Mario Ramírez: Sobre la necedad y la crisis

No solo  existe la crisis como liquidación, sino la crisis como proceso de recuperación y aprendizaje.

0

Mario Ramírez Granados.

Dentro de las estampas que quedaran  para  la  historia  universal  reciente será  las imágenes de  la resistencia a  las recomendaciones  sanitarias como  medidas  para prevenir la pandemia  de  covid  19  o coronavirus.  Desde  una  posición  a la distancia  ¿Cómo entender  este dar la espalda   a las  órdenes  sanitarias?

Se podría  argumentar que  la  desobediencia  se debe a la  ignorancia de la gente, pero  este enfoque  en  erróneo. Contrario  al manejo  que se dio  a  pandemias  anteriores  al corona virus,  en esta  ocasión  se ha dado un manejo   transparente  de   la información sobre la enfermedad, la  cantidad  de casos  e incluso  los decesos.  La tecnología  incluso nos permite  enterarnos  lo  que está sucediendo  en  países  como  España, Inglaterra o los  Estados  Unidos.

Propongo  entonces  estos comportamientos desde la necedad.  La necedad no se agota  únicamente  en la ignorancia , es decir  en no saber lo que se debe  hacer ,   sino  que  remite  a  los casos  en que  la gente  porfía  o  simplemente  no  interioriza  la situación nacional.   Desde esta imagen, el teólogo  alemán   Dieter Bonhoeffer señala que la necedad  puede incluso  a  ser  más peligrosa que el  mismo  mal. Dice este este autor que en estas condiciones la persona queda desprovista de su  independencia interna  y  que  de forma  más  o menos  inconsciente  “…renuncia a encontrar una  actitud  propia  ante las situaciones  vitales  que se producen”

Desde  esta posición debemos  entender  que mucha  de  esta  necedad se ha alimentado  desde la exuberancia,   de vidas  basadas  en la falsa creencia de que la tecnología  o el  dinero nos protejan  de las  amenazas  externas y que  en este  tipo  de  eventos, solo  atacan  a   aquellos que viven  en los  márgenes de la sociedad.  En un estilo  de vida  así, el cierre de espacios  de  convivencia  u ocio no son  entendidos  o incluso pueden ser considerados  como  excesivos, pues  bajo una  vida  exuberante,  se piensa erróneamente  que somos  inmunes.

En estas  conductas  temerarias  se esconde  la desesperación ante la pérdida de control  de un estilo de vida, que parecía solo una sucesión de fechas y quincenas. Esta ilusión de control,   actos  como  acaparar o negar no lo resuelven, se convierten en escapes  momentáneos. Por esto,  muchos   viven la situación actual como  una crisis.

Pero la crisis, al  igual  que la necedad  no se agota  en imágenes de un solo sentido.  No solo  existe la crisis como liquidación, sino la crisis como proceso de recuperación y aprendizaje. Desde ese punto de vista,  el quedarse  en casa  no presupone  una suerte de  entierro prematuro, sino  como una oportunidad.  Una oportunidad de aprendizaje para entender en momentos extremos, que es necesario y sobre todo, que es innecesario.  Hoy  por ejemplo, entendemos el valor  de las caricias y los abrazos; así como  el valor  del amor  en nuestras vidas.

Bonhoeffer nos propone que la lucha contra la necedad no será un acto de adoctrinamiento, sino que debe darse desde un  acto de liberación, que le permita  superar la necedad. Tal vez  un primer  paso  podría ser  la superación  de la  nostalgia  de la vida  previa a la cuarentena y  la posibilidad de  abrazar  las cosas  nuevas o que  recién   recuperamos.

Si le interesa recibir información diariamente:

COVID-19
Suscribase COVID-19

También podría gustarte Más del autor

Comentarios

Cargando...