Luis Fernando Allen Forbes, Economista y Administrador de Empresas
La política tradicionalista representada por el PLN, están desesperados por regresar al poder. Su miedo más grande es la muerte política. Estos déspotas han creado redes de corrupción y patronazgo que usan en actividades político- electoreras para confundir, mentir y difundir información inexacta para lograr su objetivo.
Adicionalmente los grupos empresariales que apoyan a JMF, saben que la relación entre corrupción y política es mucho más profunda de lo que quisieran y están dispuestos a admitir los políticos. En primer lugar, no se debe perder de vista que la corrupción no sólo es una acción más o menos consagrada como delictiva sino también un importante medio de influencia política con manifiestas ventajas respecto de la pura persuasión.
En el fondo, los actores políticos sobre todo en los casos de corrupción, nunca están dispuestos a renunciar completamente a esta forma de influencia. Sin duda alguna esto rige para la política interna y también podría aplicar al ámbito internacional y a situaciones en las cuales no son simples operaciones comerciales las que están en juego sino también luchas de poder, donde cada nación, en el mundo de la competitividad y el globalismo, tiende a identificar su interés con el de sus empresas y es por eso que algunos pregonan tener influencia y contactos internacionales.
Es por esa razón y con mucha cautela, que los costarricenses debemos retomar el control del país y ponerlo en manos de un equipo de trabajo con buen liderazgo y valorar en su justa dimensión sin cinismo ni hipocresía como resolver los diferentes problemas heredados de administraciones anteriores en cuanto al manejo económico y administrativo considerado como la mayor urgencia nacional.
Está claro que es imposible desconocer la dimensión ética del asunto porque en la política también operan argumentaciones y se emprenden acciones que no pueden ser comprendidas si no se tienen en cuenta valores que los actores postulan como absolutos e incondicionales.
Por lo tanto, pese a toda la dificultad para controlar la corrupción, este se deriva de su conexión con la política, se trata también de un asunto donde tiene mucha fuerza y hasta predomina la posición de que debe ser perseguida y reprimida independientemente de los costos que ello acarree.
En nuestra cultura hay personas para los cuáles la corrupción es vista como algo normal e inevitable y es en este contexto en el que su combate resulta más difícil y resultará imposible sentar las bases para una cultura de transparencia.
Finalmente, desde hace varios décadas la política tradicional y su influencia, ha puesto amigos y parientes, en los tres poderes del estado y lo que considero un cuanto poder (ejecutivo, legislativo, judicial y el T.S.E) en lo que llamaría liberemos el estado. Este idea intenta señalar el hecho de que individuos o empresas pueden aprovechar su poder, influencias, amistades o asociaciones, para condicionar la acción de una institución estatal mediante la instalación de personas afines en los cargos claves del organismo controlado, perdiendo autonomía y sus decisiones finales quedan condicionadas al interés del grupo dominante.
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