Sergio Erick Ardón: Lo insólito
Sergio Erick Ardón Ramírez.
Sucedió, si sucedió, aunque pueda ser difícil de creer.
En la oficina de un abogado de prestigio, allá por el Mercado Central otro abogado de menor prestigio, con voz queda transmitió : “El viejo se casa dentro de un mes”. “Ya están en preparativos”. ” Si me pedís opinión, digo que es un buen momento”.
El abogado de prestigio, mesándose el bigotillo ya cano, asintió.
Quince días después, con la artimaña de la entrega tardía, a domicilio, de un regalo de bodas, las puertas de la casa del viejo, en pleno centro de San José, se abrieron para recibir el voluminoso regalo. Un grupo de cinco personas jóvenes vistiendo camisas blancas, irrumpió.
Así fue como comenzó, lo que sería un hecho insólito, que pondría al país todo, a seguir paso a paso, hora a hora, lo que siguió.
Detectives, policía, voluntarios, adivinos, creyentes y no creyentes, blancos y rojos, cobrizos, negros y chelosos, brujos y brujas de fama, no hubo quien no se empeñara en buscar al desaparecido.
Desaparecido que pasó a ser por todo el mundo conocido. Solvente abogado, prestamista, más bien usurero, rechoncho, de 75 abriles. Con casa en Tejar del Guarco, y también la esa noche allanada en el centro de San José.
El trajín que tuvo en vilo a la nación duró todo un mes y tuvo un final feliz. Para unos pocos, no tanto.
El viejo apareció sano y salvo, incluso con un par de libras más. Contó lo agradecido que estaba por el trato recibido. Nunca un mal modo, ni una palabra soez. “En todo momento tuve mis medicinas y no me faltó el melocotón en almíbar que es mi postre preferido”. “Tuvimos, dijo también, unas buenas partidas de ajedrez”.
“Los muchachos querían una plata, no mucha”. “yo accedí, decían que no era para ellos, sino para una revolución”. ” Yo les creí, me parecieron serios y formales, y bueno, lo vimos como una contribución”. “La vaina es que están en la cárcel, y no pudo ser”.
Esto lo cuento, porque así me lo contaron, y en todo caso, no hubo periódico en que no saliera publicado.
Si hay mentiras o exageraciones, no es de mi responsabilidad.
Me juran que es la pura verdad, y que en todo caso no lo volverían a hacer.
Hay un mar de detalles que también me contaron.
En alguna ocasión, con más tiempo, se los contaré.
Los más viejos habrán adivinado que el actor principal de todo este insólito hecho es Don Cuco, Patrocinio Arrieta Leiva.
Adelanto que la boda se realizó, y la pareja tuvo su luna de miel y vivió feliz, hasta que por esas cosas de la vida, se acabó.
En Costa Rica nunca antes había sucedido algo así.
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