Mario Ramírez Granados: Cazadores de nostalgia
Ojalá la búsqueda del pasado pueda trascender la satisfacción personal de estas generaciones y permitan la recuperación de aspectos apenas explorados como crecer en medio de la Crisis Económica de los 80 o el Pánico Moral que se vivió a mediados de los noventa.
Mario Ramírez Granados.
A principios del presente siglo, Tomás Saraví nos sorprendió con la Antología de Cuentos del San José Oculto, que daba cuenta de las realidades que pasaban inadvertidas en una Costa Rica que estaba embelesada en el largo ensueño campesino. La ciudad oculta de Saraví daba cuenta de realidades como el San José esotérico de las logias masónicas, el naciente sicariato, que hoy extiende sus tentáculos más allá de los barrios pobres de San José, y el fenómeno de la drogadicción a partir de una revisita al personaje del Moto, entre otras.
A esta Antología siguió Otra vuelta de tuerca, un proyecto que como el primero, arrojaba luz sobre aspectos de la vida urbana hasta entonces desconocidos, o de los que no se quería hablar. Pero la ciudad oculta no deja de cambiar. Algunos negocios de antaño que aparecían en los libros del San José oculto como el mítico Chelles, han dejado de existir. Otros, como el Balcón de Europa o el Hotel del Rey lo han acompañado en este destino.
Supongo que en esas condiciones, Saraví se hubiese sorprendido del florecimiento del mercado de la nostalgia en el corazón de Oculta. No se trata de las librerías de segunda mano (o segunda vida como les decimos otros), negocios que se especializaron en ofrecérsele al público, libros de buena calidad a precios asequibles, sino de negocios que han prosperado a partir del mundo digital.
Las redes sociales han permitido que surjan comunidades de adultos jóvenes que han creado comunidades para compartir su gusto por los productos de antaño, en particular marcas de figuras antiguas, de series y películas que se quedaron en los gustos de esos niños que hoy crecieron y que comparten la búsqueda por recuperar aquellos instantes de felicidad.
Las comunidades han dado paso a tiendas como Puente Especial y otras que operan en los altos de la Galería Central, en la Avenida Central. Se trata de negocios que se especializan en la compra y venta de artículos como juguetes antiguos, para aquellos adultos que buscan conectarse con un trozo de ayer o que pueden permitirse un gusto que no podían, cuando eran niños. Y que hoy se vuelven en puntos de encuentro para los cazadores de nostalgia.
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Ojalá la búsqueda del pasado pueda trascender la satisfacción personal de estas generaciones y permitan la recuperación de aspectos apenas explorados como crecer en medio de la Crisis Económica de los 80 o el Pánico Moral que se vivió a mediados de los noventa.
Tal vez estas generaciones puedan entender algunos esfuerzos por recuperar otros aspectos de la historia. Un primer ejemplo en ficción lo constituye la novela “Los últimos días” del periodista Juan Ramón Rojas, que en la tradición de José Marín Cañas, le dan cuerpo y voz a las memorias de los jóvenes costarricenses que participaron en la lucha contra la dictadura somocista a finales de los años setenta.
Otro ejemplo desde la crónica, lo constituye el papel como recopiladora de la profesora Sussy Carballo Herrera, quien recorre el país, recogiendo en su compilación “La cazadora de espantos”, historias familiares como lo hicieron en su momento los hermanos Grimm, actualizando algunas de las leyendas tradicionales y explorando las nuevas leyendas urbanas, como manifestaciones de un folclore que convive con la Costa Rica moderna.
Aquellos jóvenes de los ochenta y noventa tienen todavía mucho que decirnos, y merecen un espacio para escribir su propia historia, como una generación puente entre la Costa Rica que floreció en la segunda República, y las generaciones que crecieron en medio de la larga crisis. Desde ese punto de vista la satisfacción individual, no puede echar por la borda la posibilidad de un proyecto colectivo. Como en Blade Runner, las memorias de un país y su gente no merecen perecer, como lágrimas en la lluvia.
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