Lilliana Sánchez: Los costarricenses vuelven a buscar un cambio

A cuarenta días de la segunda ronda debemos razonar nuevamente si el país debe de seguir un nuevo camino o por la situación económica y social post pandemia continuar por la ruta del diálogo para lograr acuerdos que conlleven al Bien Común.

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Lilliana Sánchez Bolaños., Politóloga (Msc.).

Según el estudio realizado por el Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica a cuarenta días de la segunda ronda, los costarricenses nuevamente buscan un cambio.

El estudio señala que el candidato Rodrigo Chaves del Partido Progreso Social Demócratico se posiciona en primer lugar con un 46,5% de los encuestados decididos a votar frente aventajando en 10 puntos en intención de voto a José María Figueres del Partido Liberación Nacional que obtiene el 36% a pesar de haber Ganado la primera ronda con un caudal superior al 62% de su adversario.

La encuesta desarrollada entre el 22 y 24 de febrero muestra que un 15.3% de los probables votantes está aún indeciso.

Fuente: Semanario Universidad, 1 de marzo 2022.

Estas cifras se obtienen entre quienes dijeron que votarán seguro o que es altamente probable que lo hagan, el 71% de la muestra total, aunque una parte de ellos podrían abstenerse finalmente el día de la elección.

El estudio de opinión se llevó a cabo a través de 1.013 entrevistas aleatorias realizadas por teléfono celular, con un margen de error de 3 puntos sobre los datos derivados de la muestra total.

Los aspectos fundamentales que podemos señalar del presente estudio se refieren, entre otros, a:

  • Casi la mitad del electorado, 49%, dice tener una “mala” imagen de José María Figueres Olsen, un 30% responde que su percepción es “buena” y 29% señala que “regular”.
  • En el caso de Rodrigo Chaves, obtiene un saldo positivo porque 43% de encuestados dice que tiene imagen “buena” y solo 27% contesta que es “mala”, además de 29% que lo describe como “regular”.
  • En cuanto a la pregunta de si los candidatos generan confianza las respuestas similares, con 44% de personas que dijeron que sí y 45% quienes dijeron que no.
  • Respecto a los cuestionamientos del pasado de ambos candidatos seis de cada 10 entrevistados dan por cierta la denuncia de supuesta corrupción de Figueres en el caso ICE-Alcatel divulgado en 2004. Aunque no llegó a procesarse judicialmente y ya han pasado 17 años, solo 9% de los electores libran de culpa al expresidente y un 47% contesta que ese antecedente influye “mucho” en su preferencia en este momento y un 32% dijo que “nada”.
  • Rodrigo Chaves quien también enfrenta cuestionamientos por una denuncia de acoso sexual que enfrentó cuando trabajó en el Banco Mundial, un 40% de los entrevistados la  acredita como verdadera aunque otro 45% contesta que influye “nada” en la escogencia de candidato para el domingo 3 de abril y un 38% contestó que “mucho”.
  • Para el 21% de la muestra es “poca” la relevancia de esos cuestionamientos sobre su intención de voto por uno u otro de los aspirantes presidenciales.

En cuanto a los atributos de los candidatos se señala que la prioridad es la experiencia, 30% de los encuestados, sus propuestas un 26% y solo un 7% da valor al equipo que rodea al candidato. El mismo porcentaje se da al partido político que representa y solo un 6% señala la personalidad como lo más importante.

Rodrigo Chaves aparece favorecido en el supuesto de que llegue a la Presidencia de la República en cuanto a la gestión de problemas como el costo de la vida y la corrupción, principales problemas señalados en estudios recientes por la población.

Mientras tanto, Figueres manejaría mejor la pandemia y aparecen con cifras muy similares en las acciones contra el desempleo y contra la inseguridad ciudadana. Al margen de ambos, oscilan entre 25% y 30% los que señalan que “ninguno” actuaría bien sumados a los que responden que no saben cuál de los dos sería mejor.

Estas valoraciones son el trasfondo de movimientos de apoyo que dan la ventaja a Rodrigo Chaves ya que ha podido captar más respaldo desde grupos que en primera ronda apoyaron a Unidad Social Cristiana (PUSC), Nueva República y Liberal Progresista, aunque también desde estas dos agrupaciones se alimenta el grupo actual de indecisos, sumadas al Frente Amplio.

En cuanto al abstencionismo, el 42% de las personas que no votaron lo justifican fundamentalmente por la deteriorada imagen de los políticos.

En sentido contrario, las motivaciones personales de los electores para emitir su voto estuvieron dominadas por el anhelo de “un cambio”, pues el 80% dijo que ese deseo influyó “mucho” en la decisión del 6 de febrero, mientras 40% así lo catalogaron para consideraciones como “votar a ganar” o “evitar el triunfo de un candidato o partido específico”.

El peso mayor estuvo en el rostro del candidato más que en el partido, pues 58,5% dijo que ese fue el factor principal, mientras solo 22% considera que lo más importante fue el partido político que representa.

A cuarenta días de la segunda ronda debemos razonar nuevamente si el país debe de seguir un nuevo camino o por la situación económica y social post pandemia continuar por la ruta del diálogo para lograr acuerdos que conlleven al Bien Común.

 

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