Luis Paulino Vargas: ¿Por qué la gente quiere que le devuelvan sus ahorros de los fondos de pensiones?

Hay un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa, que propone devolver el 30% de los ahorros que las personas tienen en su fondo de pensiones (el llamado ROP). Sobran argumentos técnicos que pretender demostrar que eso es inconveniente. Pero creo que, más allá de los que los “expertos en finanzas” pontifican, es necesario preguntarse ¿por qué mucha gente desea y reclama que se les devuelva ese dinero?

Primera razón: a lo largo de 12 años, los ingresos de la población, en términos de su poder adquisitivo real, no han mejorado (más bien se ha deteriorado), lo que les ha obligado a endeudarse en exceso. Esa deuda no surge ni de la irresponsabilidad de la gente ni de su ignorancia, como se ha querido hacer creer, sino de la estrechez económica en que ha sido forzada a vivir. A lo cual hay que sumar -ahí sí- la irresponsabilidad de los bancos, sobre todo los privados, que de mil formas tratan de seducir a la gente para que se endeude, aunque luego los envían, por centenares de miles, a cobro judicial, en lo que, a menudo, adquiere el cariz propio de una verdadera esclavitud por deudas. Resulta comprensible que, entonces, mucha gente desee contar con algún dinerito que le alivie esa pesadísima carga.

Segunda razón: el desastre de la gestión de los fondos de pensiones, las pérdidas brutales que se vienen dando, la indignante permisividad con que la SUPEN ha manejado ese asunto, y todo el manto de opacidad y eufemismos, con que la SUPEN y las operadoras han tratado de cubrir esa lamentable situación. La gente entonces razona: “¿para qué quiero tener mi dinero ahí, si estoy perdiendo todos mis ahorros y nadie me da ninguna explicación convincente y razonable de lo que está ocurriendo?”. Hay furia e indignación, y con toda razón. Y eso suma para que muchas personas pidan que se le devuelva el dinero.

Rocío Aguilar, las operadoras de pensiones y los bancos tienen mucha culpa en todo esto. Pero, sobre todo, tengamos claro que el país no puede seguir por esta ruta, la cual es explosiva e insostenible.