Luis Paulino Vargas: El oscuro laberinto de las “estructuras paralelas”

Para el PLN y Figueres Olsen, la jugada ha sido un “perder-perder” total, y sin apelaciones. Con inigualable torpeza montaron una “estructura paralela” para encargar y financiar un video -el del “salto al vacío”- el cual, política y publicitariamente, resultó un fiasco absoluto. Ahora les toca pagar un alto precio por una aventurilla totalmente fracasada.

En el caso del hoy presidente Chaves, la cosa sí les dio los resultados apetecidos: la “estructura paralela” financió la etapa preparatoria de su candidatura y parte de su campaña, y, al cabo, vino a ser una pieza importante en el engranaje que lo llevó a la presidencia. Hoy ya es claro que el monstruo tiene muchas más cabezas y es mucho más grande, que el que se montó en el PLN, a propósito del malogrado videíllo.

Siendo un novato en las lides políticas, Chaves se la jugó en grande, y empequeñeció a su rival.

Luego la cosa ha evolucionado de la forma más retorcida posible, y, con el paso de los días, el monstruo se hace más grande y más feo. De ello se han encargado el propio presidente Chaves y su amiga incondicional, la diputada Cisneros.

Recordemos cuando Chaves concurrió a la reunión a la que fue invitado con los magistrados y magistradas de la Corte Suprema de Justicia. Una reunión protocolaria que se degradó en la más insultante intromisión con la independencia del Poder Judicial. Chaves literalmente exigió a las señoras y señores magistrados, que interviniesen a su favor en las investigaciones que se realizaban en sede judicial.

Uno podría decir: nada podría ser más grotesco. Pero ¿acaso no es igual de grotesca la intervención de Pilar Cisneros en la comisión legislativa que investiga las “estructuras paralelas”? Siendo clarísimo que ella está embarrada hasta el pescuezo en ese oscuro affaire, la mujer aprovecha su condición de diputada, para intervenir con el propósito deliberado de favorecer su posición personal.

Jueza y parte, efectivamente. Pero ella, al igual que el otro señor, son invulnerables a eso que llaman vergüenza. Es que ni colorados se ponen.