Victor Valembois: La lucha sin fin, ella o yo

Víctor Valembois. valembois@ice.co.cr

Pobre don Pepe, tres veces Presidente de Costa Pobre. Yo lo admiré mucho en sus grandes luchas, no tanto en sus triquiñuelas, más allá de su tamañito. Pero ahora no me refiero a la cabuya ni hacer bulla con otra cosa, sino a un animalejo que me las tiene juradas.

A cada rato* necesito echar algo a la boquita*. Por ello, siempre tengo a mano algo que comer, en el carrito, en el cubículo, en el bulto, etc. Hasta allí, ningún problema y entre ella y yo, sigo siendo el rey. Pero se me ocurrió dejar, sin protección, alguna galle-tica en la gaveta. Ahora ella, con todo y poca cosa que es, me quiere dejar en claro: “aquí mando yo” y le quitó una esquinita.

¡Allí si que no!  Empezó otra lucha sin fin. La voy a matar. Son míos, mis chocolates*. Pero él o ella (no importa en este caso) me los muerde hasta perforando la envolturita. Son mis dulces (mi amorcito me los regaló, dulzura de mi vida que es, ella.

Lo voy a lograr, ¡a mí, flamenco de pura cepa, venirme con una pica en Flandes!  Primero pensé tenerla a raya, así, a secas, ya está. Pasaron ocho diítas no más. Breda, Numancia, Troya y Stalingrado son cualquier cosa en este sitio. Después se me ocurrió comprar comidita, sí deliciosa para ella: la pequeña muerte*, a plazo fijo, como este venenito que acabó con Napoleón. Nada. Igual que este volvió triunfante de la isla de Elba, ella se sigue ensañando con mis chiquis (sí, así se llaman mis galletas).

¡A mi con esas!  Tendrá su Waterloo, lo dice un belga. Me armaré hasta los dientes, con cepillo y todo, compraré una pistolita de agua: vine, vi y venceré. Por último, alfombraré todo alrededor con ese papel pegajoso (marca: Víctor, para que sepa), gatito postmoderno: tendrá una defunción cruel, por asfixia, allí pegada, bah! Apurar cielos pretendo ya que me tratáis así. Miserable, ¡Suserable ratón!

Aquí estoy, esperando todavía: estoy leyendo La ratonera de Agatha Christie. ¡Fíjese qué éxito, más de una década en cartelera, en Londres! Sigue, sin tregua, sin fin, la lucha contra la laucha.

También podría gustarte Más del autor

Comentarios

Cargando...