Pablo Chaverri: ¿Ama dios a la humanidad?

Si lo que dice la Biblia es verdad, dios no ama a la humanidad, sino que realiza juegos sádicos con ella. Si lo que dice la Biblia no es verdad, entonces: ¿por qué crees en ella y la tomas como incuestionable y sagrada?

0

Pablo Chaverri Chaves, Científico Cognitivo.

En nuestra cultura latinoamericana, altamente cristianizada, es un lugar común escuchar que “dios ama al mundo”. Sin embargo, si se analiza la ficción bíblica, es posible identificar muchos casos que contradicen esta creencia, ampliamente extendida, pero no por ello justificada. Por ejemplo, el texto bíblico de Juan 3: 16 dice que: “de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Esta cita bíblica suele ser presentada como la síntesis del cristianismo y para millones de personas representa un acto de amor incuestionable. Sin embargo, si se analiza un poco, se verá que en realidad presenta grandes contradicciones e insuficiencias. Veamos algunas.
  1. Si el dios judeocristiano realmente ama a todo el mundo: ¿por qué lo condenó de por vida por una falta inocua como el comer una fruta prohibida que no le hizo daño a nadie? Imaginemos, por ejemplo, que un padre le prohíbe a su hijo comer de cierto alimento en su casa, pero resulta que el hijo, bajo el engaño de alguien más, termina comiendo del alimento prohibido. ¿Qué padre, en su sano juicio, expulsaría de por vida a su hijo del hogar por un acto así? A todas luces, hay una clara desproporción entre la acción, el nivel de responsabilidad de quien la ejecutó y la brutalidad del castigo.
  2. Si dios ya sabía lo que iba a pasar: ¿por qué creó a la serpiente y le permitió engañar a Adán y Eva?, ¿por qué no lo impidió? ¿Para qué creó dios el árbol prohibido si ya sabía lo que ocurriría? Cuando alguien hace algo sabiendo de antemano los problemas que ello traerá, entonces es responsable por esos problemas. De esta manera, al ser dios el creador del árbol y de la serpiente engañadora y de la inocencia de Adán y Eva, no estamos ante una falta de estos últimos dos, sino ante un plan del primero para expulsarlos del paraíso y hacerlos penar. Visto en perspectiva, el villano del relato no es la serpiente, sino dios, puesto que lo sabe todo, lo controla todo y lo puede todo, de acuerdo a los propios términos de este relato.
  3. La disposición a perdonar faltas menores es consustancial a la convivencia sana, más aún si se ama a la otra persona. Por ejemplo, qué padre que ame a su hijo le condenaría de por vida por una falta que no acarrea mayores consecuencias negativas para nadie. Si Adán y Eva eran seres inocentes, incapaces de hacer el mal, fueron víctimas de engaño y cometieron una falta menor que no le hizo daño a nadie: ¿se merecían la expulsión de por vida del paraíso? Si dios los ama y dice que hay que perdonar: ¿por qué no dio el ejemplo dándoles otra oportunidad?, ¿por qué condenar también a los hijos inocentes de Adán y Eva? Además de ser una falta mínima y ser castigada de forma exagerada, se hace pagar a los descendientes de Adán y Eva, que no tienen ninguna responsabilidad. A nadie, en su sano juicio, se le ocurriría castigar a los hijos por supuestas faltas de sus padres.
  4. Si todo esto es una figura literaria y no ocurrió realmente, entonces: ¿cuál es el pecado original?, ¿cómo se justifica la expulsión del paraíso? Este punto plantea un problema serio para los creyentes, pues muchos, a pesar de su fe, son capaces de reconocer que el relato del Génesis es una alegoría o una metáfora, pues estos hechos nunca ocurrieron: ¿qué fue entonces lo que medió en la expulsión del paraíso? La doctrina judeocristiana no tiene una respuesta para esto, lo cual implica ni más ni menos que las bases de todo el relato se caen, pues si no hay pecado original, no hay necesidad de perdonar nada, trayéndose al suelo la supuesta justificación de la muerte de Jesús.
