William Hayden: La seriedad de la política en broma y con fisga. Año V11-301

William Hayden Quintero, Economista.

Este 1° de mayo nuestra democracia, otra vez, se engalanará con el ritual del cambio del Directorio de la Asamblea Legislativa y el nombramiento de los jefes de Fracción de los seis partidos políticos que componen la bancada de diputados.

Seguramente se reelegirá a Rodrigo Arias como presidente del Directorio quien cuenta con los 19 votos de su fracción del Partido Liberación Nacional, y el presidente Chaves en una acción ilegitima de intromisión de poderes, anuncia hoy, muy a su pesar, que le sumarán los 10 votos del Partido Progreso Social Demócrata, el vientre de alquiler que lo hizo presidente, con lo cual Arias suma ya los 29 votos. La intromisión se dio en esta semana cuando Chaves se reunió en casa presidencial con diputados del Partido Social Cristiana (PUSC), del Partido Liberal Progresista (PLP), el Partido Nueva República (PNR) y su partido Progreso Social Demócrata (PPSD), tratando de serrucharle el piso a las pretensiones de reelección de Rodrigo Arias, y proponiendo él, como presidente de la República, metiendo las manos en otro poder ajeno e independiente, que esas cuatro bancadas hicieran causa común y eligieran como presidente del Directorio a un diputado del PUSC, sugiriendo tres nombres: Alejandro Pacheco, jefe de la fracción designada del PUSC, Horacio Alvarado o la diputada Daniela Rojas; en caso contrario, también sugirió que se eligiera a Gilberto Campos del Partido Liberal Progresista.

Otro fracaso más en la larga lista que lleva, la anduvo pulseando y le salió el tiro por la culata. No le dieron pelota. Derrotado y avergonzado, tratando de enmendar su error e intromisión, y de congraciarse con Rodrigo Arias, lo convoca a casa presidencial y le dice: “tocayo querido, estoy con vos, eres mi candidato, y te ofrezco los diez votos del partido taxi del cual fui pasajero, para que logres otra vez la presidencia del Congreso”. Rodrigo Arias sabiendo de estos tejes y manejes mansamente va a Zapote, acepta el ofrecimiento. Que monumento a la hipocresía de ambos Rodrigos, salen como hermanitos en los medios de prensa, uno ofreciendo y el otro aceptando y ambos irrespetando a la Constitución Política.

Dicho lo anterior, considero que la mejor opción es la reelección de Rodrigo Arias en la Presidencia del Directorio de la Asamblea Legislativa. Podría haber sido el diputado Fabricio Alvarado del Partido Nueva República, excandidato presidencial, o el mismo Eliécer Feinzaig del Partido Liberal Progresista, otro excandidato presidencial, pero ambos, como diputados y jefes de sus respectivas fracciones, han resultado un completo fracaso. No han hecho nada, nulos en propuestas, y que sirva de antecedente, por si acaso la vuelven a pulsear en el 2026. Tiene más jugo una piedra que ellos.

Rodrigo Arias el 1° de mayo del año pasado cuando aceptó la presidencia del Congreso, en su discurso inaugural adquirió el compromiso de “ejercer la presidencia con mesura y prudencia, así como el promover el que el control político en el plenario sea de altura y prudencia, y sobre todo pertinente”. Dijo que el “presidente Chaves debe tener con el Congreso una comunicación ágil y permanente como condición indispensable en particular al inicio de su mandato”. Los compromisos de mesura y prudencia los ha respetado Arias, pero le resultó imposible tener esa comunicación con la presidencia de la República, primero, porque la ministra de la Presidencia Natalia Diaz ha sido un cero a la izquierda, y segundo, poque el presidente Chaves ha resultado un enemigo de los diputados a quienes en este largo año ha insultado de lo lindo, como irresponsables, vagos, filibusteros y dinamitando el endeble puente entre el poder Ejecutivo y el Legislativo. No hay, ni habrá esa comunicación pues como dije en el artículo de la semana anterior: “Perro que come huevos ni quemándole el hocico”. No hay propósitos de enmienda en nuestro presidente.

Si ha quedado mal Rodrigo Arias en el ejercicio de este año de su presidencia en el Congreso con su promesa de impulsar un proyecto de ley para construir un Fondo Nacional de Vivienda por US$1.000.0 millones en un Fideicomiso que se alimentaria de los recursos de los fondos de pensiones y que buscaría generar 150.000 soluciones de vivienda que les urgen a las familias costarricenses. Igualmente se comprometió a “impulsar fuertemente las grandes obras que en la actualidad no se pueden financiar porque el Estado no tiene dinero, pero que se pueden financiar con alianzas público-privadas, no solo en el campo vial, sino digital, donde hay grandes inversiones” Que ha hecho al respecto. Nada. nadita de nada. Palabras, palabras, como dice la canción.

Ambos Rodrigos, ya como hermanitos, uno dando dadivoso los votos de su partido y aceptando el otro mansamente, se comprometen, ahora sí, con tranquilidad, a analizar y resolver la problemática nacional en recesión económica, generación de empleo, pobreza, falta de vivienda digna, criminalidad, narco, corrupción, reforma de estado, para citar algunos. Diay señores: se les fue un año y los resultados son más estériles que el útero de una momia.

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