Luis Fernando Allen: Juventud, política y educación
Tener una base educativa aleja a las personas de la ignorancia y las acerca al entendimiento. Permite inculcar valores positivos para formarse un criterio propio, que las lleve a actuar adecuadamente y a establecer buenos hábitos en pro de la superación.
Luis Fernando Allen Forbes, Economista y Administrador de Empresas
La educación se considera un proceso que involucra muchos factores, el cual facilita la transmisión de conocimientos, de valores y de cultura, con la finalidad de formar al individuo de manera integral.
Esto se logra a través de distintos medios como la palabra hablada, la lectura, la práctica, las acciones y actitudes, provenientes de quienes tienen la responsabilidad de formarlos en la sociedad, como lo es la familia y los educadores.
Por otro lado, tiene como propósito moldear personas íntegras, orientarlas en el camino hacia la superación, con base en criterios éticos para que de esta manera logren elevar su calidad de vida.
Está claro que en un mundo tan competitivo como el actual muchos jóvenes están dispuestos a estudiar continuamente, pues eso les permite contar con información y adiestramiento vigente, relacionada con su oficio o con su ocupación, para que así puedan aspirar a mejores oportunidades.
No obstante hay un aspecto dentro del sistema educativo no superado en Costa Rica y es que la educación se ha utilizado para domesticar la población a través de los últimos 60 años, porque la educación no está al servicio de la evolución humana sino de la producción.
La crisis de la educación no es una crisis más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el centro del problema. El mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Actualmente la educación enseña a la gente a pasar exámenes, no a pensar por sí misma.
La crisis que atravesamos se debe a la loca velocidad con que los tiempos cambian, al colapso de la familia, a la decadencia del capitalismo, y al triunfo de la innoble tecnología y un repudio total al sistema político.
La educación también tiene que incluir un aspecto terapéutico y los jóvenes están muy dañados afectiva y emocionalmente por el hecho de que el mercado laboral se traga a los padres y ya no tienen disponibilidad para los hijos. Hay mucha carencia amorosa y muchos desequilibrios en los niños.
Tener una base educativa aleja a las personas de la ignorancia y las acerca al entendimiento. Permite inculcar valores positivos para formarse un criterio propio, que las lleve a actuar adecuadamente y a establecer buenos hábitos en pro de la superación.
Gracias a la educación existen herramientas para distinguirse, para desarrollar su potencial, para madurar, crear liderazgo, participar en la comunidad en distintas áreas, a la vez que facilita a las personas disponer de mayores posibilidades laborales que les ayude a progresar. Por eso, sin duda, es tan importante para la sociedad tener educación de calidad.
Por último, en este contexto, la juventud desapareció de la escena política, y la educación los mantiene postrados a las necesidades de la clase industrial y a las acciones de la clase política y me parece que ya es hora que los jóvenes recuperen la democracia, como un resurgimiento juvenil dentro de la esfera política nacional.
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