Bernal Arias: Ante Incremento de la morbimortalidad mundial ¿qué capacidad tiene Costa Rica?
Debemos conocer cómo se está organizando la parte consultiva médica y la parte logística para que todos los sectores de la población, especialmente la más vulnerable, sea protegida y atendida adecuadamente, sin sacrificar a quienes tienen patologías previas, como los que encajan en los porcentajes anteriormente expuestos.
Bernal Arias Ramírez, Abogado y Politólogo (Dr.).
El Covid 19 es una alerta mundial de lo frágil que es el ser humano ante virus y bacterias, microorganismos que pueden causar epidemias mundiales en períodos relativamente cortos, devastando la salud de las personas y las economías de los países.
El letal coronavirus es una pandemia temible, pero también lo fue el sarampión, la rubeola, la malaria, el VIH-Sida, y la tuberculosis, por citar algunas enfermedades. Solo esta última, la tuberculosis ha causado altas tasas de mortalidad en la India, seguido de Indonesia, China, Nigeria, Pakistán y Sudáfrica. Tan solo en el 2015 fallecieron en el mundo 1,8 millones de personas.
Son enfermedades que mutan y van creando multirresistencia de los bacilos, con lo cual se hacen resistentes a las detecciones tempranas y a los tratamientos, así como a la efectividad de los medicamentos y las vacunas.
Los profesores Andrea y Giuseppe Remuzzi, a propósito de la crisis italiana, han dicho, cuestión que todos estamos al tanto, que la propagación del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) ha adquirido proporciones pandémicas afectando a más de 100 países en cuestión de semanas, en cuenta el nuestro con 117 casos confirmados positivos hasta el 21 de marzo de 2020.
Para los italianos, que son los que han sufrido con mayor virulencia la enfermedad, es imprescindible una respuesta global para preparar los sistemas de salud en todo el mundo. Y su preocupación es respecto a la capacidad del sistema de salud nacional para responder eficazmente a las necesidades de los pacientes infectados y que requieren cuidados intensivos para la neumonía, de ahí que, quien escribe estas letras había posteado hace poco, que la ciudadanía requiere conocer al menos:
1. ¿Cuántas camas de cuidados intensivos tiene toda la red hospitalaria del país, al día de hoy?
2. ¿Cuántas camas en total (ya no de cuidados intensivos) entre hospitales regionales y periféricos, Niveles II y III.
3. Cuál es el nivel de ocupación por otras enfermedades, patologías o atención en salud en este momento. Normalmente ronda entre el 50% y el 85%, dependiendo del centro hospitalario.
4. ¿Cuál es la cantidad o disposición de respiradores que tiene el país?
Respuestas que deberíamos obtener sin dilación del Dr. Daniel Salas, Ministro de Salud y del Dr. Román Macaya, Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social. Incluso, esos datos se deberían ventilar a la luz pública como parte de la responsabililidad y rendición de cuentas, misma que reforzaría la campaña del distanciamiento social o cuarentena, en virtud de la eventual escases de equipos y disponibilidad de internamientos bajo cuidados eficientes.
Además indicaba en ese mismo posteo que comparativamente Estados Unidos dispone de un número de camas en Unidades de Cuidados Intensivos de 34,7 por cada 10.000 habitantes. Asimismo, camas de cuidados intensivos por cada 100.000 personas, se tiene en Alemania 29,2; Italia 12,5; Francia 11,6; Corea del Sur 10,6; España 9,7; Japón 7,3 ; Reino Unido 6,6; China 3,6; India 2,3 camas en las UCI. ¿Cuántas en Costa Rica?
Se ocupa de información, pues desde que apareció el primer caso el día 6 de marzo, ninguna autoridad del gobierno de la República ha oficializado datos acerca de cuántas son las camas y equipos con que dispone la red hospitalaria nacional, inventario que debería sumar los hospitales públicos y privados. Ciertamente se avanzó con habilitar el Centro Nacional de Rehabilitación convirtiéndolo en un Hospital exclusivo para Covid 19 con capacidad para 88 pacientes. Bien por la CCSS y el ICE, pero insuficiente en caso de un incremento exponencial de los declarados positivos. También se reconoce las gestiones o solicitudes de asistencia y cooperación a gobiernos amigos, en cuanto a hospitales de campaña, tipo militar, con sus equipamientos, estando el país a la espera de respuesta.