  5. Entonces, el “pecado” original que “justificaría” la venida de Jesús, en realidad no es nada grave y su verdadero responsable es dios, quien lo planeó todo pues sabía lo que pasaría y lo controla todo. Menudo problema para los creyentes, pues el centro de su fe es que la entrega de Jesús permite perdonar el pecado original y reconciliarlos con su dios. Si alguien dijera aquí que Adán y Eva son plenamente responsables por tener libre albedrío, estaría negando los propios términos del relato: unos seres inocentes creados plenamente buenos y sin capacidad para obrar el mal, una serpiente, creada por dios, que les engaña, y un dios que lo sabe todo, lo puede todo y lo controla todo.
  6. Si Jesús es el único hijo de dios, entonces: ¿por qué el cristianismo repite que todos los seres humanos son hijos de dios? Si Jesús es el único hijo de dios, entonces toda la humanidad no es hija de dios. Es decir, de acuerdo al término unigénito (que quiere decir único), dios no es padre de la humanidad.
  7. ¿Cómo se justifica que la salvación dependa de “creer” en Jesús y no de los actos y la consciencia, si, evidentemente, ser bueno no depende de creer en este personaje, además de que un 70% de la humanidad no es cristiana. ¿Qué sentido tiene condenar por un acto inocuo y heredado, y salvar por creer en alguien y no por los actos conscientes? Además, como es obvio, muchos creyentes cristianos de hecho hacen el mal, y no solo eso, sino que incluso en el nombre de Jesús se han cometido crímenes, atrocidades y genocidios de crueldad y odio enormes. Claramente, ser bueno no depende de creer en este personaje.
  8. ¿Cómo se puede tener “vida eterna” si el cuerpo muere y se descompone?, ¿cómo se puede ver sin ojos, sentir sin sistema nervioso, hablar sin boca, escuchar sin oídos o pensar sin cerebro? El concepto de “vida eterna” depende del dualismo, es decir, de la separación del cuerpo y del “alma”, que es una noción frágil, que no se sostiene ante la evidencia que demuestra que la vida es un producto físico que no puede ocurrir en ausencia de organismos capaces de sostenerla.
  9. Según el propio texto bíblico, Jesús no entregó su vida, pues resucitó. Es decir, no pudo perder su vida si está vivo. Esto plantea otro problema serio a los creyentes de esta mitología, pues: ¿qué entrega quien no perdió nada? Si Jesús resucitó, es obvio que no perdió su vida.
  10. ¿Qué sentido tiene castigar a un inocente para perdonar “culpables”?, ¿por qué dios necesita torturar, matar y resucitar a su hijo para perdonar a otras personas? En términos prácticos y cotidianos, desde muy pequeños, podemos entender la responsabilidad personal por las acciones realizadas. A nadie se le ocurriría que estaría bien castigar a alguien que se sabe que es inocente, en sustitución de alguien que se sabe que es culpable. Esto comete dos errores graves, castiga a un inocente y deja en impunidad al verdadero responsable.
Dado todo lo anterior, se puede concluir que el texto de Juan 3: 16 hace aguas por todas partes, es incoherente y, por tanto, no tiene sentido, derribando en su caída el centro del dogma cristiano, cual es el supuesto sentido del sacrificio de Jesús. Si dios realmente amara a la humanidad, jamás la hubiera condenado eternamente por actos inocuos, realizados bajo engaño por parte de seres inocentes e incapaces de hacer el mal. Si lo que dice la Biblia es verdad, dios no ama a la humanidad, sino que realiza juegos sádicos con ella. Si lo que dice la Biblia no es verdad, entonces: ¿por qué crees en ella y la tomas como incuestionable y sagrada?
COVID-19
Suscribase COVID-19

También podría gustarte Más del autor

Comentarios

Cargando...