Miguel Fajardo Korea, Premio Nacional de Educación Mauro Fernández
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Del libro: Litoral de sed
El irrespeto los persigue
La pureza es un implacable juego,
estallidos secos donde se resguardan
los apátridas, condenados al fin,
a recorridos lejanos, en medio de las tormentas.
Cada quien descuenta
los días en el desierto y sus alrededores.
Miran el desolado cielo
en la mitad de algún árbol,
callado, apenas,
para no acordarse del irrespeto
y el hostigamiento feroz.
El sol debe aparecer
en medio del trópico;
no puede esconderse
ante la violencia de siempre
y la destrucción insospechada.
Todos lo invocamos
en las emergencias naturales,
cuando el sol se esconde, sin sonrojo,
para darle abrigo, en alguna parte,
a los peregrinos desahuciados
en el espacio cerradísimo
de las vallas fronterizas:
en el límite marginal del abandono.
Los ojos del lobo
La casa del lobo
repliega la mirada
en el bosque de los amantes.
La puerta del ojo
donde anduvimos la tierra
tiene una historia distinta
en los vaticinios del mar.
Los ojos del lobo
se abren desmedidos
en luminosa tierra adentro.
Son los secretos del tiempo
en una casa abandonada.
La tortura
como una acusación flagrante
detrás del mundo:
la glocalización
del miedo y el terror,
en cada frontera.
Párpados de Frida
Más allá de los vacíos
la sed es un elefante.
Tus besos fueron bahías después del alba.
La memoria de los hijos caídos
en cada laberinto indigno.
Los párpados del tercer mundo
hieren la pureza
en la territorialidad de los ojos.
Infinita embarcación en el golpe,
después de la tortura.
Los bucaneros zarpan como si estuviésemos
leyendo a Kafka, en el centro del mar.
Desde Coyoacán, Frida Kahlo vivió con rebeldía,
todos los asedios.
Mujer contra el miedo.
Mujer estoica de la vida.
Artista luz, retrato vivo y deslumbrante.
Luchemos por la libertad, todos los días.
Decidámonos:
Mañana habrá silencio.
Otro silencio.
Camino del olvido
Siempre los miedos.
La batalla en el enigma.
La desocupación
de todos los muertos.
El camino del olvido
en tus ojos sin cansancio
por tanta espera.
Destierran los latidos,
la demora habitada
en el enigma de los exiliados.
Es la fiereza
del retorno,
la sombra final
que pide auxilio,
la desnudez en el rincón
de otras fronteras,
donde calificás
como llama
en la red de las palabras
de la ocupación sin límites.
La injusticia continúa persiguiéndolos.
MIGUEL FAJARDO. Guanacaste, Costa Rica. Lic. Español, Lingüística y Literatura. Vicepresidente Centro Literario de Guanacaste. Académico emérito (MEP/UNA). Premios: Nacional de Educación Mauro Fernández; Omar Dengo; Promoción y Difusión Cultural. Ha publicado 30 libros en Costa Rica, España, República Dominicana, Panamá y Chile. Delegado de Costa Rica para el Festival Internacional de Poesía (2022). Coordina la colección “De la Patria por nuestra voluntad, 200 años” para la EUNED. Columnista en medios de prensa. LITORAL DE LA SED fue publicado por el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica, 2022.
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