Luis Fernando Allen: Elecciones libres en Nicaragua

El mundo entero debe presionar al régimen de Ortega para que restablezca la democracia y permita al pueblo el derecho a tener una oposición sana y crítica.

Luis Fernando Allen Forbes, Economista y Administrador de Empresas

La transición a la democracia en Nicaragua es de larga data,  está inició en 1979, con el derrocamiento de la familia Somoza. Luego en 1990 tuvo otra oportunidad con la derrota del FSLN, estando en el poder doña  Violeta Barrios de Chamorro.

La oposición en Nicaragua que no se rinde busca participación política para el fortalecimiento democrático mediante elecciones libres y justas. Sin embargo, recientemente el presidente Daniel Ortega utilizó el poder indiscutible de la policía y los tribunales del país para reprimirles con brutal eficiencia.

El arresto de 13 líderes opositores, entre ellos varios candidatos a la presidencia, ha acabado con cualquier apariencia de democracia en un país bajo el control total de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Está claro que la creciente campaña de represión y violencia, ha desatado las alarmas de la comunidad internacional, ya que se nota la intención de eliminar la competencia política, reprimir el disenso y facilitar la reelección, para un cuarto mandato.

Asimismo, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, considera que las detenciones impiden severamente la realización de elecciones libres, justas, y transparentes porque afectan la legitimidad del proceso político en curso.

Paralelamente la Unión Europea, Senadores Estadounidenses y Organizaciones de Defensa de los derechos humanos calificaron las acciones de Ortega como un atropello a las elecciones libres en el país, calificándolas de incompatibles con un proceso electoral creíble y transparente.

Es importante destacar que los comicios generales de noviembre de 2011 cambiaron de forma relevante el panorama político nicaragüense, mostrando nuevos desafíos para una oposición que deberá enfrentar a un gobierno nacional que refuerza el control de los poderes públicos.

Dichosamente, Nicaragua sigue siendo un país con reservas democráticas, sometida a un régimen totalitario que cada día  se empeña en cerrar los espacios de libertad de los grupos dentro de la población que aún tienen la esperanza de un mejor mañana.

En ese contexto tan complejo no es conveniente una acción militar, como lo han sugerido algunas voces, por las implicaciones que tendría hacia la población civil y porque los nicaragüenses, pese a haber vivido situaciones  difíciles,  no creen que esa opción sea viable para determinar su desarrollo social, económico y político, lo que se buscan son nuevos liderazgos.

En resumen, existe mucha preocupación por parte de los vecinos centroamericanos, por la inestabilidad que causa un régimen como el de Ortega y las consecuencias que esto supone.

El mundo entero debe presionar al régimen de Ortega para que restablezca la democracia y permita al pueblo el derecho a tener una oposición sana y crítica. Esa conexión entre ciudadanos, activistas y dirigentes es fundamental para conservar el capital social de la nación con miras a lograr su rescate institucional, espiritual y material.


También podría gustarte Más del autor

Comentarios

Cargando...