Óscar Álvarez Araya, Politólogo (Ph.D.).
Nace en China en el año 571 a. de C. El Tao Te King es única la obra de Lao Tsé. Es un pequeño libro de ética y de religión con derivaciones hacia los temas de la política y la economía: «El Tao… representa el origen del universo… constituye la Madre de todos los seres».
El santo adopta la táctica de el no hacer: «Practica el no hacer y todo permanecerá en orden. Es por el no hacer que practica el no hacer que se gana el universo».
Según Lao Tsé el gobernante debe guiar sin constreñir:
Producir y hacer crecer,
producir sin apropiarse,
actuar sin esperar,
guiar sin constreñir,
es la virtud suprema.
Asimismo, el gobernante no debe subyugar el mundo por las armas:
Aquel que se refiere al Tao como dueño de hombres no subyuga el mundo por las armas, porque está manera de actuar acarrea casi siempre una respuesta.
Allá donde acampan las armas crecen espinas y cardos.
Y luego agrega en un tono que se lee claramente antimilitarista: «Las armas son instrumentos nefastos y repugnan a todos. Aquel que comprende el Tao no las adopta». Y después remata su idea con un mensaje de no-violencia: «Yo enseño esto a las gentes: «El hombre violento no tendrá una muerte natural. El más tierno en este mundo domina al más duro».
Tiene también un mensaje pacifista: “Un verdadero jefe militar no es belicoso. Un verdadero vencedor no se mete en la guerra”.
En cuanto al arte de gobernar, Lao Tsé recomienda la moderación: «Para gobernar a los hombres y servir al cielo, nada vale tanto como la moderación…» Y agrega: «Se rige un gran Estado, de la misma forma como se fríe el pescadito»
Y que si alguien aspira a ponerse a la cabeza de un pueblo: «necesita ponerse en la última fila.
Además, este sabio chino se pronuncia contra la excesiva intervención del Estado: «facilita la evolución natural de todos los seres sin osar intervenir sobre ellos». También critica el reglamentismo o exceso de leyes: «Cuanto más interdictos y prohibiciones hayan, más el pueblo se empobrece». Y finalmente la emprende contra el exceso de impuestos; «El pueblo está hambriento porque sus dirigentes le abruman de impuestos». Lao Tsé fue uno de los primeros precursores del pensamiento y, sobre todo, de la actitud liberal.
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