Víctor Valembois. valembois@ice.co.cr
Hay que acusar a Ortega (el otro, el que tiene un doble, que se hace llamar Gasset). Es machista (él también). Vea, llevamos ya setenta años aguantando su despotricar contra el señorito satisfecho, como si no hubiera también cada señorita satisfecha. Debe haber sido un frustrado, de esos que no se conforman con lo que Diosito y la Virgen le reparan a uno.
¿Cómo no va a andar satisfecho uno, si mis tatas me regalaron un carrito de paquete cuando cumplí dieciocho años y la noviecilla esa me llegó de rebote. Pero no crea, yo tengo mi titulo de bachiller y en nuestra promoción pasó el 99 % para que vea.
Sobre todo el profe ese, de español, tuanis el maje. Claro, él entendía que nosotros éramos pobres y por eso, nada de lecturas obligatorias ni menos comprar carretillas de libros que después no le sirven a uno. Un buen resumen y ya está, total, la misma vaina.
No crea, se manejaba también su cacharpita en la calle y su cochecito en el supermercado, y se sabía al dedillo* cuáles son los fines de la educación. Son tres, Señor Inspector: los fines de semana (para darse un gustillo), los fines de mes (para salir con esa roquilla) y los fines de año (para pasear por Trujillo).
Tengo por allí una hermanilla que no le dio por el estudio, viera que no. En mate va rematada, pobrecilla. Bueno pero a punta de ir siempre de puntillas, bien coqueta, con las uñas* pintarrajeaditas, ya ve, se consiguió un bretecillo de esos, más o menos.
Haciéndole la fuercita, o sea, como no va estar satisfecha también, ahora, allí está, tiene una casilla, haciéndole favores a un político de esos, ya ni me acuerdo de qué partido por la mitad. Y, claro, como to´o el mundo, apechugar con las cuotas, claro hombre, tiene derecho también.
Es que, en realidad, ¿cuál es la vara con tanto estudio? El profe ese, nos venía con la cantinela de que mejoráramos el boca-vulgario, pero to´o eso para qué, eso ¿con qué se come?, dígame. Ella, claro, aprovecha cuando va al mini super, cuando tienen las Selecciones, las compra, por unos artículos buenísimos, corticos, nada de ensayos postmodernos y la p. que la parió.
Y viera que en esa revistilla salen, como no, unos chistes para impresionar en la conversación, tomándose unos traguillos, ella y yo, y tiene hasta un ejercicio para aumentar su vocabulario. ¿Qué más querés, mae? ¿Acaso al Jorgito ese, con to´o y titulillo le va mejor? De por sí, la compu hasta le corrige a uno, pa´ que vea.
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