Pero volviendo al punto de interés, en relación al escenario que ningún Estado quiere, nos referimos a Italia, el porcentaje de pacientes en cuidados intensivos reportados diariamente entre el 1 de marzo y el 11 de marzo de 2020, fue sistemáticamente entre el 9% y el 11% de los pacientes infectados activamente. Según publica Corriere della Sera en boletín del 21 de marzo 2020, hay 53,578 casos positivos y 4,825 muertes (792 en las últimas 24 horas), lo que significa un 9% de mortalidad. ¿Qué significa eso?, que las unidades de cuidados intensivos están en capacidad máxima, no dan abasto y estiman que harán falta 4000 camas de hospital a mediados de abril de 2020.
Dos asuntos de transcendencia que se están descubriendo (viróloga Dra. María Rita Gismondo de Milan y la Prof. Ibaria Capua de la Universidad de la Florida), uno es sobre la hipótesis de la mutación del Sars-CoV-2 más agresivo en Lombardía que en China, por ello se ha hecho un llamamiento la comunidad científica para comprender lo que está sucediendo, debido a que cambia el comportamiento dentro de los pacientes, por ejemplo, la infección puede extenderse a órganos que en casos anteriores no se vieron afectados. Lo otro, es en relación con la subestimación de las infestaciones (Fabrizio Pregliasco, virólogo de la Universidad de Milán) que asume con certeza que las infecciones en Lombardía están ampliamente subestimadas. Según las proyecciones, el número de positivos constatados debe multiplicarse por diez que es la diferencia entre los que están enfermos y tienen síntomas obvios respecto de aquellas personas asintomáticas o levemente perturbadas que son positivas pero que no se cuentan en la lista oficial.
Nuestro análisis va en sentido de tomar conciencia de la premura que significa preparar la red hospitalaria. De lo que se trata es de asignar recursos, como la compra extraordinaria autorizada por la Contraloría General de la República por un monto de US$9.489.800 para ventiladores pulmonares, camillas, la adquisición de otros equipos médicos y contratación de nuevo personal, para manejar la situación en los próximos días y semanas.
Si el brote en Costa Rica siguiera la tendencia similar a la provincia de Hubei, China, o Italia, el número de pacientes podría aumentar de forma drámática; sin embargo, se reconoce que se han venido adoptando ordenes convenientes, la mayoría recomendaciones de la OMS, en virtud que hasta hace poco no se tenía un panel de científicos, médicos, o expertos nacionales. Lo que si es cierto consiste, en que el país se apartó de forma momentánea de esa tendencia exponencial, precisamente por atención de las medidas de distanciamiento social sin necesidad de llegar a un Estado de Excepción de calamidad declarada con suspensión de garantías y libertades (uso del art. 121 inciso 7) en relación con el 140 inciso 4) de la Constitución Política), de suyo, la mayoría de costarricenses responsablemente las han acatado, aun, muchos de ellos a regañadientes.
Valga mencionar que en un artículo en The Lancet Respiratory Medicine publicado en línea el día de ayer 20 de marzo 2020, sus autores Ramanathan K, Antognini D., Combes A., et al., tratan asuntos básicos en esta crisis. Estos autores describen enfoques pragmáticos a los desafíos que incluyen la capacitación del personal de atención médica, la resolución de problemas de equipos e instalaciones, la implementación de sistemas para el control de infecciones y la protección del personal, así como el apoyo general al personal de atención médica respecto de mitigar cuestiones éticas, asunto crítico justamente cuando no hay suficientes camas, instalaciones o equipos. También abordan algunos de los desafíos como es la sobretensión, pero sobre todo, asumir que la demanda potencial podría exceder los recursos disponibles, siendo uno de los hallazgos fundamentales el tema que se deben considerar los antibióticos, pese a que es un virus, ya que se han reportado infecciones bacterianas secundarias en pacientes con COVID-19.
Finalmente, en otra publicación del 11 de marzo de 2020, Lei Fang, George Karakiulakis y Michael Roth, hacen eco de varios estudios sobre comorbilidades más distintivas de 32 no sobrevivientes de un grupo de 52 pacientes de la unidad de cuidados intensivos con nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en el estudio de Xiaobo Yang y colegas, el cual arrojó que los pacientes con enfermedades cerebrovasculares era de un (22%) y con diabetes (22%). En otro estudio incluyeron 1099 pacientes con COVID-19 confirmado, de los cuales 173 tenían enfermedad grave de hipertensión (23,7%), diabetes mellitus (16,2%), enfermedades coronarias (5,8%) y enfermedad cerebrovascular (2,3%). En un tercer estudio, de 140 pacientes que ingresaron en el hospital con COVID-19, el 30% tenía hipertensión y el 12% tenía diabetes.
En conclusión, debemos conocer cómo se está organizando la parte consultiva médica y la parte logística para que todos los sectores de la población, especialmente la más vulnerable, sea protegida y atendida adecuadamente, sin sacrificar a quienes tienen patologías previas, como los que encajan en los porcentajes anteriormente expuestos.
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