Luis Paulino Vargas: 11 de mayo de 2023: un día histórico 

Y así, consumose el hecho memorable, de magnas dimensiones históricas, de que, por primera vez, viajé en bus sin pagar.

Luis Paulino Vargas Solís, Economista (Ph.D.)

Después de una sofocante y calurosa mañana, y al ser la 1:30 de la tarde, el cielo encapotado de Alajuela y algunos truenos dispersos, anuncian un posible aguacero.

El señor Luis Paulino -o sea, este servidor de ustedes- vínose al centro de Alajuela al ser las 9 de la mañana, para efectos de encontrarse con un estudiante de Uruguay que le solicitó una entrevista, e hízolo a bordo de una de las modernas y sofisticadas naves -vulgarmente apodadas buses- que hace servicio entre Carrillos y el centro de Alajuela. Pudoroso y recatado, pagó su pasaje, como en los viejos tiempos, como tantas y tantas veces a lo largo de tantos y tantos años.

Hízose la entrevista, muy rica y más larga de lo previsto. Y hete aquí que, listo para retornar a su casa en Barrio San José, y esperando en la terminal de abordaje (o sea la fila en la parada) para embarcar en otra de las poderosas naves de Carrillos, meditabundo y circunspecto, díjose: “¿y por qué voy a pagar el pasaje si ya soy ‘ciudadano de oro’ y puedo presentar mi cédula en vez de desembolsar el monto correspondiente?”.

Dicho y hecho. Me hacía ilusión que, al recibirla, el chofer la podría sobre el aparatito correspondiente y yo podría escuchar aquel glorioso “piiiip” que hacen las cédulas cuando son aproximadas a tan intimidante artificio tecnológico.

Dicho y hecho, dije, pero no del todo. Porque no logré escuchar el ansiado “piiip”. Ante lo cual, azorado, pregúntele al chofer: “¿no tiene que marcar?”. Y el chofer contestome: “no, es que está chocho el aparato”. Y yo, preocupado por la suerte del susodicho, pregúntele de nuevo: “¿no es problema para usted?”. Ante lo cual, y dando por cancelado el asunto, díjome el concernido en mención: “no, porque ya la cámara captó que usted me la presentó”.

Y así, consumose el hecho memorable, de magnas dimensiones históricas, de que, por primera vez, viajé en bus sin pagar, cubierto por el refulgente manto de mi venerable condición de adul-to mayor.

Solo que la gloria de tan apoteósico y sublime momento, viose levemente empañada por la falta del “piiip”.

También podría gustarte Más del autor

Comentarios

Cargando...