Lilliana Sánchez Bolaños., Politóloga (Msc.).
El 23 de Abril de 2008 se aprobó la Ley No.8634 que establece la creación del Sistema de Banca de Desarrollo como mecanismo para financiar proyectos productivos viables que sean acordes con el modelo de desarrollo del país en lo que se refiere a la movilidad social de los beneficiarios.
El Sistema de Banca de Desarrollo además debería establecer políticas crediticias que promuevan el desarrollo, la productividad y la competitividad de los sectores productivos tomando en cuenta el Plan de Desarrollo y las políticas públicas dictadas sobre dicha materia. Asimismo las disposiciones tomaban en consideración el financiamiento de proyectos productivos mediante la implementación de mecanismos de financiamiento diferenciados de los ejecutados por la banca comercial.
En el año 2021, CEFSA realizó un monitoreo de este Sistema de Banca de Desarrollo y se evidencia que todas las entidades financieras que tienen créditos para el sector agropecuario con fondos del mencionado sistema banca solicitan, entre otros requisitos: estados financieros con tres años de antigüedad, formalidad, avalúos, hipotecas y otras condiciones propias de la banca comercial.
Ahora que el Presidente de la República repite constantemente el lema de su campaña política de que se comprará la bronca en diversos temas, sería muy saludable que los costarricenses le recordemos que debería comprarse la bronca del sistema de la banca de desarrollo que no ha cumplido con uno de sus objetivos fundamentales que es el de coadyuvar en las necesidades de las pequeñas y medianas ya que, sus estrategias de desarrollo es que los créditos que otorga el mencionado sistema, no cambia en nada, los requisitos que se deben cumplir para los créditos de la banca comercial.
Entonces sería muy beneficioso que el Presidente se compre la bronca de que este sistema de banca de desarrollo en donde se integran cincuenta instituciones financieras, cambie la ruta para que las disposiciones legales que crearon la Banca de Desarrollo se cumplan adecuadamente.
Al analizar esas disposiciones no preguntamos: ¿dónde quedan los seis principios de esa banca para el desarrollo? El espíritu del legislador cuando aprobó la ley de creación de este sistema no era para que banca de desarrollo fuera un banco, tampoco se quería que fuera un fondo y mucho menos un banco de segundo piso
Entonces debemos recordar que una de las prioridades de esta Banca de Desarrollo lo es brindar avales, garantías y acompañamiento para lograr que los emprendedores con grandes ideas productivas logren sus metas, a pesar de no contar con un excelente récord crediticio.
Debemos preguntarnos: ¿Por qué tenemos ciento cuarenta y nueve millones de dólares en el Banco de Costa Rica y ciento cuarenta y dos millones de dólares en el Banco Nacional sin colocar? Dinero que no es de los bancos sino que está destinado a la reactivación de la economía que tanto requerimos.
¿Por qué tanto dinero gastado en publicidad por parte de los funcionarios del sistema de banca para el desarrollo cuando éste ni siquiera compite con ningún banco?
Es aquí donde deberíamos recordarle al Presidente que se compre la bronca. La página web del sistema de banca para el desarrollo da cuenta de que el dinero no está donde debiera. No se gasta en desarrollo empresarial. Se gasta por ejemplo en consultorías no en capital semilla para los emprendedores. Se gasta en publicidad, en salarios.
Por eso señor Presidente, con todo respeto, debería usted comprarse la bronca de ¿por qué del dinero colocado el ochenta y un por ciento por ciento está en San José, Cartago, Heredia y Alajuela y solo el diecinueve por ciento restante está en zonas rurales? Y desde el año 2010 solamente en la Provincia de Guanacaste se han colocado tres mil ciento cincuenta avales individuales.
Si realmente se integrara una estrategia de reactivación económica la revisión de este sistema de banca al desarrollo debe de ser una prioridad dentro de la ruta a seguir.
La desigualdad y pobreza que cada vez se profundizan requieren una solución urgente. Y para ello también se requiere que tanto el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa se “compren la bronca” para detener la difícil situación que ya tienen miles de hogares costarricenses y lograr una ruta de reactivación económica que detenga un futuro sin respuesta para esos y otras muchas familias.
Comprarse la bronca es mirar hacia adelante con una ruta clara, negociada y aprobada por todos los involucrados. Esperemos que en el muy corto plazo esta ruta sea establecida.
Los menos favorecidos de nuestra sociedad se lo merecen. Y muchos otros también para no entrar en un círculo vicioso del que no podamos salir.
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