Pablo Chaverri: Contra los antivacunas

El movimiento antivacunas está convenciendo a algunos de no vacunarse o no vacunar a sus hijos, "basándose" para ello en un sentimiento de desconfianza con mentiras descaradas tales como que las vacunas producen autismo, insertan un chip o son un veneno, pese a no tener ninguna evidencia que respalde sus clamores.

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Pablo Chaverri Chaves, Científico Cognitivo.

Lamentablemente, es posible ver a muchas personas antivacunas manifestar su resistencia y negación de la ciencia médica en la lucha contra el covid-19, pese a las muchas pruebas y abundante evidencia que la respalda (Harder, et al., 2021). Dado esto, se vuelve crucial que las personas nos informemos bien y que nos aseguremos de consultar fuentes bien acreditadas basadas en evidencia científica, pues la humanidad no tiene ninguna otra forma más metódica, rigurosa ni sistemática de verificar las creencias que la ciencia. La ciencia se puede ver también como un sistema de análisis diseñado para detectar errores. Por ello, algunos pensadores consideran que la ciencia en realidad no prueba hipótesis en sentido estricto, sino que se esfuerza por probar que son falsas, de modo que en ese proceso acumula evidencia de qué tan sólida es una determinada hipótesis, hasta alcanzar un alto grado de certeza sobre la misma. De esta manera, la ciencia no es dueña de la verdad, pero sí es, por mucho, el mecanismo más robusto que tenemos para someter a prueba nuestras creencias (Bunge, 2005).

¿Significa esto que es infalible? No, no es totalmente infalible, pero incluso reporta sus márgenes de error y sus limitaciones metodológicas, que pueden ser comparados con otras prácticas no científicas. Así pues, los puentes se sostienen, los aviones vuelan, los celulares nos comunican, las computadoras guardan la información, las vacunas protegen, los vehículos nos transportan, la electricidad nos ilumina, las refrigeradoras preservan los alimentos, los microondas calientan y usted puede leer esto gracias a que internet funciona. Al respecto, el reconocido historiador Peter Watson (2015) plantea que el experimento científico es una de las ideas más importantes de todos los tiempos que la humanidad haya producido.

¿Qué tienen en común todas las tecnologías antes mencionadas? Que están basadas en ciencia y no existirían sin esta. Por lo tanto, es muy contradictorio que personas que todos los días emplean estas tecnologías y se benefician de ellas, salgan a decir cosas como que “no les consta que la ciencia no mienta”, cuando de hecho viven rodeados de artefactos producidos por la ciencia en los cuales confían plenamente. Muchos estamos vivos gracias al esquema de vacunas que tuvimos cuando niños, que nos han protegido de diversas enfermedades que en el pasado mataban personas en enormes cantidades y que ahora, en algunos lugares, están volviendo debido a la irresponsabilidad de los antivacunas.

El movimiento antivacunas está convenciendo a algunos de no vacunarse o no vacunar a sus hijos, “basándose” para ello en un sentimiento de desconfianza con mentiras descaradas tales como que las vacunas producen autismo, insertan un chip o son un veneno, pese a no tener ninguna evidencia que respalde sus clamores.

La humanidad ha aumentado grandemente su esperanza de vida gracias a la ciencia médica. Por ejemplo, Costa Rica pasó de una esperanza de vida de menos de 40 años en 1821 a otra de más de 80 años en la actualidad, gracias a un sistema de salud pública cuyo pilar central es la ciencia médica, sin la cual este maravilloso logro no hubiera podido conseguirse.

Es decir, si le debemos algo a la ciencia es un profundo agradecimiento, y si hay algo que caracteriza a los antivacunas es su enorme irresponsabilidad, pues por culpa de sus infundados clamores hoy hay muchas personas fallecidas que estarían vivas si hubieran seguido las medidas recomendadas por la ciencia médica.

Resulta muy importante educarnos y educar en pensamiento crítico y en ciencia, para proteger nuestras mentes contra tantas mentiras, engaños y falacias que abundan en internet, que, parafraseando al gran Umberto Eco (2016), le ha dado un megáfono a una legión de idiotas, que han encontrado aquí un medio para difundir y contagiar su estupidez.

Los antivacunas están haciendo daño, pues al no vacunarse ellos e inhibir la vacunación en otros, obstaculizan el avance de la inmunidad de rebaño y, tristemente, llevan a algunos rumbo a su propio contagio y muerte. Que no quede duda, los antivacunas son enemigos de la salud pública y deben ser censurados. Por ello, si vemos a algún individuo o grupo antivacunas en redes sociales, podemos denunciarlos ante los administradores de estas, pues lo único que hacen es difundir información falsa cuyas consecuencias son peligrosas.

Como lo informa la fuente autorizada de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas son seguras y eficaces, nos protegen contra el virus y salvan millones de vidas cada año, por ello es necesario vacunarnos y promover que otros lo hagan, y con ello contribuir a cuidar nuestra salud y la de los demás.


Referencias
Bunge, M. (2005). La ciencia, su método y su filosofía. Debolsillo.
Eco, U. (2016). De la estupidez a la locura: Crónicas para el futuro que nos espera. Lumen.
Harder, T., Koch, J., Vygen-Bonnet, S. Külper-Schiek, W., Pilic, A., Reda, S., Scholz, S., Wichmann, O. (2021). Efficacy and effectiveness of COVID-19 vaccines against SARS-CoV-2 infection: interim results of a living systematic review. Europe’s journal on infectious disease surveillance, epidemiology, prevention and control, ;26(28). https://doi.org/10.2807/1560-7917.ES.2021.26.28.2100563
OMS. Vacunas contra la COVID-19. Recuperado de https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/covid-19-vaccines
Watson, P (2015). Ideas: Historia intelectual de la humanidad. Crítica.

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