Marianella Sáenz Mora.
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Hacer que se rinda
el blanco inmaculado de la hoja
expiar, exorcizar
liberar en la tinta al colibrí oscuro
aprisionado
en los fragmentos insanos
de esta poética confesión
que me desnuda.
Saltar al margen
desde la clara redención
de una ventana de papel
donde enigmas y contradicciones
asalten el tono inmaculado
en que se desenvuelve esta epifanía
esta pascua redentora
y personal
donde mi naturaleza
desmenuza desde la palabra germinal
su filigrana.
Entonces
dejarla cantar la medicina
vibración y sonido
que restaure e incremente
salud, autoconocimiento
comprensión y paz
desde mi interior
hacia todos los recodos de este globo
de rotaciones imperfectas
donde habito contenida en límites de piel.
Así
dejarse envolver por el sonido
encontrar la vibración correcta
que conecte infinito, silencio y hercios
para autogestarse bardo del milagro
y recomenzar perpetuamente fortalecida
gracias a esta suerte de oficio.
recuerdo.
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