Sergio Erick Ardón: La escuela

En no pocas ocasiones hubo que correr a refugiarse en la escuela cuando algún toro rompía las amarras y salía en estampida seguido por un tropel de jinetes con lazos.

0

Sergio Erick Ardón Ramírez.

Apenas cumplidos los 6 comencé a hacer ese recorrido que repetiría imnumerables veces. Desde las orillas del Barrio del Carmen, a solo 100 varas del mercado, caminé cruzando la pequeña y plácida ciudad que era Alajuela hasta mi escuela. Que no era cualquier escuela, era la Escuela Ascensión Esquivel, la mejor que teníamos, donde se matriculaban los niños bien, todo esto habría que ponerlo entre comillas, pero bueno, eso se decía. No recuerdo un solo día en que ese trayecto lo hiciera a disgusto. Me encantaba ir a la escuela. Muchas veces la feliz caminata con el bulto de cuero a la espalda la hice solo, otras veces se iban sumando compañeros a lo largo del camino, y terminábamos llegando en medio de carreras y griterías. Mi primera maestra fue Merceditas Montenegro, de ella recuerdo su fineza, su blancura, sus ojos verdes, su eterna sonrisa. Los veintipico de chiquillos que estábamos a su cuidado, seguíamos sus palabras y sus movimientos embelesados.Tres años fuimos sus alumnos, y fueron tres años dichosos.
 Antes de continuar, para los que no son alajuelenses, bien vale describir lo que es aquella escuela. Entonces edificio nuevo, soberbio edificio, dos entradas amplias e iguales, las aulas en paralelo, abriéndose a corredores, con ventilación cruzada, con más de cuatro metros de altura entre el piso de mosaico en tablero amarillo y rojo y el cielo de tablilla de cedro. Al centro el salón de actos, abierto, con arcos, y la dirección, y doña Austelina. En el recreo grande, que era el más esperado, a media mañana, a la carrera salíamos a la plaza Acosta. Una manzana completa para hacer lo que quisiéramos, justo al frente. Y más allá, apenas al otro lado de la calle norte, la Plaza de Ganado, una sucesión de corrales, donde los lunes, todos los lunes, novillos, vacas, terneros, toros, bueyes y hombres a caballo de sombreros y lazos iban y venían entre bramidos y gritos. En no pocas ocasiones hubo que correr a refugiarse en la escuela cuando algún toro rompía las amarras y salía en estampida seguido por un tropel de jinetes con lazos. Eso sucedía los lunes, porque entre semana la Plaza de Ganado, vacía, era lugar de juegos y apeo de jocotes.

Ya nombré a doña Austelina, la directora, Austelina Vargas, sobria, formal, grave, como suelen ser las directoras. Ante ella solo se llegaba cuando la travesura había sido muy grave.

Ya en cuarto grado, la maestra fue Rosita Castro, joven, guapa, de intensos ojos negros, yo me enamoré de ella, pero no solo por su aspecto, sino porque nos introdujo en el mágico mundo de la literatura. Con ella vivimos paso a paso la ingrata travesía de “Los Apeninos a los Andes”, del italiano D, Amicis. Todo lo que nos enseñaba lo aprendíamos, nos envolvía de manera magistral con sus gestos y sus palabras siempre ciertas. Eramos 25 enamorados,demasiados rivales para mi, que era el menor. Aunque dejando a un lado la modestia y ya a la distancia en el tiempo, creo que yo era su alumno preferido, por lo menos eso es lo que me gusta imaginar.
La noticia fue demoledora, el dolor fue inmenso, la perdimos terminando el año. Un accidente yendo a Puntarenas le quito la vida. Fue este mi primer gran dolor. La sustituta, la pobre no podía hacer mucho, la comparación era insuperable.
En quinto y sexto nuestra guía fue Daysi Ocampo, más que maestra, una madre.
En las asignaturas especiales, teníamos a gente también muy especial, Don Rigo Solano, el de educación física, que se ganó con su dedicación y su apuro nuestra voluntad. Don Rigo fue muy querido. En música un señor Cornejo, no recuerdo ni su nombre ni lo que nos puso a cantar. Agricultura que consistía en hacer unas eras y sembrar una semillas y desyerbar y esperar, no recuerdo bien quién nos “estimulaba”.
He hablado de los maestros, del edificio, de la Plaza de Ganado, ¿pero y los compañeros? esos “niños bien”, que fueron mis compañeros. No había tal, no existían entonces escuelas privadas, no en Alajuela, y todos los niños eramos “iguales”, por lo menos asistíamos a las mismas aulas. Macho Rodríguez, el hijo del doctor Marcial Rodríguez que era una especie de gurú en la ciudad, Oscar Aguilar, hijo de maestra y empleado municipal, José Enrique Hidalgo hijo de cafetalero, Jorge Luis Pérez hijo de una maestra, Roberto Sibaja hijo de un señor que no sé que hacía y de una señora italiana, Armando Saborío hijo de juez, y yo que venía de gente acomodada, los demás compañeros provenían de hogares muy humildes y hasta pobres, tres o cuatro eran descalzos. Hugo González, Germán Soto y Chepito el hijo de un zapatero, Macatre Esquivel y Cuca Herrera que fueron destacados futbolistas,lo mismo que Daniel Salmerón, Coso Solano que limpiaba zapatos en el Parque Central.
¿A que vienen estos recuerdos de mi paso por la escuela?. Es que ayer domingo estuve ahí después de 65 años. La recorrí con detenimiento con nostalgias y añoranzas. Me vi actuando en el escenario haciendo de árbol de hule, denunciando al leñador, reclamando cuando mi cuaderno de vida me lo hicieron picadillo porque era el mejor, llorando y dando las quejas cuando Chepito me rompió la nariz, cantando a voz en cuello “Dios Salve América”, creyendo que el himno era nuestro, corriendo en los recreos a la plaza a jugar futbol, siguiendo como alelado todos los movimientos de la Niña Rosita, recibiendo las notas trimestrales de diez corrido, del brazo de mis mejores amigos. Todos estos recuerdos y más me vinieron a la mente, mientras Wilson Arroyo y Marbella Martin, explicaban la mecánica de la actividad que reunía a la militancia del Frente Amplio para irle dando contenido al congreso que se anuncia . Asistí como invitado, y me sentí muy bien. La gente ahí reunida quiere que las cosas aquí sean mejor y en eso coincido, y por eso apoyo. Que esto me haya permitido volver a mi escuela fue una feliz casualidad, algo más que agradecer.
COVID-19
Suscribase COVID-19

También podría gustarte Más del autor

Comentarios

Cargando...