Luis Fernando Allen: Desafíos del TSE ante la salida de Sobrado
Costa Rica necesita una democracia que recupere el sentido transformador, igualitario y participativo que tenía hace muchos años. La salida del señor Antonio Sobrado puede imprimir nuevas ideas y visión a nuestro modelo de democracia en temas como: modernización de los marcos normativos electorales, la independencia y ciudadanización de las autoridades electorales, el voto desde el exterior y el uso de nuevas tecnologías.
Luis Fernando Allen Forbes, Economista y Administrador de Empresas
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) es considerado como un cuarto Poder del Estado, equiparándose al Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial. El TSE fue una de las principales innovaciones institucionales de la Constitución Política de 1949, que nació por el irrespeto al resultado de las elecciones de la época que desembocó en un conflicto bélico, causando mucho dolor y división a las familias costarricenses.
No obstante, los últimos gobiernos que han administrado al país, lo han llevado casi a la bancarrota, dejando claro que no han trabajado por el pueblo que los eligió, y ese abandono se los cobra el pueblo a los partidos tradicionales, actuando indiferente respecto a los asuntos públicos y expresando un total rechazo al sistema político, carcomido por prácticas acabadas, agotadas, engañosas y frustrantes, que han roto la esperanza del pueblo en los partidos políticos.
Esto supone que los partidos políticos son los actores responsables y directos de la poca participación política, debido a que sus acciones, incumplimientos y posturas partidistas, no alcanzan para la construcción del modelo de país que los costarricenses exigen.
Esto explica, el crecimiento del abstencionismo político en Costa Rica y la poca participación electoral, que se ha convertido en las últimas elecciones en una preocupación fundamental de los partidos políticos y también del T.S.E como ente rector en el tema electoral.
Es urgente una reforma al código electoral, que impulse cambios al esquema de candidaturas independientes para darles viabilidad, y por otro, fomentar leyes que obliguen a los candidatos presidenciales al cumplimiento de las promesas de campaña, estableciendo un procedimiento para la remoción de políticos entre ellos: alcaldes, regidores, síndicos diputados o bien presidentes si se consideran como graves los delitos electorales de los que se les acusa.
Hay que darle potestades al TSE para que actúe con rapidez en lo relativo a quejas, denuncias, o cualquier acto anómalo o irregular que estuviese en proceso inicial o final en los tribunales o cualquier órgano asociado a la justicia, porque al momento el sistema además de lento y engorroso no cumple con la justicia pronta y cumplida.
El sufragio es uno de los elementos más importantes en una democracia, y el desarrollo humano integral esta en riesgo debido a las fracturas sociales, Se debe profundizar más en la construcción y fortalecimiento de la democracia. Costa Rica necesita un TSE proactivo, y fiscalizador que de confianza a los ciudadanos y que no arriesgue el futuro de la democracia.
Costa Rica necesita una democracia que recupere el sentido transformador, igualitario y participativo que tenía hace muchos años. La salida del señor Antonio Sobrado puede imprimir nuevas ideas y visión a nuestro modelo de democracia en temas como: modernización de los marcos normativos electorales, la independencia y ciudadanización de las autoridades electorales, el voto desde el exterior y el uso de nuevas tecnologías.
Finalmente, los partidos políticos y sus militantes deben entender que el votante ha evolucionado y que la razón de no ir a votar es más causal que casual, el votante actual tiene una actitud más razonada. El TSE como ente rector debe velar para que el proceso electoral goce de credibilidad y confianza.
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