Gloria Bejarano Almada – Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la Covid

Dejemos claro que la capacidad de la mujer no está en duda, lo que está en duda es la capacidad de la sociedad y los Estados para darle a más mujeres el espacio, las herramientas y las condiciones para vivir en un mundo de igualdad.

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Gloria Bejarano Almada, fue Primera Dama de Costa Rica durante el gobierno del presidente Rafael Calderón Fournier y diputada de la Asamblea Legislativa, Dirige el Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, institución que alberga al Museo del Niño, participa activamente en causas sociales comunitarias.

Las Naciones Unidas escogieron como tema para el Día Internacional de la Mujer 2021; “Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la Covid”.   Mi primera reacción fue un suspiro de solo pensar que en pleno Siglo XXI, seguimos buscando la forma de construir un mundo igualitario.  No dudo que hemos avanzado, pero no deja de ser frustrante que a pesar de que las mujeres han demostrado en todos los campos su capacidad, tengamos que seguir luchando por un trato igualitario y gozar de los mismos derechos que los hombres.

Dejemos claro que la capacidad de la mujer no está en duda, lo que está en duda es la capacidad de la sociedad y los Estados para darle a más mujeres el espacio, las herramientas y las condiciones para vivir en un mundo de igualdad.  En pleno 2021 está en duda si podremos dejar de “sorprendernos” ante el hecho que una mujer supere con creces las expectativas y obtenga resultados extraordinarios en su trabajo.

No quiero que se me mal interprete, para mi el hecho que los países que han tenido un mejor manejo de la crisis están gobernados por mujeres, me llena de orgullo más no de sorpresa. Lo sorprendente es que se resalten los logros femeninos como algo excepcional y por excepcional quiero decir algo que no ocurre con frecuencia y merece ser señalado como un logro.

Seguir “demostrando con hechos” que la mujer es capaz de asumir con excelencia cualquier función que se les asigne, se me antoja como una forma de validar las luchas por la igualdad y la equidad, como si justificar el respeto a los derechos humanos fuera necesario.

La ONU propone que las mujeres líderes del mundo pugnen  “Por un Futuro igualitario en el mundo del Covid ”, que unan voluntades y esfuerzos para atender prioritariamente las necesidades más apremiantes de las mujeres, pues no basta con entregar diarios o ayudas, es urgente crear las condiciones para que puedan acceder a una mejor formación que les permita enfrentar la pobreza y la desigualdad en la que están inmersas y desarrollar, paralelamente, una oferta laboral digna, bien remunerada que se vea acompañada de los espacios de cuido, educación y atención para sus hijos y demás dependientes.

La pandemia ha evidenciado la inequidad que existe cuando surge una crisis pues es la mujer la que asume dentro de una nueva realidad familiar tareas, roles y funciones que exigen de ellas gran esfuerzo.  Por otro lado, son las mujeres las primeras en verse perjudicadas, las primeras en ser despedidas y las que enfrentan la pobreza con mayor severidad.   Son las mujeres en tiempos de crisis las que asumen una doble y triple jornada laboran para atender las necesidades familiares, las que sufren la violencia doméstica, las que atienden a los hijos y muestran fortaleza y habilidad para garantizar la subsistencia y procurar una sana convivencia en el hogar.

En este último año las mujeres de todos estratos socioeconómicos han tenido que adaptarse y reinventarse como trabajadoras, educadoras, amas de casa o emprendedoras para enfrentar el día a día. Miles de mujeres se han incorporado al sector informal de la economía, en el sector público existe una desproporcionada representación femenina y solo un 5% de los puestos de liderazgo son ocupados por mujeres en el sector privado todo lo cual pone en evidencia que la inequidad se da sin distingo de la condición económica, política o social que ostente la mujer. Sin importar su formación o su capacidad intelectual la mujer sufre de una discriminación sistemática.

No sabemos cómo será la vida de la mujer post pandemia, pero la posibilidad de alcanzar una mayor igualdad se ve cada vez más lejana. Los estudios, las investigaciones y la realidad nos señalan que la situación de la mujer ha empeorado tras la pandemia, no solo en lo económico o laboral, su salud física y mental está en riesgo.  El aumento en el número de femicidios es alarmante, cientos de mujeres, niños y ancianos sufren la violencia al interior de los hogares ante la impotencia de las autoridades que necesitan replantear sus estrategias y designar mayores recursos para intervenir, atender denuncias, prevenir y evitar asesinatos que enlutan al país.

Queda mucho camino por recorrer, la pandemia pasará y seguiremos sufriendo la desigualdad si no tomamos consciencia que no es tarea solo de las autoridades, las instituciones o las Mujeres Líderes; que no basta dictar leyes, crear programas o impartir lecciones, construir un futuro igualitario exige que todos hagamos la diferencia.   Es en el hogar donde se forma el ser humano, es ahí donde se pueden erradicar los patrones patriarcales y empoderar a la mujer.  Es ahí donde se enseña que las tareas de hogar, el cuido de los niños, la atención de los adultos mayores no son obligación de la mujer, son la forma como se comparten responsabilidades, se construye la vida en familia, se demuestra el amor y se apoya, sin distingo de ninguna especia, a sus miembros en sus aspiraciones y sueños. Educar y formar al interior de la familia es la única forma como podremos sentar las bases sobre las cuales construir una sociedad igualitaria y eso depende de cada uno de nosotros.


En esta edición también contamos con artículos de las siguientes colaboradoras:
Abril Gordienko López, Alicia Fournier, Ana Victoria Badilla, Arabella Salaverry, Arlette Pichardo, Dinorah Cueto Cabrera, Elizabeth Jiménez Núñez, Gabriela Giusti, Gloria Bejarano, Inés Revuelta, Jeannette Ruiz, Kattia Martin Cañas, Lilliana Sánchez, María Laura Arias Echandi, María Laura Sánchez, Marinela Córdoba, Marta Acosta, Marta Núñez Barrionuevo, Natalia Díaz Quintana, Sofía Argüello Madrigal, Valeria Madrigal y Waizaan Hin Herrera,
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