernández de Rodríguez Castro
Primera Dama de Costa Rica Enero-Febrero de 1824

 

Doña Josefa Feliciana Mora Fernández fue bautizada en la población de San José de Vallehermoso‚ popularmente denominada Villa Nueva, el 3 de enero de 1781. Sus padres fueron Don Mateo de Mora y Valverde y Doña Lucía Encarnación Fernández y Umaña, quienes procrearon una familia muy numerosa y que llegó a tener una importante participación en la vida pública costarricense del siglo XIX. Hermanos de Doña Feliciana fueron Doña Antonia, Don Juan, Don Joaquín, Doña Gertrudis, Doña Bernarda, Doña Ana, Doña María, Doña Juana, Doña Dolores, Doña Cecilia, Don Francisco, Don Manuel, Doña Ángela y Don Vicente Mora Fernández.

Don Mateo de Mora tuvo una posición importante en la sociedad josefina de finales del siglo XVIII. Fue Capitán de Caballería, Juez de los Campos y en numerosas oportunidades ejerció el cargo de Teniente de Gobernador de Villa Nueva.

Aunque la familia no era lo que se dice rica, sí disponía de algunos bienes, y pudo costear los estudios de humanidades que su hijo Juan cursó en León de Nicaragua a principios del siglo XIX. Años más tarde, Don Juan Mora Fernández fue el primer Jefe de Estado de Costa Rica, cargo que también desempeñó posteriormente su hermano Don Joaquín. Otro de los Mora Fernández, Don Manuel, fue candidato a la Presidencia de la República en las elecciones de 1860.

Doña Feliciana contrajo nupcias en San José el 30 de julio de 1803 con Don Eusebio Rodríguez Castro, nacido en esa misma población en 1778 e hijo de Don Manuel Cayetano Rodríguez y Astúa y Doña María Luz Castro y González. Cuando se celebró el matrimonio, ella tenía veintidós años de edad y él veinticinco.

En el hogar de Doña Feliciana y Don Eusebio nacieron diez hijos: María Josefa de Jesús, bautizada el 28 de mayo de 1804; José Remigio de Jesús, bautizado el 1o de octubre de 1805; José Sebastián de Jesús, bautizado el 25 de febrero de 1807; José María de Jesús, bautizado el 30 de abril de 1810; Josefa Joaquina de Jesús, bautizada el 29 de diciembre de 1812; Josefa Felipa de Jesús, bautizada el 26 de mayo de 1815; José Manuel de Jesús, bautizado el 8 de junio de 1817; José Marcos de Jesús, bautizado el 25 de abril de 1819, Isabel y Paula Rodríguez Mora.

La casa de la familia Rodríguez-Mora estuvo situada al costado norte de la iglesia parroquial de San José, que años después cedió su sitio a la Catedral. Cabe señalar que tanto Don Eusebio como Doña Feliciana fueron personas muy religiosas y devotas. En 1814 Don Eusebio desempeñaba el cargo de Mayordomo del Señor San José, es decir, administrador de los bienes donados o heredados para sostener el culto del patrono de su ciudad natal. En esa condición le tocó admitir, en setiembre del mismo año, la donación de un terreno en Patarrá, en el lugar llamado La Ciénaga, que Doña Feliciana, su madre y otros miembros de la familia Mora efectuaron a San José. Años más tarde, Don Eusebio también fue Mayordomo de la Cofradía josefina de la Sangre de Cristo.

En los últimos años borbónicos, Don Eusebio Rodríguez empezó a participar en política, y en 1813 desempeñó el cargo de Alcalde Primero de San José. En 1815, junto con otros connotados vecinos, suscribió un acta para comprometerse a subvencionar de su peculio la naciente Casa de Enseñanza de Santo Tomás, y para ese efecto ofreció la suma de veintinco pesos. En 1819, con la aspiración de hallar una vía adecuada entre el valle central de Costa Rica y el río San Juan, envió exploradores que llegaron hasta el río San José, afluente del todavía desconocido Sarapiquí.

Los informes sobre la feracidad de la región impresionaron vivamente a don Eusebio, quien resolvió establecer allí una hacienda de ganado en aquellos parajes y envió allí animales de cría.

El esposo de Doña Feliciana fue también personaje de influencia en los años que siguieron a la Independencia, y formó parte del Congreso Provincial constituyente de 1823. En mayo de 1823 fue elegido como Vocal de la Junta Superior Gobernativa, que presidía el Presbítero Don Manuel de Alvarado y Hidalgo. Don Eusebio desempeñó el cargo de Vicepresidente de la Junta, y en esa calidad reemplazó en varias oportunidades al padre Alvarado, cuya salud dejaba bastante qué desear.

El 8 de enero de 1824, debido a que el Presbítero Alvarado estaba otra vez en cama y su enfermedad parecía de consideración, la Junta decidió que en lo sucesivo elegiría mensualmente a su Presidente. Efectuada la votación, los sufragios favorecieron a Don Eusebio Rodríguez para asumir en propiedad la Presidencia de la corporación. Fue así como, a los cuarenta y tres años de edad, Doña Feliciana se convirtió en la Primera Dama de Costa Rica. Fue la primera mujer nacida en San José que tuvo esa condición, ya que de sus cinco predecesoras una era leonesa y las demás cartaginesas.

La circunstancia de que su marido fuese Presidente de la Junta en nada alteró la vida de Doña Feliciana, dado que no existía ningún papel público para las esposas de los gobernantes, y en todo caso fue muy pasajero, ya que el 12 de febrero, estando ya el padre Alvarado repuesto de sus dolencias, la Junta votó por elevarlo nuevamente a la Presidencia. Don Eusebio volvió al cargo de Vicepresidente, para el que fue sucesivamente reelegido en varias oportunidades, hasta que en setiembre de 1824 se hizo cargo del poder, como primer Jefe de Estado, su cuñado Don Juan Mora Fernández. De 1825 a 1827 fue miembro del Consejo Representativo del Estado.

En el ámbito privado, el marido de Doña Feliciana dedicó esfuerzos a la actividad minera en el monte del Aguacate, y para ello formó en 1822 una sociedad con su hermano Don Pedro Rodríguez, con quien tuvo una relación muy estrecha. También se asoció con Don Gregorio Campos para explotar otra mina, que en mayo de 1827 vendieron en seis mil pesos al británico John Gerard. Sin embargo, su principal vocación parece haber sido la arquitectura. Aunque no tenía formación académica en ese campo, parece haber contado con conocimientos satisfactorios para su tiempo y su medio, y en todo caso le sobraba voluntad. Entre sus obras cabe mencionar la construcción del Cuartel Principal y de la Casa de Enseñanza de Santo Tomás (más tarde reemplazada por un sólido y elegante edificio diseñado por Don Mariano Montealegre Fernández y Don Nazario Toledo) y la reconstrucción de la iglesia parroquial de San José.

Doña Feliciana, quien el 3 de febrero de 1819 había otorgado testamento conjuntamente con su marido, falleció en San José el 27 de marzo de 1855, a los setenta y cuatro años de edad. Don Eusebió murió en la misma ciudad el 13 de diciembre de 1858, a la edad de ochenta años.

Su nieto Don José Rodríguez Zeledón fue Presidente de la República de 1890 a 1894 y su bisnieta Doña Manuelita Rodríguez de Yglesias fue Primera Dama de 1894 a 1902.


Las Primeras Damas de Costa Rica
José Francisco Sáenz Carbonell; Joaquín Alberto Fernández Alfaro; María Gabirela Muñoz Castro
1a. ed. – San José, C.R. : ICE, 2001.

 

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